Una Constituci¨®n a medida de Putin
La reforma de la Carta Magna rusa supone un paso sustantivo en el rumbo autoritario, personalista y aut¨¢rquico del sistema dirigido por el presidente
La reforma de la Constituci¨®n rusa, que entrar¨¢ en vigor tras los rituales culminantes de este mi¨¦rcoles, refuerza el papel del presidente con nuevas competencias y supone un paso sustantivo en el rumbo autoritario, personalista y aut¨¢rquico del sistema dirigido por Vlad¨ªmir Putin.
En la Carta Magna se han incluido aspectos ya recogidos en la legislaci¨®n rusa (como la actualizaci¨®n de las pensiones o la prohibici¨®n de la doble ciudadan¨ªa para los cargos p¨²blicos). La propaganda de un sistema supuestamente ¡°social¡± y ¡°nacional¡± (lo ¡°nuestro¡± enfatizan los carteles callejeros a favor de los cambios) y el empleo de recursos administrativos tradicionales (como las presiones a subordinados) han contribuido a la participaci¨®n en la semana de votaciones al aire libre que comenz¨® el 25 de junio.
Por su despliegue y escenarios, la campa?a por el voto popular recuerda los itinerarios de los vendedores ambulantes de helados o de kvas (popular refresco eslavo) en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Solo que, ahora, en jardines, parques y patios las urnas sustituyeron a la nevera port¨¢til con vitrina que conservaba los helados y al bid¨®n met¨¢lico de colores desde donde el refrescante l¨ªquido fermentado se vert¨ªa en las botellas de los vecinos. Los ciudadanos tienen acceso hoy a los atractivos premios ofrecidos por los promotores de la consulta, que no es un refer¨¦ndum y que no tiene precedentes en Rusia.
La votaci¨®n deja al margen los tres cap¨ªtulos de la Constituci¨®n (el primero, el segundo y el noveno, referidos al orden constitucional, los derechos y las libertades de los ciudadanos y a la adopci¨®n de enmiendas, respectivamente) cuya modificaci¨®n requiere de una asamblea constituyente, un ¨®rgano no creado todav¨ªa. En importantes temas, las modificaciones en el resto del documento contradicen la parte que fue protegida de ligerezas legislativas. De ah¨ª que la columna vertebral de la Constituci¨®n se vea minada por los aspectos que ahora se le a?aden. As¨ª la primac¨ªa del derecho internacional se ve mermada por la del derecho nacional que ahora queda fijado constitucionalmente y la autogesti¨®n y competencias de los territorios se ven contradichas por el reforzamiento de la vertical de poder.
Para dirimir estas contradicciones es previsible que en el futuro se pronuncie el Tribunal Constitucional que, debido justamente a estas reformas, ser¨¢ mucho m¨¢s dependiente del presidente. Por cierto que el Tribunal Constitucional concedi¨® sin discusiones a Putin el derecho a volver a presentarse a la Presidencia en dos ocasiones m¨¢s si as¨ª lo desea, un derecho que el mismo tribunal deneg¨® en 1998 a Bor¨ªs Yeltsin, el primer presidente de Rusia, para las presidenciales de 2000 y esa negativa abri¨® el camino a Putin.
El procedimiento excepcional ideado para esta ocasi¨®n est¨¢ destinado a dotar las enmiendas, aprobadas ya por el Parlamento, de un suplemento de legitimidad simb¨®lica. Tras el folklore est¨¢ el n¨²cleo duro de la reforma, a saber el incremento de las competencias del presidente y la posibilidad de prolongarse en el poder.
En respuesta a las cr¨ªticas del Partido Comunista, Putin dijo el pasado 14 de junio que las enmiendas no ampl¨ªan sus competencias sino ¡°al contrario, pues el presidente entrega una sustancial parte de sus competencias¡±. Como ejemplo, Putin puso el nombramiento del jefe del Gobierno.
Las palabras han cambiado, pero el poder del presidente es mayor. En el nuevo texto la Duma (C¨¢mara baja del parlamento) no puede cesar al Gobierno, aunque lo ¡°confirma¡± en vez de ¡°aprobarlo¡± como antes (excepto los ministros del bloque de seguridad y militar, reservados exclusivamente al presidente). La C¨¢mara conserva la posibilidad de efectuar una moci¨®n de censura al jefe de Gobierno, pero ahora este procedimiento puede no traducirse en una clarificadora crisis pol¨ªtica. Si antes, en caso de moci¨®n, el presidente deb¨ªa elegir entre el Gobierno o el Parlamento, ahora el presidente puede seguir trabajando con ambas instituciones cualquiera que sea el grado de confianza de la Duma.
El presidente incrementa adem¨¢s sus facultades en la configuraci¨®n del poder judicial (incluido el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo) no solo por la ampliaci¨®n de los cargos que puede nombrar en los escalafones judiciales, sino por las nuevas facultades que adquiere para cesarlos. El Consejo de la Federaci¨®n (C¨¢mara alta del Parlamento) adquiere as¨ª funciones consultivas (indefinidas en su alcance) donde antes ten¨ªa un papel protagonista. El presidente puede ahora proponerle a esta C¨¢mara el cese de los jueces del Constitucional y del Supremo. Tambi¨¦n puede cesar al fiscal del Estado, al que nombra tras ¡°consultas¡± (no especificadas) con el consejo de la Federaci¨®n. Antes era el Consejo de la Federaci¨®n el que nombraba o cesaba al fiscal del Estado a propuesta del presidente.
La representaci¨®n de los territorios se diluye algo en el Consejo de la Federaci¨®n, que pasa tambi¨¦n a depender m¨¢s del presidente. Este casi duplica (de 17 a 30) el n¨²mero de sus representantes en la C¨¢mara de las regiones, donde, hasta ahora, los representantes del presidente pod¨ªan llegar a un 10% sobre el total de senadores territoriales (actualmente 170, a raz¨®n de dos por cada unidad administrativa del Estado). En el futuro los representantes nombrados a dedo por el presidente podr¨¢n ser hasta 30 (de ellos 7 pueden ser vitalicios) y a la C¨¢mara se incorporan tambi¨¦n los expresidentes del Rusia (tambi¨¦n vitalicios).
El jefe del Estado se dota tambi¨¦n de un instrumento extra para saltarse la voluntad del Parlamento, si este consigue superar el veto presidencial a una ley. Si el Parlamento, en una votaci¨®n repetida, logra el apoyo de dos tercios de las dos C¨¢maras requerido para forzar la firma presidencial de una ley, el jefe del Estado podr¨¢ dirigirse al Tribunal Constitucional (ahora m¨¢s dependiente del mismo presidente) para dirimir el caso.
La voluntad de la administraci¨®n presidencial de ejecutar la reforma sin discusiones dilatorias fue f¨¦rrea. En el grupo de ciudadanos destinados a hacer de claque de las enmiendas se incluy¨® a personajes del deporte, el arte y la cultura y se rechaz¨® conscientemente a reconocidos constitucionalistas profesionales. En nombre de la Asociaci¨®n de Juristas de Rusia, Oleg Rumi¨¢ntsev, que dirigi¨® el grupo de trabajo preparatorio de la Constituci¨®n rusa en 1990-1993, ofreci¨® sus servicios y el de 24 experimentados pol¨ªticos y juristas en cuanto Putin hizo su propuesta el 15 de enero. A la carta y colecci¨®n de propuestas remitidas el 17 de enero al senador Andr¨¦i Klishas, copresidente del grupo de trabajo para presentar las enmiendas, contest¨® el 5 de marzo un adjunto del destinatario, dando las gracias y diciendo que sus propuestas ser¨ªan estudiadas. ¡°Tienen miedo a la opini¨®n competente e independiente¡±, afirma Rumi¨¢ntsev en una entrevista con este peri¨®dico. El jurista cree que la modificaci¨®n constitucional revela el consenso entre los grupos en el poder, el de los oligarcas y grandes negocios, y el de las instituciones de Seguridad y Defensa, unidos todos por el com¨²n deseo de ¡°mantener el monopolio sobre los activos, las finanzas y el subsuelo¡±.
La Constituci¨®n que ahora se reforma es un h¨ªbrido resultante de la colisi¨®n entre el legislativo y el ejecutivo saldada con el ca?oneo del Parlamento en octubre de 1993. El texto aprobado en diciembre de 1993 consta de dos partes, una procedente del grupo de trabajo que durante varios a?os preparaba la primera Constituci¨®n postsovi¨¦tica antes del tr¨¢gico desenlace y otra, efectuada bajo la ¨¦gida del presidente Boris Yeltsin, el vencedor de la trifulca, destinada a reforzar el papel presidencial. ¡°El principal error estrat¨¦gico de Putin consiste en que, en lugar de superar el conflicto interno de esta Constituci¨®n, ha hecho una falsa reforma constitucional que lleva a una mayor concentraci¨®n de poder en un clan y no deja a la sociedad civil ning¨²n posible mecanismo independiente en actividades pol¨ªticas iniciativas sociales, flujos econ¨®micos, informativos o de negocios¡±. Tal vez el concepto de clan sea una pista. En una entrevista con la agencia Tass, German Gref, el presidente de Sberbank (el mayor banco de Rusia) y exministro en los primeros Gobiernos de la era Putin, opinaba que el presidente no desea estar mucho tiempo en su cargo y que la operaci¨®n de poner su contador a cero ¡°es un paso de importancia clave para mantener el equilibrio de todo el sistema¡±, ?para que los clanes no se peleen entre s¨ª?
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