¡°Un mundo sin prensa ser¨ªa ¡®1984¡±
La confrontaci¨®n de Trump con Jim Acosta lleg¨® hasta el extremo de revocarle el pase de prensa para entrar a la Casa Blanca. Ahora el reportero publica un libro sobre la cada vez m¨¢s dif¨ªcil tarea de los corresponsales pol¨ªticos en Estados Unidos
La teor¨ªa dice que un periodista no debe ser noticia. No obstante, en varias ocasiones los focos de todo el mundo se han posado en el reportero de CNN Jim Acosta (Washington D.C., 1971) durante sus preguntas a los presidentes de Estados Unidos. Le ha ocurrido tanto con el dem¨®crata Barack Obama como con el republicano Donald Trump. El actual mandatario ha llegado a referirse al periodista y a su cadena como ¡°el enemigo del pueblo¡±. La confrontaci¨®n del mandatario de Estados Unidos en su contra lleg¨® hasta el extremo de revocarle el pase de prensa para entrar a la Casa Blanca. Su empresa le respald¨® y fueron a juicio. Ganaron y el Gobierno tuvo que volver a admitirle. El reportero, de ascendencia cubana, narra esa batalla y la cada vez m¨¢s dif¨ªcil tarea de los corresponsales pol¨ªticos en Estados Unidos en El enemigo del pueblo, un tiempo peligroso para decir la verdad, un libro de HarperCollins.
Pregunta. Las mentiras, manipulaciones y ocultamiento de la verdad no son algo nuevo de la prensa de hoy. No obstante, las de Nixon, desveladas por la prensa, por citar un ejemplo, le obligaron a salir de la Casa Blanca. ?Por qu¨¦ eso no ocurre hoy?
Respuesta. Vivimos en un mundo absolutamente distinto de ese. Estamos ante el presidente m¨¢s deshonesto de la historia reciente de Estados Unidos. Hace poco The Washington Post publicaba que, en estos dos ¨²ltimos a?os, Trump ha hecho m¨¢s de 10.000 declaraciones enga?osas. Eso nos obliga a un continuo fact checking (comprobaci¨®n de los hechos). Como periodistas, nos encontramos en una situaci¨®n en la que tenemos que defender la verdad, y no tanto perseguir una historia. Adem¨¢s, se ha creado un ambiente de hostilidad y odio enorme entre sus seguidores hacia nosotros: somos "el enemigo del pueblo". Y esa gente solo lee una parte de la historia y cuenta con medios conservadores para solo leer y acceder a la historia que les gusta, la de ellos, la que nos desacredita e insulta. En ese sentido, me preocupan los ataques a la prensa. Es f¨¢cil que ese odio acabe en periodistas heridos, en muertos. Y si eso ocurre, estaremos en un momento muy cr¨ªtico de la democracia de Estados Unidos.
P. ?Y c¨®mo recuperar la credibilidad de la prensa?
R. Tenemos que continuar haciendo nuestro trabajo: periodismo. Debemos seguir trabajando para la gente. Se trata de combatir esas estrategias cortoplacistas basadas en la polarizaci¨®n y el odio, unas formas que ya se han expandido a Europa y a pa¨ªses como Brasil, con Bolsonaro.
Porque a pesar de ellos, en el otro lado de la ecuaci¨®n, tenemos a mucha gente que est¨¢ con nosotros. Tambi¨¦n las compa?¨ªas de medios. Fue mi caso, cuando la CNN decidi¨® sin ning¨²n tipo de duda que era importante ir a los tribunales. ?Por qu¨¦? Porque no podemos vivir en un mundo donde no hay prensa. Eso ser¨ªa el terrible escenario de 1984 de Orwell.
P. ?Y en qu¨¦ papel debe colocarse la prensa? A usted mismo le dec¨ªan desde la Casa Blanca: ¡°Os est¨¢ provocando¡±. ?Estamos cayendo en su juego?
R. Trump sabe perfectamente lo que hace y lo utiliza desde todas las plataformas que puede. Nosotros solo podemos recordar a nuestros lectores y audiencia que solo est¨¢ excit¨¢ndolos. Lo que s¨ª tenemos que hacer es ayudar a los consumidores de noticias a distinguir los v¨ªdeos falsos y las informaciones manipuladas.
El punto en el que debemos seguir o no informando sobre sus provocaciones es complejo: no podemos entrar en el debate todo el tiempo, pero tampoco podemos permitir que ahonde en la divisi¨®n entre unos y otros.
P. C¨®mo responde a la pregunta que lanza en su libro sobre la dif¨ªcil situaci¨®n que vive la prensa: ¡°?Hasta cu¨¢ndo puede resistir el sistema sin romperse?"
R. No lo s¨¦ muy bien. Si seguimos en esta din¨¢mica, con gente que solo ve lo que quiere ver y sigue a los periodistas que cree, vamos a llegar a una situaci¨®n donde nadie creer¨¢ a nadie.
P. No es la primera vez que esto pasa en la historia¡ y nunca ha acabado bien.
R. Mi oficio es hacer preguntas; no respuestas.
P. Hay encuestas que apuntan que Trump podr¨ªa ganar las pr¨®ximas elecciones. ?Cree que es factible?
R. Yo no hago predicciones. Creo adem¨¢s que los periodistas debemos hacer m¨¢s periodismo y menos encuestas. Lo que me preocupa es la pr¨®xima campa?a con un pol¨ªtico que sabe lo que da votos. Mira los insultos de estas semanas a nuestras congresistas. Lo que la prensa debe seguir denunciando es que ese patr¨®n no es normal, es inusual y es racista.
P. Tras el 11S el mundo cambi¨® ante la dicotom¨ªa libertad-seguridad. ?C¨®mo se vive en Am¨¦rica, c¨®mo lo ve usted?
R. Benjamin Franklin dec¨ªa algo as¨ª como "aquellos que abandonan las libertades esenciales para comprar un poco de seguridad no merecen ni libertad ni seguridad". Todos queremos seguridad para nuestras comunidades, para nuestros hijos, pero tambi¨¦n un pa¨ªs del que estar orgullosos de sus derechos y libertades.
P. Usted dice que es antes americano que periodista. ?Se puede ser fiel as¨ª al oficio?
R. Se puede ser ambas cosas. Me gusta hablar y decir que estoy orgulloso de mi pa¨ªs porque hago noticias y cuestiono. Lo que haces y dices, nuestro oficio, no tiene nacionalidad. Se puede ser patriota y cuestionar.
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