Las madres coraje que plantan cara a la guerrilla kurda
Medio centenar de familias turcas protestan desde hace semanas en Diyarbakir para recuperar a sus hijos, militantes voluntarios o a la fuerza del PKK
El sargento Samih ?zbey conduc¨ªa de vuelta a casa para disfrutar junto a los suyos de unos d¨ªas de permiso. Pero en la monta?osa carretera entre Tunceli y Erzincan, al este de Turqu¨ªa, unos hombres armados le cerraron el paso. Registraron a todos los ocupantes del veh¨ªculo y, seg¨²n relatar¨ªan luego a la polic¨ªa, al descubrir el carn¨¦ militar del joven Samih, de 22 a?os, se lo llevaron consigo. Era el 17 de septiembre de 2015. Desde entonces, su familia no lo ha vuelto a ver en persona. La guerrilla kurda PKK lo mantiene secuestrado junto a m¨¢s de una docena de rehenes en alguna de sus bases del norte de Irak, a unos 500 kil¨®metros de donde fue capturado. La ¨²nica prueba de que Samih sigue con vida es un v¨ªdeo publicado el a?o pasado por ANF, un medio de comunicaci¨®n ligado al grupo armado. ¡°Es mi ni?o del alma. Es como si me hubieran arrancado una parte de mi cuerpo¡±, dice, por tel¨¦fono y entre suspiros de dolor, Sadiye, la madre del sargento secuestrado.
Sadiye se ha unido a otras cuarenta y ocho familias que, desde inicio de mes, se sientan cada d¨ªa frente a la sede del Partido Democr¨¢tico de los Pueblos (HDP) en Diyarbakir, la principal ciudad kurda de Turqu¨ªa. Los manifestantes exigen que la formaci¨®n prokurda, a la que acusan de ser el brazo pol¨ªtico del PKK, les devuelva a sus hijos. Hay de todo: familias cuyos hijos se unieron al PKK por voluntad propia -o, seg¨²n sus progenitores, porque los nacionalistas kurdos les ¡°lavaron el cerebro¡±-, y tambi¨¦n parientes de polic¨ªas y militares secuestrados, la mayor¨ªa de los cuales llevan entre tres y cuatro a?os en manos de este grupo incluido en la lista de organizaciones terroristas de Turqu¨ªa y la Uni¨®n Europea.
La protesta comenz¨® con el acto individual de una mujer, Hacire Akar, cuyo hijo desapareci¨® en agosto. Akar puso una denuncia e inmediatamente fue a la sede del HDP, se sent¨® frente a la puerta y dijo que no se ir¨ªa hasta que su hijo regresase a casa: arg¨¹¨ªa que gente del partido lo hab¨ªa convencido de que se echase al monte. Al cabo de unos d¨ªas, una agencia de noticias cercana a los nacionalistas kurdos entrevist¨® al chaval, de 21 a?os, quien asegur¨® que no se hab¨ªa unido al PKK sino que hab¨ªa escapado de casa por un asunto familiar. De todas formas, regres¨® al hogar. El resultado dio ¨¢nimo a otras madres. Si Akar hab¨ªa podido recuperar a su hijo, ?por qu¨¦ no iban a recuperarlos ellas? As¨ª que d¨ªa a d¨ªa, la protesta en Diyarbakir ha aumentado con madres llegadas de diversos rincones de Turqu¨ªa.
Silencio sobre los secuestrados
El Gobierno de Turqu¨ªa no suele dar publicidad a los secuestros de miembros de sus fuerzas de seguridad ni ofrece cifras, aunque seg¨²n diversas organizaciones, el PKK tiene en sus manos al menos a 13 polic¨ªas y militares y a otros dos agentes del MIT, los servicios secretos. La pol¨ªtica de Ankara es ¡°no negociar con terroristas¡± y, por tanto, el tema se mantiene lejos de los focos.
¡°Durante cuatro a?os no se ha hecho nada. Por eso hemos venido a Diyarbakir, a ver si as¨ª podemos recuperar a nuestros hijos¡±, se queja Sadiye. ¡°Hemos hablado con partidos, asociaciones, autoridades. No ha quedado puerta a la que no llam¨¢semos, pero todo sin resultado¡±, a?ade Seyhmus Kaya, cuyo hijo Vedat, agente de polic¨ªa, fue secuestrado en una carretera local de Diyarbakir en julio de 2015: ¡°Estamos en una situaci¨®n desesperada y el resto de mis hijos tiene problemas psicol¨®gicos¡±.
La Asociaci¨®n de Derechos Humanos (IHD) ha llevado algunos de estos casos, tratando de arrancar su liberaci¨®n al PKK. ¡°En el pasado, yo mismo he ido en dos ocasiones al Kurdist¨¢n iraqu¨ª para recibir a veinte empleados de aduanas y a siete miembros de las fuerzas de seguridad¡±, relata Raci Bilici, directivo de la asociaci¨®n. Seg¨²n datos de la IHD, entre 1990 y el fallido proceso de paz iniciado en 2012, el PKK secuestr¨® a 335 personas -la mayor¨ªa civiles-, aunque Bilici reconoce que pueden ser muchos m¨¢s porque a veces ni siquiera ellos reciben la informaci¨®n. ¡°Normalmente, el PKK libera a sus prisioneros como mucho al cabo de un a?o. Pero en este caso no¡±, explica. Respecto a los 13 militares y polic¨ªas secuestrados, la organizaci¨®n armada ha propuesto que se env¨ªe una delegaci¨®n independiente y entonces los liberar¨¢ pero, arguye Bilici, para ello se necesita el visto bueno de Ankara pues el territorio en que se hallan los rehenes es zona de guerra, que peri¨®dicamente bombardea la aviaci¨®n turca: ¡°A¨²n esperamos la respuesta del Gobierno¡±. Ni la Presidencia turca ni el Ministerio de Interior ni el partido gobernante AKP han respondido a las preguntas de este diario sobre la cuesti¨®n.
Esta vez, sin embargo, la protesta de las llamadas ¡°madres de Diyarbakir¡± s¨ª ha recibido gran cobertura medi¨¢tica. Varios ministros y representantes del Gobierno han acudido a visitarlas y el presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho que cuentan con todo su apoyo. El discurso oficial acusa al HDP de estar involucrado en la captaci¨®n de miembros para el PKK y los secuestros (Seyhmus Kaya, por ejemplo, sostiene que a su hijo lo transportaron a Irak en un veh¨ªculo del Ayuntamiento de Lice, localidad en manos de los nacionalistas kurdos).
Desde el HDP lo niegan todo. ¡°Todas estas acusaciones son parte de un intento de ilegalizarnos. Nosotros somos un partido pol¨ªtico que utiliza s¨®lo medios pol¨ªticos¡±, afirma Ayse Acar Basaran, diputada y dirigente del HDP: ¡°Durante a?os, el Estado ha callado y no ha hecho nada respecto a los secuestros. Y saca el tema justo cuando se han intervenido nuestras alcald¨ªas y destituido a nuestros alcaldes. Nos parece que se est¨¢ manipulando el dolor de estas madres¡±. Como ejemplo del ¡°doble rasero¡± del Gobierno cita el caso de las ¡°Madres del S¨¢bado¡±, que buscan a los desaparecidos durante las d¨¦cadas de 1980 y 1990, a las que el Gobierno ha prohibido manifestarse en la avenida Istiklal de Estambul, donde siempre lo hab¨ªan hecho.
En cambio, el exl¨ªder del HDP Selahattin Demirtas ha enviado una carta desde la prisi¨®n donde se halla desde hace casi tres a?os, en la que, si bien reconoce que ¡°puede haber algo de cierto¡± en que el tema est¨¢ siendo utilizado para ¡°criminalizar¡± a la formaci¨®n prokurda, insta a sus compa?eros a escuchar las ¡°leg¨ªtimas demandas¡± de las madres que protestan. En su misiva, Demirtas exige al grupo armado PKK que ¡°d¨¦ repuesta inmediata¡± a las familias sobre el paradero de sus hijos y, al Ejecutivo de Erdogan, que retome el proceso de paz suspendido en 2015.
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