Bartlett, la encarnaci¨®n de las contradicciones de L¨®pez Obrador
El director de la empresa el¨¦ctrica estatal, un veterano y pol¨¦mico priista, evidencia el vac¨ªo de cuadros experimentados en el Gobierno de Morena, a la vez que cuestiona su voluntad de cambio y regeneraci¨®n
En menos de 10 meses ya le ha torcido la mano al secretario de Hacienda, empuj¨® a M¨¦xico al borde de un conflicto diplom¨¢tico con Canad¨¢ y EE UU, y ha abierto la primera grieta en la credibilidad del discurso anticorrupci¨®n del Gobierno de Morena. El director general de la Comisi¨®n Federal El¨¦ctrica (CFE), Manuel Bartlett, es uno de los ¨²ltimos dinosaurios del PRI, exponente de la vieja pol¨ªtica de pu?o de hierro y con una carrera salpicada de pol¨¦micas, desde sonadas denuncias de fraude electoral a las recientes revelaciones sobre su patrimonio ?Qu¨¦ ha llevado entonces a L¨®pez Obrador a confiar el rumbo de la segunda empresa p¨²blica m¨¢s grande del pa¨ªs a este veterano de 83 a?os? Lealtad, experiencia, nostalgia e ideolog¨ªa, cuatro de los ingredientes que m¨¢s valora el presidente mexicano.
La sinton¨ªa entre ambas ha ido fragu¨¢ndose con el tiempo. En 2006, en plena campa?a electoral, un Bartlett todav¨ªa senador priista lanz¨® un ins¨®lito mensaje pidiendo el voto ¨²til para el candidato del PRD: L¨®pez Obrador. El objetivo era frenar la revalida del PAN ¨Cderecha¨C, que hab¨ªa desbancado al PRI del poder tras m¨¢s de siete d¨¦cadas. Hab¨ªa que detener ¡°la entrega del petr¨®leo a los extranjeros¡±, en relaci¨®n con las incipientes reformas panistas. Entend¨ªa que su partido hab¨ªa traicionado los valores originales, dominado ahora por ¡°la parte moderna del PRI¡±, ¡°la derecha priista¡±, ¡°los tecn¨®cratas neoliberales¡±. Unos adversarios casi id¨¦nticos a los que m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s zarandea L¨®pez Obrador en sus ruedas de prensa ma?aneras.
El distanciamiento de Bartlett con su partido de toda la vida ¨Cocup¨® su primer cargo en 1962¨C viene de los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, con quien lleg¨® a competir en 1988 por la candidatura a la presidencia. Cada uno representaba una posici¨®n antag¨®nica. Salinas era la apuesta por el mercado y la visi¨®n tecnocr¨¢tica del Gobierno; Bartlett, el defensor del Estado priista y la pol¨ªtica como linaje.
Bartlett perdi¨® aquella batalla, pero ¡°desde ese momento se convierte en el estandarte de aquellos valores ¡ªapunta Rogelio Hern¨¢ndez, doctor en Ciencia Pol¨ªtica por el UNAM¡ª, y Morena es la reencarnaci¨®n del viejo PRI: ayudas sociales, la rector¨ªa del Estado, recuperaci¨®n de soberan¨ªa nacional. Por eso, Bartlett est¨¢ en la CFE, un lugar con un valor estrat¨¦gico desde la Revoluci¨®n. La pol¨ªtica econ¨®mica de L¨®pez Obrador est¨¢ centrada en energ¨ªa, estatismo y nacionalismo¡±.
En 2008, Bartlett ya esta fuera del PRI ¨Ctras ocupar carteras como Gobernaci¨®n o Educaci¨®n¨C y se enrol¨® en el Frente en Defensa del Petr¨®leo, liderado por L¨®pez Obrador y germen de lo que despu¨¦s ser¨ªa Morena. Pese a no afiliarse nunca al partido, en su ¨²ltima etapa como senador por el Partido del Trabajo (PT), una peque?a formaci¨®n cercana a Morena, fue un beligerante opositor a las reformas de Pe?a Nieto. ¡°Siempre ha estado cercano a los problemas energ¨¦ticos, pero m¨¢s en t¨¦rminos pol¨ªticos que t¨¦cnicos¡±, a?ade Hern¨¢ndez.
Su perfil, eminentemente pol¨ªtico, ha estado en el punto de mira de las cr¨ªticas tras su nombramiento al frente de la empresa p¨²blica de electricidad, un transatl¨¢ntico que a¨²n produce la mitad de la energ¨ªa total del pa¨ªs y mantiene el monopolio de la distribuci¨®n para m¨¢s de 40 millones de usuarios. Una de sus primeras medidas fue poner en duda la eficacia de las subastas el¨¦ctricas con compa?¨ªas privadas, llegando incluso a cancelar varias licitaciones. Como un resorte, saltaron las advertencias de los faros del mercado como la agencia de rating Fitch.
El siguiente hito fue amenazar a compa?¨ªas canadienses y estadounidenses con denunciarles ante un tribunal internacional por las supuestas ¡°condiciones abusivas¡± de contratos de suministro en gasoductos firmados por el Gobierno anterior. Los embajadores de los dos mayores socios comerciales de M¨¦xico ¨Cpendientes a¨²n las tres partes de la entrada en vigor del nuevo TLC¨C hicieron p¨²blica su preocupaci¨®n por un ¨®rdago que incluso se llev¨® por delante al secretario mexicano de Hacienda.
Carlos Urz¨²a, un respetado acad¨¦mico, dimiti¨® en julio provocando la mayor crisis hasta ahora del Gobierno de Morena. Tras su salida carg¨® con dureza contra las injerencias pol¨ªticas en materia econ¨®mica de pesos pesados del entorno del presidente como Bartlett. Cuando Urz¨²a alert¨® al presidente de los riegos del movimiento liderado por el titular de la CFE, L¨®pez Obrador cerr¨® filas con Bartlett y acus¨® al veterano economista, seg¨²n su versi¨®n, de ser ¡°un neoliberal¡±.
¡°Las negociaciones por los gasoductos se han reconducido, pero la amenaza fue un poco precipitada. El nuevo Gobierno quiere restaurar la gloria de las instituciones como Pemex y CFE. Pero la participaci¨®n eficiente del Estado en el mercado no se consigue en un sexenio, lleva tiempo¡±, apunta Hugo Ventura, jefe de unidad de energ¨ªa de Cepal en M¨¦xico.
Al margen de los aciertos o errores en la gesti¨®n de la CFE, el nuevo escollo es la sombra de corrupci¨®n. Una investigaci¨®n period¨ªstica revel¨® la semana pasada que ocult¨® la existencia de 12 empresas, algunas incluso relacionadas con el sector el¨¦ctrico, registradas a nombre distintos familiares. A lo que se a?ade la carpeta en la secretar¨ªa de la Funci¨®n P¨²blica por omitir cientos de millones de pesos en su declaraci¨®n patrimonial. Bartlett ha negado las acusaciones y L¨®pez Obrador ha vuelto a cerrar filas con su funcionario.
Las denuncias contra Bartlett no son de momento de gran entidad, pero el coste pol¨ªtico de sostener a un funcionario tocado por las sospechas de la opacidad y la irregularidad puede ser muy alto para un Gobierno fundado en la tolerancia cero contra la corrupci¨®n.
Pesan m¨¢s, por ahora, los enemigos comunes, la sinton¨ªa y la experiencia. ¡°Bartlett consolid¨® su trayectoria desde la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, que fue la aut¨¦ntica instituci¨®n de control de la pol¨ªtica nacional. Y en Morena [un partido con apenas ocho a?os] tienen el problema de no contar a¨²n con liderazgos claros y gente experimentada. La vinculaci¨®n con L¨®pez Obrador es totalmente ideol¨®gica, pero hay que sumar tambi¨¦n las habilidades de Bartlett como un gran operador pol¨ªtico. Morena no es un partido, sino un movimiento basado en las ideas de L¨®pez Obrador, que no es afecto a las instituciones ni a un partido integrado, y est¨¢ recurriendo a una gama inveros¨ªmil de gente: priistas enojados, experredistas, izquierdistas¡±, a?ade Hern¨¢ndez.
Muchos de esos izquierdistas de Morena son los mismos que acusaron a Bartlett de fraude electoral en 1988. Durante la jornada electoral, fue ¨¦l como secretario de Gobernaci¨®n qui¨¦n anunci¨® que, por un problema t¨¦cnico, se hab¨ªa interrumpido temporalmente la publicaci¨®n de los avances de los votos. El suceso, que acab¨® propiciando un vuelco en los resultados a favor Salinas sobre el candidato perredista Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, abri¨® todo tipo de especulaciones y denuncias y supone uno de los ¨²ltimos agujeros negros del priismo.
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