Pap¨¢ Noel se resiste al correo electr¨®nico
A un min¨²sculo pueblo del norte de Alemania llegan cientos de miles de cartas de ni?os de todo el mundo. Todas reciben una respuesta
A este diminuto pueblo del nordeste de Alemania llegan cientos de miles de cartas de todo el mundo. Ni?os de Namibia, Per¨² o Indonesia escriben con esmero en sus sobres una direcci¨®n en Himmelpfort, el nombre del pueblo, que significa ¡°la puerta del cielo¡±. Son cartas dirigidas a Pap¨¢ Noel, en las que le piden juguetes, le env¨ªan dibujos y le cuentan historias. Algunas son divertidas y otras tristes. Pero lo extraordinario es que el barbudo m¨¢s c¨¦lebre de las navidades les contesta. A todos.
Todo empez¨® en 1986 cuando dos ni?os del Este de Alemania escribieron a Pap¨¢ Noel y pusieron como direcci¨®n Himmelpfort. No hab¨ªa ca¨ªdo todav¨ªa el muro de Berl¨ªn y contactar con el mundo exterior, es decir, el polo norte, donde se supon¨ªa que estar¨ªa el hombre de los regalos no era una opci¨®n muy viable. As¨ª que las puertas del cielo les pareci¨® lo m¨¢s parecido a un lugar m¨¢gico, del que tal vez pudiera llegar algo bueno. Y lleg¨®. Koni Matzke, la empleada de correos que recibi¨® la carta de los chavales se enterneci¨® y decidi¨® no imprimir el tamp¨®n de ¡°direcci¨®n desconocida¡± en el sobre. Prefiri¨® contestarles. Al recibir la carta, los ni?os alucinaron y se lo contaron a sus amigos, que al a?o siguiente se animaron a escribir. La bola de nieve hab¨ªa echado a rodar y cientos de cartas empezaron a llegar a Himmelpfort.
A medidos de los noventa, la cantidad de cartas que llegaba a Himmelpfort era tal, que Santa Claus tuvo que contratar a ayudantes para poder responder a todos. Hoy hay 20 empleados de la Deutsche Post dedicados a jornada completa durante un mes y medio a responder las cartas de los ni?os. Este a?o, a mediados de diciembre, hab¨ªan recibido 200.000 cartas, procedentes de 64 pa¨ªses, seg¨²n informa una portavoz de la Deutsche Post. Una vez respondidas, las cartas se archivan durante un tiempo en el servicio de correos alem¨¢n. Himmelpfort no es la ¨²nica oficina navide?a de correos, pero s¨ª es la mayor. Otros pueblos con nombres evocadores de Alemania, tambi¨¦n reciben cartas, en un pa¨ªs con un extraordinario apego al papel escrito y al correo postal.
¡°Cada a?o tenemos m¨¢s¡±, asegura Pap¨¢ Noel, sentado en su escritorio de la oficina de correos de Himmelpfort. A su derecha, cinco ayudantes, rodeadas de cajas llenas de cartas, responden en distintos idiomas, y hasta en Braille a los ni?os. Pap¨¢ Noel explica que ¨¦l se encarga de responder personalmente a los casos m¨¢s dif¨ªciles. ¡°Llegan casos de ni?os enfermos o que sus padres se han separado o incluso muerto¡±. Suena su tel¨¦fono m¨®vil¨Cel tono es Jingle Bells, claro- y se excusa un momento.
Sobre la mesa de las ayudantas van desfilando cartas y dibujos; algunos de ellos verdaderas obras de arte. Este a?o, hay muchos de Ana y Elsa. ¡°Es que han sacado Frozen II¡±, informa una de las ayudantes. ¡°Lo de los ni?os es muy global. Da igual de qu¨¦ pa¨ªses vengan, los deseos son muy parecidos¡±, asegura.
Muchos piden paz para el mundo y salud para su familia. Hay uno que quiere adem¨¢s poderes m¨¢gicos. En el campo de lo terrenal, los deseos tambi¨¦n se repiten. Cartas de Pokemon, camiseta de Ronaldo (Ruben, siete a?os) o de Ter Stegen (Magnus) o Harry Potter IV ¨CFabiana, de ocho, es tan fan que pide el libro, el calendario, el audio libro y la pel¨ªcula-. Los hay tambi¨¦n que no se cortan y piden tablets y smartphones. Otro a?o, un ni?o pidi¨® que las espinacas supieran a natillas de chocolate y otro que nevara todo el a?o para no bajarse del trineo.
A la entrada de la oficina de correos de Himmelpfort hay un mapa con chinchetas clavadas en los pa¨ªses de los que han ido recibiendo cartas a lo largo de los a?os. No falta casi ninguno. Muchas de las cartas llegan desde pa¨ªses que enviaron a trabajadores a la Rep¨²blica Democr¨¢tica alemana y que mantienen un v¨ªnculo con el pa¨ªs. Llegan muchas de Rusia, Taiw¨¢n, de Namibia y de Polonia, detalla Pap¨¢ Noel, que asegura que no aceptan cartas enviadas por Internet. Aunque reconoce que tras la implantaci¨®n de la Red, el n¨²mero de cartas que llegan se ha disparado, porque los ni?os se enteran con m¨¢s facilidad de que en este pueblo remoto del norte de Alemania, rodeado de lagos Pap¨¢ Noel da se?ales de vida.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.