¡°Hay muchos brasile?os cansados de la radicalizaci¨®n pol¨ªtica¡±
Procesado por varios casos de corrupci¨®n, el que fue vicepresidente de Dilma Rousseff no cree que Bolsonaro ponga en riesgo el orden institucional del pa¨ªs sudamericano
Cuando entreg¨® la banda presidencial brasile?a, en enero de este a?o, Michel Temer (Tiet¨º, 1940) ten¨ªa todas las razones del mundo para retirarse de la vista p¨²blica. No solo abandonaba el cargo que obtuvo tras la destituci¨®n de Dilma Rousseff siendo tremendamente impopular (en junio de 2018, un 82% de los encuestados por Datafolha tildaban a su Gobierno de "malo" o "muy malo", un r¨¦cord hist¨®rico) sino que lo hac¨ªa bajo el manto de varios casos de corrupci¨®n que le persiguen hasta hoy.
Pregunta. Le han detenido dos veces este a?o y est¨¢ imputado en varios casos de corrupci¨®n. ?No le preocupa no poder hacer m¨¢s viajes como este? ?No debilita su imagen p¨²blica?
Respuesta. Yo no lo llamo detenci¨®n, lo llamo secuestro. Una detenci¨®n es cuando sigue un proceso judicial regular. Los casos pasaron del Tribunal Supremo, donde estaban por estar yo aforado. Y cuando llegaron, a pesar de que solo hab¨ªa una denuncia de la Fiscal¨ªa, el juez decret¨® inmediatamente la prisi¨®n, que despu¨¦s fue retirada por unanimidad por un tribunal superior. Fue un equ¨ªvoco, una arbitrariedad. Cuando dej¨¦ la presidencia, naturalmente tom¨¦ la decisi¨®n de ser discreto. Pero despu¨¦s de esta arbitrariedad, decid¨ª salir al embate p¨²blico. Y es por eso que estoy hoy en Espa?a.
P. Hay en Brasil un debate sobre el uso de la prisi¨®n como herramienta de presi¨®n de la Justicia. Y ahora est¨¢ en debate en el Congreso el aprobar una ley que confirma que se puede encarcelar a alguien con un juicio pendiente de recurso, la jurisprudencia que rechaz¨® el Supremo y que permiti¨® la liberaci¨®n de Lula. ?Cu¨¢l es su posici¨®n??
R. La letra de la Constituci¨®n es muy fuerte, y dice que "nadie ser¨¢ considerado culpable sin que haya una sentencia penal condenatoria transitada en juzgado". Y el tr¨¢nsito en los juzgados no termina hasta que se examinen todos los recursos. Esa es la interpretaci¨®n que ha hecho el Supremo; correcta, tal y como lo entiendo yo. La pregunta aqu¨ª es si basta con modificar el C¨®digo de Enjuiciamiento Penal, o si se debe cambiar la Constituci¨®n. Y, si es el segundo caso, habr¨¢ una oposici¨®n muy fuerte y doctrinal: los derechos individuales son inmodificables en el texto constitucional.
P. El principal derrotado en las elecciones de 2018 fue el centro pol¨ªtico. El Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o, su partido, sac¨® el peor resultado de su historia. ?Cu¨¢l cree que fue el motivo?
R. El resultado fue negativo para casi todos los partidos, menos el Partido de los Trabajadores (de Lula) y el [Partido Social Liberal] de Bolsonaro. Pero el MDB sigue teniendo una cierta actuaci¨®n. El l¨ªder del Gobierno en el Senado es del MDB. El ministro de Ciudadan¨ªa fue ministro m¨ªo. Porque se le llama por su amplia experiencia pol¨ªtica y por la influencia que tiene en el Congreso. Y aunque yo est¨¦ fuera de la pol¨ªtica, y cuando me buscan, no doy nada m¨¢s que consejos, creo que va a seguir ocupando esa posici¨®n. Porque vota a favor de lo que interesa al pa¨ªs, como la reforma de la Seguridad Social.?
P. ?Pero no cree que el centro ha perdido peso pol¨ªtico?
R. S¨ª. Lo perdi¨® y perdi¨® mucho.?
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque llega un momento en el que el pueblo lo quiere cambiar todo. Es el caso de Bolsonaro, pero no fue el ¨²nico. En 2002 hab¨ªa un sistema que se vino abajo, Lula fue elegido, y su sistema estuvo 16 a?os en el poder. Puede que, dentro de unos a?os, el pueblo lo quiera cambiar todo otra vez.?
P. ?Hay espacio para el centro pol¨ªtico en Brasil? ?Qu¨¦ debe hacer para recuperar la fuerza de anta?o?
R. Abogar por el di¨¢logo y la pacificaci¨®n nacional. Hay una buena parte de la poblaci¨®n que est¨¢ cansada de esta radicalizaci¨®n. Y creo que esperan candidatos que digan: "a ver, vamos a hacer que esto vaya de brasile?os con brasile?os y no de brasile?os contra brasile?os". He o¨ªdo a mucha gente decirme que ya no se pod¨ªa reunir en Navidad con la familia por las divergencias pol¨ªticas. ?Y eso no puede pasar en Brasil! El pa¨ªs siempre ha sido de mucha solidaridad, paz y armon¨ªa. Creo que qui¨¦n abogue por eso puede ganar mucho espacio pol¨ªtico. Pero a¨²n falta mucho para las elecciones.
P. Se dice que Ulysses Guimar?es, uno de los fundadores del MDB, dijo que los pol¨ªticos son como los cocineros: quien hace el mejor bocado no siempre se lo come. Su partido fue uno de los que m¨¢s impulsaron la destituci¨®n de Rousseff, y fueron castigados en las urnas. ?Les vali¨® la pena?
R. No fueron los partidos los que impulsaron la destituci¨®n. Fueron las calles. Fue un movimiento que fue creciendo y creciendo hasta ser millones. Los partidos, 10 o 12 partidos, solo acompa?aron ese movimiento.
P. Las protestas en Chile surgieron como reacci¨®n a una subida del precio del transporte p¨²blico, justo lo que desat¨® las manifestaciones en Brasil hace seis a?os. ?Cu¨¢les cree usted que son las semejanzas y las diferencias?
R. En Chile, que yo sepa, nadie est¨¢ hablando todav¨ªa de destituir al presidente, que es lo que pas¨® en Brasil.?
P. La crisis en Venezuela parece haberse enquistado. ?Qu¨¦ puede hacer Latinoam¨¦rica para desbloquear la situaci¨®n?
R. Voy a poner el ejemplo de Mercosur. Cuando lo presid¨ª, no permitimos la presencia de Venezuela en el bloque. Esa es una gesti¨®n diplom¨¢tica. Lo que Brasil y Latinoam¨¦rica pueden hacer son gestiones diplom¨¢ticas que puedan influir en el regreso del pa¨ªs a la democracia.?
P. Para qui¨¦n lo ve de fuera, parece que Brasil siempre ha tenido dos agendas: la del presidente y la del Congreso.?
R. No es as¨ª. En el presidencialismo, no es solo el Ejecutivo quien gobierna; gobierna con el Congreso. Hoy no existe esa separaci¨®n.?
P. Porque, hasta ahora, siempre que el Congreso y la presidencia han entrado en conflicto, casi siempre ha habido un compromiso. Y raras veces el presidente se ha salido completamente con la suya.?
R. Claro. Si no hay di¨¢logo, el presidente no tiene posibilidades de aprobar sus medidas.?
P. Lo digo porque el presidente Bolsonaro y su entorno han dado se?ales de estar a favor de medidas de excepci¨®n. ?Le preocupa la posibilidad de una ruptura institucional por parte del presidente?
R. No. Primero, porque se dice mucho que Bolsonaro no se habla con el Congreso. Y s¨ª que lo hace: sale de palacio, cruza la calle y habla con [el presidente de la C¨¢mara de Diputados, Rodrigo] Maia, y con [el presidente del Senado, Davi] Alcolumbre. Luego, las instituciones brasile?as est¨¢n muy solidificadas. Y, en tercer lugar, la cultura pol¨ªtica nacional hoy no admite ning¨²n gesto de autoritarismo o de centralizaci¨®n, porque se ha acostumbrado a la democracia desde [la Constituci¨®n de] 1988. No tengo ni la menor duda.
P. Si el Tribunal Superior Electoral admite al nuevo partido del presidente Bolsonaro, la Alianza para Brasil, la C¨¢mara de Diputados tendr¨¢ 26 partidos pol¨ªticos distintos. A eso se le suman diferentes grupos de presi¨®n suprapartidarios. ?C¨®mo se pasan reformas a trav¨¦s de ese filtro?
R. No creo que sea ¨²til que haya 36 partidos pol¨ªticos registrados. En mi base parlamentaria ten¨ªa unos 15. Y hablaba con todos: es algo que tiene que hacer el presidente personalmente.
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