El regreso de las protestas evidencia la fractura pol¨ªtica en Bolivia
Habitantes de El Alto, en La Paz, se confrontan con la polic¨ªa que dispar¨® gases lacrim¨®genos
Cuatro meses despu¨¦s del exilio del expresidente de Bolivia Evo Morales, los conflictos sociales volvieron a las calles de El Alto, ciudad de inmigrantes aimaras que colinda con La Paz, la capital de Bolivia. Vecinos de la urbe chocaron con la polic¨ªa afuera de la reuni¨®n extraordinaria del Senado realizada en el barrio de Senkata. Fue en ese barrio donde murieron diez manifestantes que protestaban en contra del Gobierno interino de Jeanine ??ez en noviembre. Esta sesi¨®n hab¨ªa sido convocada por los senadores del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), que controla la C¨¢mara Alt...
Cuatro meses despu¨¦s del exilio del expresidente de Bolivia Evo Morales, los conflictos sociales volvieron a las calles de El Alto, ciudad de inmigrantes aimaras que colinda con La Paz, la capital de Bolivia. Vecinos de la urbe chocaron con la polic¨ªa afuera de la reuni¨®n extraordinaria del Senado realizada en el barrio de Senkata. Fue en ese barrio donde murieron diez manifestantes que protestaban en contra del Gobierno interino de Jeanine ??ez en noviembre. Esta sesi¨®n hab¨ªa sido convocada por los senadores del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), que controla la C¨¢mara Alta, como homenaje a lo que ellos llaman ¡°masacre de Senkata¡±. Las autoridades bolivianas, sin embargo, lo han descrito como el sofocamiento de un ¡°atentado terrorista¡± contra la planta de acopio de gasolina del lugar.
Los familiares de las v¨ªctimas, junto a otras personas que ¨Cseg¨²n el Gobierno boliviano¨C pertenec¨ªan al MAS, arrojaron huevos y basura sobre los senadores oficialistas que sal¨ªan con un fuerte resguardo policial de su reuni¨®n en Senkata. La polic¨ªa boliviana dispar¨® gases lacrim¨®genos. El candidato a la presidencia Carlos Mesa critic¨® que estos afectaran, tambi¨¦n, a los ni?os de un colegio cercano.
En un acontecimiento estrechamente relacionado, otro grupo de manifestantes lanz¨® piedras al convoy que llevaba a la presidenta ??ez y a una parte de su Gabinete de vuelta a La Paz. No se produjeron da?os de consideraci¨®n. El oficialismo trat¨® de poner pa?os fr¨ªos sobre los sucesos, que atribuy¨® a ¡°peque?os grupos violentos afines al MAS¡±. Tambi¨¦n responsabiliz¨® de ellos a Eva Copa, presidenta del Senado, una militante del partido izquierdista. Copa se hab¨ªa empe?ado en realizar una sesi¨®n del Senado en El Alto y, al mismo tiempo, hab¨ªa advertido a los senadores oficialistas que no asistieran a ella. ¡°No somos salvajes para que nos echen gases¡±, dijo la senadora refiri¨¦ndose a sus paisanos.
El MAS est¨¢ enfocado en denunciar las supuestas violaciones de los derechos humanos de sus militantes, de los miembros de los sindicatos y los ¡°movimientos sociales¡± por parte del Gobierno de A?ez. Este partido ha intentado, sin ¨¦xito, que los ministros responsables de la seguridad comparezcan ante la Asamblea Legislativa para explicar lo sucedido en Senkata y en otras partes de Bolivia, como en la localidad de Sacaba, en Cochabamba, donde murieron otros diez campesinos. Uno de estos ministros es el de Gobierno, Arturo Murillo, quien anunci¨® que sancionar¨ªa a los responsables del ataque con piedras contra el convoy presidencial. ¡°Que luego no lloriqueen por (la existencia de una supuesta) persecuci¨®n pol¨ªtica¡±, advirti¨®.
El MAS tambi¨¦n se ha confrontado con el fiscal general, Juan Lanchipa, por no investigar las muertes de los manifestantes en contra de la gesti¨®n de ??ez y, en cambio, actuar rigurosamente en contra de las centenas de autoridades del anterior Gobierno que se encuentran procesadas, detenidas, asiladas o exiliadas por distintas causas.
Seg¨²n las encuestas electorales, el partido del expresidente Evo Morales, que hace unos meses todav¨ªa era cuestionado en El Alto, se ha hecho fuerte en esta ciudad, que un d¨ªa fuera su m¨¢s importante basti¨®n. El candidato del MAS, el economista Luis Arce, atrae casi la mitad (49%) de la intenci¨®n de voto de la regi¨®n de La Paz. Esta regi¨®n es una de las que tienen m¨¢s ind¨ªgenas en Bolivia. Si las elecciones fueran ahora, Arce obtendr¨ªa alrededor del 36% de los votos v¨¢lidos en todo el pa¨ªs, lo que lo llevar¨ªa al desempate con alguno de los candidatos del centro, la derecha o la extrema derecha que hoy compiten por el segundo puesto. En este momento, el mejor situado para lograrlo es Mesa, con 21%. Le sigue de cerca la presidenta Jeanine ??ez, que tiene el 20% de los votos v¨¢lidos (esto es, sin contar los nulos y los blancos, como establece la legislaci¨®n boliviana). Cierra el grupo de vanguardia de la carrera electoral el exdirigente c¨ªvico Luis Fernando Camacho, con un 10%. Por sus propuestas y su estilo de campa?a, ha sido equiparado con Jair Bolsonaro, pero su apoyo se halla casi exclusivamente circunscrito a la regi¨®n de Santa Cruz.
Los sucesos de El Alto muestran la polarizaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs sudamericano. Bolivia est¨¢ dividida en dos grandes bloques: uno popular y rural, que se opone radicalmente al actual Gobierno y acaricia la posibilidad de que la izquierda retorne al poder, y otro urbano y m¨¢s acomodado, que aborrece al MAS y considera que, sin este partido, no habr¨ªa ninguna divisi¨®n social en el pa¨ªs. El segundo es el bloque mayoritario, aunque, hasta ahora, no ha encontrado la forma de expresar esta mayor¨ªa en las urnas.