Macron intenta apaciguar a Trump para evitar que reviente la cumbre del G7
La guerra comercial de EE UU con China y los incendios en Brasil tensan la cumbre de Biarritz
Misi¨®n: contener a Donald Trump, evitar que uno de sus estallidos reviente un c¨®nclave cuestionado por ineficiente y poco representativo. La cumbre del G7 empez¨® este s¨¢bado en Biarritz con la agenda trastocada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y los incendios en la Amazonia. En un almuerzo previo al comienzo del c¨®nclave con Trump, Macron se esforz¨® en rebajar la tensi¨®n. E intent¨® justificar ¡ªante Trump y tambi¨¦n ante sus socios europeos¡ª su amenaza de bloquear el acuerdo con el Mercosur por la pol¨ªtica medioambiental de Brasil.
El cara a cara con Trump, en una terraza junto a la playa desierta tomada por las fuerzas de seguridad, sirvi¨® a Macron para repasar todos los escollos que convierten el G7 en un campo pol¨ªticamente minado. Se trataba, por citar el neologismo que emple¨® un colaborador del presidente franc¨¦s, de ¡°des-conflictuar¡± la relaci¨®n. Es decir, buscar el m¨ªnimo denominador com¨²n y, sobre todo, jugar la carta de la relaci¨®n personal para evitar que entre el s¨¢bado y el domingo, cuando concluye la cumbre, todo descarrile, como sucedi¨® en la cumbre de Canad¨¢.
Trump aterriz¨® en la localidad francesa de Biarritz desbocado. El viernes, antes de subirse al Air Force One, anunci¨® un aumento de aranceles a China en represalia por medidas similares que hab¨ªa adoptado Pek¨ªn, e inst¨® a las empresas estadounidenses a dejar de fabricar en el pa¨ªs asi¨¢tico. Tambi¨¦n amenaz¨® a Francia con ampliar los aranceles a su vino como castigo por el impuesto franc¨¦s que gravar¨¢ a las grandes empresas tecnol¨®gicas. ¡°Si lo hacen, impondremos aranceles como nunca han visto¡±, advirti¨®.
La lista de desencuentros es larga. Incluye los acuerdos para combatir el cambio clim¨¢tico y para frenar el programa nuclear iran¨ª. EE UU, bajo el mandato de Trump, se ha retirado de ambos. Las divergencias llegan hasta la misma existencia del G7, el grupo de las democracias industriales, que agrupa a Estados Unidos, Alemania, Jap¨®n, Francia, el Reino Unido, Italia y Canad¨¢. Desde que lleg¨® al poder en 2017, Trump no se ha sentido c¨®modo en este foro, expresi¨®n de un multilateralismo que choca con la doctrina del America First (Am¨¦rica primero).
En la ¨²ltima cumbre del G7, en 2018 en Canad¨¢, Trump retir¨® la firma del texto a ¨²ltima hora porque le disgustaron las palabras del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en la rueda de prensa final.
Macron dedic¨® las horas previas a la inauguraci¨®n oficial de la cumbre ¡ªuna cena en el faro de Biarritz¡ª a buscar la distensi¨®n. ¡°Debemos alcanzar una forma de desescalada, es decir, estabilizar las cosas y evitar esta guerra comercial que se est¨¢ instalando por doquier¡±, dijo primero en un mensaje televisado. Unos minutos despu¨¦s, tras sentarse con Trump para comer y antes de que las c¨¢maras y los micr¨®fonos se retirasen, declar¨®: ¡°Hablaremos de temas econ¨®micos, nuestra voluntad es que las cosas puedan apaciguarse al m¨¢ximo para el crecimiento y la creaci¨®n de empleo en nuestros pa¨ªses¡±. Y Trump brome¨®: ¡°A veces nos atacamos un poco, pero no demasiado¡±.
La reuni¨®n pretend¨ªa desminar el terreno, punto por punto. ¡°Que el presidente vea a Trump durante dos horas cara a cara, le permite converger, organizar el debate¡±, dijo la citada fuente, que pidi¨® anonimato. ¡°En Ir¨¢n no quiere la guerra, quiere un acuerdo. En la Amazonia quiere apagar los incendios, aunque veamos las cosas de forma diferente en cuanto al clima. En el comercio, tiene claro que hay que presionar a China, pero entiende el impacto que tiene sobre la econom¨ªa mundial¡±.
Macron tuvo que esforzarse para dar explicaciones a sus socios m¨¢s pr¨®ximos sobre su posici¨®n ante el pacto de libre comercio con Mercosur ¡ªel mercado com¨²n formado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay¡ª. El viernes, el palacio del El¨ªseo, sede de la presidencia francesa, aleg¨® que el presidente brasile?o, el ultraderechista Jair Bolsonaro, hab¨ªa mentido sobre sus compromisos medioambientales al firmar el acuerdo en junio. Los incendios de la Amazonia ser¨ªan la prueba de ello, seg¨²n ese razonamiento. ¡°En esas condiciones, Francia se opone al acuerdo de Mercosur tal como est¨¢¡±, dijo el El¨ªseo en un comunicado.
La amenaza, que en parte refleja una amplia oposici¨®n al acuerdo con el grupo sudamericano dentro de Francia, est¨¢ lejos de suscitar el consenso de la Uni¨®n Europea. Ni la canciller alemana, Angela Merkel, ni el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, presentes en Biarritz, la suscriben. Tampoco el presidente en funciones del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, invitado a la cena del G7 el domingo.
¡°Nosotros, por supuesto, defendemos el acuerdo entre la UE y Mercosur, que tambi¨¦n trata de la protecci¨®n del clima y del medioambiente¡±, dijo Tusk. ¡°Pero es dif¨ªcil imaginar un proceso de ratificaci¨®n armonioso en los pa¨ªses europeos mientras el Gobierno brasile?o permita la destrucci¨®n de las tierras verdes del planeta¡±, apunt¨®.
Los ausentes en Biarritz se hicieron notar. Ni el l¨ªder chino, Xi Jinping, ni Bolsonaro asist¨ªan a la cumbre de Biarritz, pero las guerras comerciales y la batalla por la Amazonia los han convertido en protagonistas.
Cena y vino t¨ªpicos del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no bebe alcohol. Por si fuera poco, amenaza con aumentar los aranceles a las importaciones de vino franc¨¦s si Par¨ªs insiste en su empe?o en implantar un impuesto a las empresas tecnol¨®gicas, conocido como tasa Google.
Ninguna sorpresa, pues: en la cena de apertura de la cumbre del G7, este s¨¢bado en la ciudad vascofrancesa de Biarritz, los vinos era franceses. Uno era de Iroulegy, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. El otro, de Madiran, en el vecino B¨¦arn. La comida era t¨ªpicamente vasca. De primero, piperrada ¡°contempor¨¢nea¡±, seg¨²n anunciaba el men¨². De segundo, marmitako de at¨²n rojo.
Los cocineros eran C¨¦dric B¨¦chade, del restaurante L'Auberge Basque, y Guillaume G¨®mez, el cocinero del Palacio del El¨ªseo. Una cena como la de anoche, en el faro de Biarritz, es un ejercicio de soft power, o poder blando. Para Francia, la defensa de la gastronom¨ªa y los productos aut¨®ctonos motivan duras peleas en las negociaciones comerciales: son materia de inter¨¦s nacional.
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