Los enigmas del turbio asesinato de un ¡®carabiniere¡¯ por dos turistas estadounidenses
La versi¨®n del cuerpo policial sobre el homicidio de un agente del orden en Italia arroja muchas dudas
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La historia conmocion¨® el s¨¢bado a Italia. Dos turistas estadounidenses de 19 y 20 a?os apu?alan a un carabiniere tras haber robado la mochila a un camello de coca¨ªna. El pa¨ªs se vuelca con la familia del agente muerto. Circulan todo tipo de bulos sobre el origen de los asaltantes ¡ªla ultraderecha propaga que se trata de migrantes¡ª y empieza una guerra entre partidos a cuenta de la seguridad en las calles de Roma, la m¨²sica habitual en el enrarecido clima pol¨ªtico. Pero la historia no termina de encajar en las primeras horas. La versi¨®n cambia y termina en la prensa convertida en un bumer¨¢n para los carabinieri.
El primer relato oficial se?alaba que dos turistas estadounidenses de 19 y 20 a?os robaron la mochila a un camello de coca¨ªna en el barrio de Trastevere tras darse cuenta de que les hab¨ªa vendido aspirina triturada en lugar de droga. El traficante, seg¨²n ese relato original, inquieto por sus pertenencias, llam¨® a su tel¨¦fono para exigir a los chicos que le devolvieran sus cosas. Pero estos le pidieron el pago de 100 euros en mano en una calle de Prati ¡ªun barrio acomodado junto al Vaticano¡ª a cambio de la mochila. El traficante llama al 112, tal y como ha resultado acreditado, y le cuenta la historia a los carabinieri, omitiendo el asunto de la droga y asegurando que le han asaltado unos chicos. A la cita se presentan dos agentes y uno de los j¨®venes termina asestando ocho cuchilladas a uno de ellos, pensando que se trata de uno de los traficantes.
Los dos estadounidenses fueron arrestados horas despu¨¦s en un hotel de cinco estrellas cercano al lugar del homicidio, donde tambi¨¦n se encontr¨® el arma del delito escondida en un techo. Tras un largo interrogatorio, uno de ellos ¡ªEdgar Finnegan Lee, 19 a?os, nacido en San Francisco¡ª confiesa ser el autor del asesinato. ¡°Nunca hab¨ªa visto un militar sin uniforme. Lo confund¨ª con un camello¡±, dijo en aquel momento, seg¨²n recogi¨® La Repubblica. Sin embargo, delante del juez se neg¨® a responder.
El domingo por la ma?ana se public¨® una foto del interrogatorio en comisar¨ªa, donde el supuesto asesino lleva los ojos vendados y las manos atadas por detr¨¢s. Una imagen comprometedora para los carabinieri, que arroja m¨¢s sombras sobre un extra?o caso y ha levantado quejas por vulnerar los derechos del arrestado. Pero Salvini defendi¨® al cuerpo: ¡°A quien se lamenta por eso [el presunto maltrato policial], le recuerdo que la ¨²nica v¨ªctima por quien llorar es un hombre, un hijo, un marido de 35 a?os, un carabiniere, un servidor de la patria muerto en servicio a manos de quien merece la cadena perpetua¡±.
El caso, sin embargo, no convence. La pregunta hoy, entre otras cosas, era qu¨¦ clase de traficante llamar¨ªa a la polic¨ªa. La versi¨®n de los carabinieri, que ensalzan al agente muerto como un hombre volcado en labores sociales y peregrinajes a Lourdes o Loreto, evoluciona dando la impresi¨®n de que el v¨ªnculo entre el fallecido ¡ªque se present¨® a la cita con los j¨®venes estadounidenses sin el uniforme con otro compa?ero¡ª y el traficante podr¨ªa ser anterior al de aquella noche en aquella llamada. No se ha explicado, tampoco, porqu¨¦ no hab¨ªa patrullas de apoyo. Salvini y el otro viceprimer ministro de Italia, Luigi Di Maio, acudir¨¢n el lunes al funeral del agente.
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