EE UU sanciona al vicepresidente de Venezuela por supuestos lazos con el narcotr¨¢fico

Adem¨¢s del vicepresidente venezolano, en la lista de sancionados figuran el empresario venezolano Samark Jos¨¦ L¨®pez Bello, al que Washington considera el ¡°testaferro¡± de El Aissami, y 13 empresas ¡°pertenecientes o controladas por L¨®pez Bello¡± o sus asociados. Las compa?¨ªas tienen sede en EE UU, Panam¨¢, Reino Unido, Venezuela y las islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas.

Las sanciones se enmarcan en la Ley Kingpin, promulgada en 1999 con el objetivo de bloquear las actividades de individuos o de organizaciones extranjeras sospechosas de estar vinculadas con el narcotr¨¢fico y que sean una amenaza para Estados Unidos. Implican la congelaci¨®n de cualquier bien o activo que los se?alados tengan en territorio estadounidense, as¨ª como la prohibici¨®n de que ciudadanos estadounidenses realicen transacciones comerciales con los castigados. Fuentes del Gobierno estadounidense dijeron que se estima que los bienes de los sancionados en EE UU, especialmente en la zona de Miami, ascienden a ¡°decenas de millones de d¨®lares¡±. Florida, y m¨¢s concretamente Miami, es una zona privilegiada por los boliburgueses, la oligarqu¨ªa que floreci¨® a la sombra del chavismo.

Una acci¨®n con fuertes tintes pol¨ªticos

Las autoridades estadounidenses han sido enf¨¢ticas a la hora de se?alar que la designaci¨®n de El Aissami es una decisi¨®n ¡°contra un individuo, no un gobierno¡±. Se trata de ¡°la culminaci¨®n de una investigaci¨®n de varios a?os bajo la Ley Kingpin para identificar a narcotraficantes significativos en Venezuela y demuestra que el poder y la influencia no protegen a los que se involucran en estas actividades il¨ªcitas¡±, dijo en un comunicado el director en funciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, John Smith. ¡°El mensaje de esta designaci¨®n no es pol¨ªtico ni econ¨®mico ni diplom¨¢tico; se trata de ir contra el narcotr¨¢fico¡±, insisti¨® otra fuente oficial en la teleconferencia.

No obstante, a nadie se le escapan las m¨²ltiples y graves implicaciones pol¨ªticas de una decisi¨®n que pone en la mira de EE UU al segundo hombre de mayor poder en Venezuela y potencial sucesor de Nicol¨¢s Maduro al frente del Gobierno.

De hecho, hace solo una semana, 32 legisladores, tanto congresistas como senadores republicanos y dem¨®cratas, firmaron una carta escrita por el senador dem¨®crata Bob Men¨¦ndez y la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen pidi¨¦ndole a Trump que imponga nuevas sanciones ¡°inmediatas¡± a funcionarios venezolanos ¡°responsables de violaciones de derechos humanos y de corrupci¨®n¡±, incluidos, subrayaban, ¡°aquellos presuntamente involucrados en la crisis alimentaria venezolana¡±. Los legisladores tambi¨¦n reclamaban que las agencias estadounidenses ¡°investiguen de forma exhaustiva¡± la ¡°conducta y actividades¡± del nuevo vicepresidente venezolano El Aissami, en vista de las informaciones que ligan al nuevo n¨²mero dos venezolano con ¡°corrupci¨®n, narcotr¨¢fico y la influencia de organizaciones terroristas en Venezuela¡±.

Uno de los signatarios, el senador republicano por Florida Marco Rubio, celebr¨® las sanciones contra El Aissami y manifest¨® su esperanza de que sean ¡°solo el principio para asegurarnos de que el r¨¦gimen de Maduro siente presi¨®n para poner fin a sus actividades il¨ªcitas, liberar a todos los presos pol¨ªticos, empiece a tolerar el disenso y respete la voluntad de los venezolanos que votaron para que se abandone el desastroso camino de (Hugo) Ch¨¢vez y Maduro¡±.

Rubio es, junto con el dem¨®crata Men¨¦ndez, el coautor de la ley que a finales de 2014 abri¨® la puerta a sanciones contra funcionarios venezolanos por parte de Washington durante el Gobierno de Obama. Este emiti¨® una primera tanda de penalizaciones en marzo de 2015, cuando se?al¨® a siete altos funcionarios venezolanos responsables de seguridad y justicia del Gobierno de Maduro como responsables de la ¡°erosi¨®n de los derechos humanos¡± en el pa¨ªs. Adem¨¢s, para gran indignaci¨®n de Caracas, el presidente dem¨®crata declar¨® una ¡°emergencia nacional¡± respecto de Venezuela, un instrumento que le permite al Ejecutivo, en determinadas circunstancias, ir m¨¢s all¨¢ de lo que haya aprobado el Congreso a la hora de dictar sanciones contra un pa¨ªs.

Venezuela, tambi¨¦n en el radar de Trump

A diferencia de M¨¦xico, Venezuela no ha figurado en la primera l¨ªnea de ataque de la ret¨®rica de Trump. Pero es un pa¨ªs por el que el presidente republicano se ha interesado en repetidas ocasiones de manera m¨¢s discreta.

Hace un mes, d¨ªas antes de asumir la presidencia, Trump recibi¨® en su despacho en la Torre Trump en Nueva York a un grupo de hispanos, entre ellos el exembajador guatemalteco en Washington Julio Ligorr¨ªa. Seg¨²n confirm¨® este a EL PA?S, el magnate mostr¨® un inter¨¦s particular por el pa¨ªs sudamericano: Trump pregunt¨® por Venezuela y se interes¨® espec¨ªficamente por la situaci¨®n de dos de los pol¨ªticos opositores encarcelados por el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, Leopoldo L¨®pez y Antonio Ledezma, de acuerdo con las fuentes.

En las ¨²ltimas horas, Venezuela ha vuelto a ser tema de conversaci¨®n en la Casa Blanca. Seg¨²n el comunicado oficial de la Administraci¨®n Trump, durante la llamada que Trump hizo el domingo al presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, el estadounidense ¡°manifest¨® su preocupaci¨®n por los acontecimientos en Venezuela, incluida la situaci¨®n humanitaria en ese pa¨ªs¡±.?Trump tambi¨¦n dijo estar ¡°preocupado¡± por Venezuela cuando habl¨® con su hom¨®logo colombiano, Juan Manuel Santos, un d¨ªa antes, el s¨¢bado.

El inter¨¦s de Trump por Venezuela podr¨ªa tener un car¨¢cter personal. Uno de los clubes privados de lujo que el magnate devenido en presidente tiene en Florida est¨¢ en Doral, popularmente conocido como ¡°Doralzuela¡± por la cantidad de venezolanos asentados en esa zona, situaci¨®n que le habr¨ªa sensibilizado m¨¢s sobre la situaci¨®n del pa¨ªs sudamericano.

Pero Trump no es el ¨²nico de la nueva Administraci¨®n estadounidense con historial venezolano. El nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, tambi¨¦n tiene desde hace tiempo una cuenta pendiente con el Gobierno chavista. El texano era jefe de la petrolera Exxon Mobil cuando el entonces presidente Hugo Ch¨¢vez nacionaliz¨® la industria petrolera en la d¨¦cada de 2000, hecho que provoc¨® grandes p¨¦rdidas a la compa?¨ªa que dirig¨ªa Tillerson. Ambos se enfrentaron en los tribunales internacionales y, finalmente, Exxon Mobil acept¨® un acuerdo por 1.600 millones de d¨®lares, mucho menos que los 10.000 millones en los que hab¨ªa estimado sus p¨¦rdidas en Venezuela por la maniobra del Gobierno.