Trump enarbola la bandera de la ley y el orden ante la ola de violencia

Donald Trump se ha topado con un estallido social a cinco meses de las elecciones presidenciales y ha decidido jugar la baza de la mano dura, enarbolar la bandera de la ley y el orden, ante la escalada violenta de las protestas por la brutalidad policial contra los afroamericanos. M¨¢s all¨¢ de condenar los saqueos y los ataques a los bienes, algo que han compartido todos los l¨ªderes pol¨ªticos, el presidente ha decidido ir m¨¢s all¨¢ al calificar los hechos de ¡°terrorismo nacional¡±, lo que le sit¨²a ante un relato muy distinto del de la ira contra el racismo. El lunes plante¨® que recurrir¨ªa al Ej¨¦rcito si la espiral segu¨ªa.

En paralelo a las protestas pac¨ªficas de miles de estadounidenses, una ola de vandalismo ha provocado grandes destrozos en todo el pa¨ªs, saqueando establecimientos, prendiendo fuego a edificios en las grandes ciudades y sembrando el p¨¢nico en un sector comercial que precisamente acaba de pasar un cierre de dos meses a ra¨ªz de la pandemia. Donald Trump se dirigi¨® el lunes a la naci¨®n desde los jardines de la Casa Blanca, tras una semana de terremoto social, pero lo hizo sobre todo hacia el enfado de los ciudadanos ante semejantes im¨¢genes de violencia.

¡°Estos no son actos de protesta pac¨ªfica, son actos de terrorismo nacional¡±, dijo. Faltaban unos minutos antes de que entrara en vigor el toque de queda en la capital de Estados Unidos, ante una nueva noche de protestas por todo el pa¨ªs en repulsa por la muerte en Minneapolis del afroamericano George Floyd a manos de la polic¨ªa, que dos autopsias calificaron el lunes de homicidio. Y, de nuevo, acus¨® de orquestar los disturbios a ¡°anarquistas profesionales¡± y al movimiento Antifa, una difusa red de grup¨²sculos de militancia antifascista, al que este fin de semana amenaz¨® con ponerle el sello de organizaci¨®n terrorista.

¡°Soy vuestro presidente de la ley y el orden¡±, dijo Donald Trump a los estadounidenses, en un discurso que recordaba mucho al que pronunci¨® en la convenci¨®n republicana de 2016, cuando fue formalmente coronado candidato a la Casa Blanca.

La referencia a la ¡°ley y orden¡± se pierde en la historia americana, pero es a Richard Nixon a quien se le atribuye m¨¢s a menudo esa expresi¨®n, que utiliz¨® precisamente durante su discurso de la Convenci¨®n Republicana de 1968, marcada por los graves disturbios raciales en Los ?ngeles, los asesinatos de Bob Kennedy y Martin Luther King y las protestas por la guerra de Vietnam. En extensi¨®n geogr¨¢fica y duraci¨®n, esta es la mayor oleada de protestas desde entonces.

En la convenci¨®n de Trump en 2016, la primera jornada se dedic¨® precisamente a la seguridad e intervino como estrella el alcalde de Nueva York en el 11-S, Rudy Giuliani, conocido como ¡°el alcalde de Am¨¦rica¡± por su gesti¨®n de la crisis de los atentados, pero tambi¨¦n por la mano de hierro que aplic¨® contra la delincuencia, que acab¨® despertando muchas cr¨ªticas por el sesgo contra los afroamericanos. Los casos de abusos policiales contra los negros, m¨¢s visibles con los a?os gracias a las grabaciones con tel¨¦fono m¨®vil y las c¨¢maras adosadas a los coches patrulla, son precisamente la espita que ha encendido esta hoguera.

Desde que estall¨® el conflicto, Trump pasa de puntillas sobre este problema de fondo y se centra en la urgencia por restablecer el orden. La estrategia puede darle votos de cara a noviembre, cuando se juega la reelecci¨®n frente al dem¨®crata Joe Biden.

El exvicepresidente de la era Obama aventaja en seis puntos a Trump en las encuestas nacionales, seg¨²n la media de sondeos elaborada por Real Clear Politics (con un 48,6% de votos populares frente al 42,6% del republicano), pero la presidencia de Estados Unidos se juega en los Estados bisagra y el magnate neoyorquino juega la baza del brazo de hierro. No le preocupa perder esos votos afroamericanos que nunca tuvo ¡ªuna encuesta de Ipsos para el diario The Washington Post se?alaba en enero que ocho de cada 10 negros le considera racista¡ª y, en cambio, puede agitar a sus bases.

Polic¨ªa Militar

¡°Movilizo todos los recursos federales disponibles, civiles y militares¡±, dijo, y a?adi¨® que prepara un despliegue de fuerza que ¡°dominar¨¢ las calles¡± hasta que ¡°la violencia sea sofocada¡±. Mientras la polic¨ªa rociaba con gas lacrim¨®geno a los cientos de manifestantes que se concentraban en el exterior de la Casa Blanca, advirti¨® de que desplegar¨¢ al Ej¨¦rcito para terminar con la ¡°rebeli¨®n¡±. Si los gobernadores de los Estados, que son competentes en el uso de la fuerza para atajar los altercados, no terminan ya con la violencia, el mandatario apunt¨® al despliegue del Ej¨¦rcito ¡°para resolver el problema por ellos [los gobernadores]¡±. La semana pasada, la red social Twitter se?al¨® un mensaje del mandatario por ¡°ensalzar la violencia¡±.

El presidente critic¨® este martes la gesti¨®n del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, del Partido Dem¨®crata, por no desplegar a la Guardia Nacional en la Gran Manzana, que el lunes vivi¨® una noche aciaga por los saqueos. Tambi¨¦n critic¨® que el alcalde, Bill de Blasio, no decretara el toque de queda hasta las 11 de la noche. Cuomo tambi¨¦n responsabiliz¨® a De Blasio, tambi¨¦n dem¨®crata. ¡°El cuerpo de polic¨ªa de Nueva York no hizo su trabajo anoche, creo que subestima el problema¡±.

En la ciudad de Washington, el ¨²nico territorio del pa¨ªs en el que puede hacerlo, el presidente ha ordenado el despliegue de un batall¨®n de la Polic¨ªa Militar, seg¨²n el Departamento de Defensa. Se trata de una unidad de entre 200 y 500 soldados procedentes de Fort Bragg, en Carolina del Norte. En Minnesota, epicentro de las protestas, y en otros Estados, los gobernadores han declinado la oferta del presidente, y han decidido recurrir a sus propias tropas de la Guardia Nacional.