El siglo perdido de la industria petrolera venezolana
La producci¨®n del pa¨ªs con las mayores reservas de crudo est¨¢ al borde de la paralizaci¨®n. La estatal PDVSA afronta el colapso por la mala gesti¨®n y las renuncias
En Mene Grande se ven obreros que orde?an vacas vestidos con monos de las compa?¨ªas petroleras que antes operaban en la zona. La fotograf¨ªa es hoy la huella que ha dejado una industria un tiempo pujante en ese pueblo de la costa oriental del Lago de Maracaibo, en el Estado Zulia. All¨ª, el 31 de julio de 1914, entr¨® en funcionamiento el Zumaque I, el primer pozo de la Caribbean Petroleum Company. As¨ª comenz¨® la era del petr¨®leo en Venezuela, el pa¨ªs con mayores reservas de crudo. La imagen tam...
En Mene Grande se ven obreros que orde?an vacas vestidos con monos de las compa?¨ªas petroleras que antes operaban en la zona. La fotograf¨ªa es hoy la huella que ha dejado una industria un tiempo pujante en ese pueblo de la costa oriental del Lago de Maracaibo, en el Estado Zulia. All¨ª, el 31 de julio de 1914, entr¨® en funcionamiento el Zumaque I, el primer pozo de la Caribbean Petroleum Company. As¨ª comenz¨® la era del petr¨®leo en Venezuela, el pa¨ªs con mayores reservas de crudo. La imagen tambi¨¦n es una muestra del declive que atraviesa el sector, cuya producci¨®n ha ca¨ªdo a los niveles de la d¨¦cada de los a?os veinte del siglo pasado, cuando el petr¨®leo logr¨® superar al caf¨¦ como producto de exportaci¨®n.
En junio, la producci¨®n diaria de barriles cay¨® por debajo de los 300.000. Seg¨²n los datos de la consultora S&P Global Platts y el reporte de Baker Hughes, que sigue las operaciones de los equipos de perforaci¨®n activos en el mundo, Venezuela tambi¨¦n tuvo que apagar el ¨²ltimo taladro, ubicado en el oriente del pa¨ªs. ¡°La producci¨®n de petr¨®leo est¨¢ llegando a la que ten¨ªamos en 1929 y, per c¨¢pita, a la que ten¨ªamos hace casi 100 a?os¡±, dice Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energ¨ªa del Institute Baker en Houston. Si bien en toda Am¨¦rica Latina se han reducido los taladros operativos a un m¨ªnimo hist¨®rico, producto de la pandemia, en un siglo de actividad petrolera Venezuela nunca se hab¨ªa quedado sin taladros en activo, ni siquiera durante el paro petrolero de 2003. ¡°Si no tienes un solo taladro operando tienes inmediatamente una ca¨ªda del 20%. Reactivar un pozo cerrado es costoso y al hacerlo pierdes presi¨®n y capacidad. Nunca antes hab¨ªamos estado en esta situaci¨®n¡±, contin¨²a Monaldi.
El pa¨ªs sudamericano tuvo su pico en operaci¨®n de taladros durante la llamada apertura petrolera de los a?os noventa, cuando PDVSA, la petrolera estatal, se abri¨® trabajar con empresas extranjeras. Entonces hubo 119 equipos de perforaci¨®n. Para mantener la m¨ªnima producci¨®n que tiene Venezuela actualmente necesitar¨ªa tener sus taladros activos, que en 2019 llegaban a la veintena.
A este escenario sombr¨ªo han llevado una combinaci¨®n de factores, apunta el consultor. La ca¨ªda de la producci¨®n que viene ocurriendo en los ¨²ltimos 20 a?os es uno. El pa¨ªs tuvo un pico en la d¨¦cada en los setenta, cuando alcanz¨® 3,7 millones de barriles. Por mala gesti¨®n y corrupci¨®n, durante el gobierno de Hugo Ch¨¢vez, esos n¨²meros cayeron de 3,4 millones de barriles diarios a 2,6 millones en 2013, cuando a Nicol¨¢s Maduro le toc¨® tomar el testigo de la revoluci¨®n bolivariana. ¡°Durante el Gobierno de Ch¨¢vez, PDVSA ya hab¨ªa ca¨ªdo a la mitad [de producci¨®n] pero el precio se dispar¨® a los niveles m¨¢s altos de la historia. Aunque se redujo la pobreza entre 2008 y 2012, no se hizo a los niveles que lo hicieron otros pa¨ªses de la regi¨®n que tambi¨¦n vivieron el bum de las materias primas, y los ingresos extraordinarios tampoco se invirtieron en subir la producci¨®n¡±, dice Monaldi. ¡°Hoy PDVSA es un cad¨¢ver¡±, agrega.
Las sanciones econ¨®micas impuestas principalmente por el Gobierno de Donald Trump, seguidas este a?o de la ca¨ªda de los precios y el colapso de la demanda, terminaron de empujar a la Venezuela petrolera al precipicio. Hace a?o y medio, el pa¨ªs produc¨ªa un mill¨®n de barriles y la mitad de esos los vend¨ªa a Estados Unidos, un mercado que se cerr¨®. ¡°El colapso de precios en abril de este a?o, aunque se ha recuperado un poco, tambi¨¦n fue letal para Venezuela, porque ya vend¨ªa muy debajo de los precios por todas las maniobras de trasvase de buques que debe hacer en ?frica o Malasia para saltarse las sanciones¡±.
Iv¨¢n Freites, dirigente sindical de t¨¦cnicos y profesionales de PDVSA, ha sido testigo del colapso. ¡°Si lleg¨¢ramos a recuperar las refiner¨ªas no tendr¨ªamos el crudo suficiente para ponerlas en funcionamiento. No se est¨¢ produciendo nada y si se produce no tenemos quien lo quiera comprar¡±, dice. Otra ca¨ªda es la de las n¨®minas. La semana pasada se hizo viral en redes sociales un video en que el trabajadores petroleros echaban sus carnets al suelo y amenazaban con una renuncia masiva por la disminuci¨®n de los beneficios que recib¨ªan a trav¨¦s de las empresas mixtas, que empezaron a cortar relaciones con el Estado por las sanciones. En los a?os de bonanza, la plantilla de la compa?¨ªa estatal creci¨® hasta 143.000 trabajadores. ¡°A principios de a?o estaban asistiendo a trabajar unos 7.000 trabajadores, actualmente no consigues ni 2.000 en las instalaciones. Est¨¢n huyendo¡±.
Una oportunidad de dos d¨¦cadas
PDVSA ha logrado reactivar a medias la planta de la refiner¨ªa de Card¨®n, en la costa occidental, despu¨¦s de la prolongada escasez de combustible que se pali¨® en medio de la pandemia con el env¨ªo de cinco buques con 1,5 millones de barriles desde Ir¨¢n. ¡°Ah¨ª se pueden producir 50.000 barriles diarios de gasolina craqueada -mezclada con los aditivos tra¨ªdos de Ir¨¢n-, pero se queman m¨¢s de 20.000. Para activarla llamaron a los jubilados , pero ninguno acept¨®¡±, denuncia Freitas.
¡°Aun con toda la incertidumbre mundial por la transici¨®n energ¨¦tica, decir que estamos en una Venezuela post petrolera no es estrictamente cierto. Ya no somos el pa¨ªs petrolero que fuimos, pero todav¨ªa tenemos una ventana de oportunidad de dos d¨¦cadas. Se necesita dinero para llegar otra vez a un mill¨®n de barriles diarios, los niveles de Colombia alcanzados con todos los esfuerzos del mundo y un ambiente de inversi¨®n favorable¡±, apunta Monaldi. Subir a dos millones de barriles en la pr¨®xima d¨¦cada costar¨ªa unos 120.000 millones de d¨®lares, un monto casi similar a la deuda externa del pa¨ªs, seg¨²n el c¨¢lculo del equipo de Juan Guaid¨®, jefe del Parlamento y reconocido como presidente interino por casi 60 pa¨ªses.
A cinco meses de la declaraci¨®n de emergencia que hizo Maduro sobre la empresa y de una nueva reestructuraci¨®n por la que puso al frente a Tareck El Aissami, sancionado por Washington y con una recompensa por su cabeza, Monaldi ve muy compleja la posibilidad de una mejora en el sector. Las reformas dar¨ªan mayor cabida a inversiones privadas en sectores que monopoliz¨® el Estado, como el de transporte y refinaci¨®n, despu¨¦s de un amplio historial de expropiaciones. La centenaria Ley de Hidrocarburos necesita, adem¨¢s, una revisi¨®n. Sin embargo, para acometer esos cambios legales el r¨¦gimen de Maduro necesita la Asamblea Nacional, liderada por la oposici¨®n.