Guaid¨® pedir¨¢ la aplicaci¨®n de un pacto interamericano de asistencia militar
La oposici¨®n venezolana apela a un mecanismo llamado TIAR, que abre la puerta a una intervenci¨®n y cuya aprobaci¨®n depende de la OEA
La oposici¨®n venezolana busca reactivarse "en todos los terrenos de lucha". As¨ª lo asegur¨® este domingo Juan Guaid¨®, presidente de la Asamblea Nacional reconocido como mandatario interino por m¨¢s de 50 Gobiernos extranjeros. El rival de Nicol¨¢s Maduro anunci¨® que el Parlamento pedir¨¢ la aplicaci¨®n de un acuerdo militar llamado Tratado Interamericano de Asistencia Rec¨ªproca (TIAR), tambi¨¦n conocido como Tratado de R¨ªo. "Tenemos el leg¨ªtimo derecho de construir las capacidades y alianzas internacionales necesarias para proteger y defender al pueblo y nuestra soberan¨ªa", manifest¨® a trav¨¦s de las redes sociales. Ese pacto, que abre la puerta a una intervenci¨®n extranjera, establece que un contra un pa¨ªs americano "ser¨¢ considerado como un ataque contra todos los pa¨ªses americanos".
El mecanismo, que seg¨²n Guaid¨® permite la defensa de la Constituci¨®n frente al r¨¦gimen, fue aprobado despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial e involucra a una veintena de pa¨ªses, entre ellos Estados Unidos, Brasil, Canad¨¢, Argentina, Colombia o Chile. M¨¦xico fue el primero en renunciar al tratado en 2002. Venezuela lo abandon¨® en 2012 junto a Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Ahora plantea a la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA), que hace diez d¨ªas reconoci¨® oficialmente a la delegaci¨®n enviada por la Asamblea Nacional, la reincorporaci¨®n al pacto. "La transici¨®n es irreversible, pero no existen soluciones m¨¢gicas. Tanto el TIAR, como los dem¨¢s mecanismos que usaremos requerir¨¢n aumentar la presi¨®n interna y externa", continu¨® Guaid¨®. "Estar unidos es indispensable para lograr los respaldos que necesitemos y garantizar su ¨¦xito".
Este mensaje llega dos d¨ªas despu¨¦s de que la oposici¨®n rompiera un letargo de varias semanas con ocasi¨®n del D¨ªa de la Independencia. Sus simpatizantes salieron de nuevo a la calle el 5 de julio en una manifestaci¨®n de protesta de varias miles de personas que llen¨® varias manzanas en la avenida R¨®mulo Gallegos, al este de la ciudad. El recorrido contemplaba llegar hasta la sede de la Direcci¨®n General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), donde hace una semana fue asesinado el capit¨¢n de nav¨ªo Rafael Acosta Ar¨¦valo. La manifestaci¨®n se detuvo cuatro cuadras antes de llegar a la sede de la instituci¨®n de seguridad estatal.?
La cita ven¨ªa precedida de una agria pol¨¦mica entre sectores de la oposici¨®n, particularmente en las redes sociales. Grupos radicalizados de la disidencia llevan semanas haciendo se?alamientos a Guaid¨®, a quien le achacan el estancamiento en la lucha por el cese de la usurpaci¨®n y le piden que solicite la ayuda de una coalici¨®n internacional o pida de manera expresa una intervenci¨®n militar. Estos sectores, minoritarios, aunque con capacidad para hacer ruido, han llegado a plantearle directamente a Guaid¨® que renuncie a su cargo si no se atreve a tomar grandes decisiones para salvar al pa¨ªs.
El jefe de la Asamblea Nacional les respondi¨®. ¡°He venido a pedirles un voto de confianza en la ruta que hemos emprendido¡±, dijo Guaid¨® entre aplausos en su discurso. Este quiso asumir la responsabilidad personal de los errores pol¨ªticos que se hubieran podido cometer en las ¨²ltimas semanas. Entre los dirigentes opositores crece la preocupaci¨®n ante el estado de hast¨ªo existente y pesimismo que se ha incubado en muchas personas. Entre los asistentes al acto se escucharon con frecuencia comentarios sobre el informe de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre los abusos del chavismo.
¡°Aceptamos las cr¨ªticas, estamos dispuestos a corregir errores, porque somos servidores p¨²blicos. Les pido confianza. Nunca lo hab¨ªa hecho en 5 meses. Hoy s¨ª lo voy a hacer¡±, dijo ante un p¨²blico que lo acompa?aba con fervor. ¡°Hay gente en las redes que dice barbaridades, que si nos compraron, que si nos vendimos. A esos no les pido confianza, les pido respeto: estamos arriesgando muchas cosas en lo personal y llevamos muchos a?os de lucha.¡±
Guaid¨® sigue contando con el apoyo irrestricto de los principales partidos opositores y mantiene un c¨®modo margen de popularidad y aceptaci¨®n en todas las encuestas de opini¨®n, con d¨ªgitos que sobrepasan el 60%, que lo convierten, con claridad, en el pol¨ªtico m¨¢s popular en la Venezuela de hoy. Los dirigentes que le acompa?an hablan de jugar en varios tableros ¡°y actuar en cada tablero como si fuese el ¨²nico¡±, como ha afirmado Leopoldo L¨®pez. Durante las ¨²ltimas semanas ha estado recorriendo pueblos y ciudades del pa¨ªs pa¨ªs sin anunciarse y es recibido de forma clamorosa a donde va.
Las opciones que le quedan a Guaid¨® poder seguir adelantando su empresa, sin embargo, se van achicando en este tramo del a?o, un momento en el cual muchos opositores llegaron a creer que iba a estar consumada la transici¨®n. Los dirigentes que acompa?an a Guaid¨® sienten que nunca han estado tan cerca de llegar al poder, pero ahora hacen en recalculo en torno a su inminencia. Se estima que otras miles de personas est¨¢n haciendo planes para emigrar del pa¨ªs apenas concluyan las actividades escolares, a mediados de mes.
El malestar militar es notorio, pero Maduro, que acaba de conjurar un nuevo plan para derrocarlo, parece tener, pese al asedio, el control de la situaci¨®n, y sigue contando con su aparato de inteligencia. El asesinato del capit¨¢n de nav¨ªo Acosta Ar¨¦valo y el crudo informe de Michelle Bachelet dejan a Maduro en clara evidencia y sin cartuchos para defenderse ante el acoso de cr¨ªticas a su gobierno. El l¨ªder bolivariano ha optado por comportarse como si no estuviera sucediendo nada: ha objetado el informe Bachelet por ¡°sesgado¡± y sigue organizando sus alocuciones televisivas habituales.
Los conocedores del tema militar interpretan que, en esta coyuntura, en medio de los ascensos correspondientes al D¨ªa de la Independencia, las aguas conspirativas pueden enfrentarse a un receso. Las posibilidades de un acuerdo pol¨ªtico provechoso en Oslo lucen remotas en este momento. Estados Unidos han dejado saber que las opciones militares no forman parte de sus planes inmediatos en la crisis venezolana.
Mientras la poblaci¨®n se cansa de salir a manifestaciones, Guaid¨® corre el riesgo de perder la tracci¨®n y quedarse sin instrumentos pol¨ªticos, perdido en medio de la zona vacacional de agosto, acosado por grupos opositores radicales que aspiran a desplazarlo, expuesto incluso a ser neutralizado por las fuerzas policiales del chavismo si la comunidad internacional se descuida.
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