Draghi, lo que sea necesario ?por Italia?
El expresidente del BCE es la figura que suscita mayor consenso para guiar el pa¨ªs si cayese el actual Ejecutivo
Italia ha cambiado 64 veces de Gobierno desde que naci¨® la Rep¨²blica en 1946 y ha tenido 30 presidentes del Consejo de Ministros distintos. Algunos han repetido hasta siete veces, como Giulio Andreotti. Otros, han consumido fugazmente su esperanza de vida en pocos meses, como Giovanni Leone (repiti¨® dos veces igual de cortas). La fragmentaci¨®n y volatilidad de la pol¨ªtica transalpina complican siempre cualquier apoyo un¨¢nime. Nadie, sin embargo, hab¨ªa suscitado tanto consenso para dicha misi¨®n, sin pisar siquiera el pala...
Italia ha cambiado 64 veces de Gobierno desde que naci¨® la Rep¨²blica en 1946 y ha tenido 30 presidentes del Consejo de Ministros distintos. Algunos han repetido hasta siete veces, como Giulio Andreotti. Otros, han consumido fugazmente su esperanza de vida en pocos meses, como Giovanni Leone (repiti¨® dos veces igual de cortas). La fragmentaci¨®n y volatilidad de la pol¨ªtica transalpina complican siempre cualquier apoyo un¨¢nime. Nadie, sin embargo, hab¨ªa suscitado tanto consenso para dicha misi¨®n, sin pisar siquiera el palacio Chigi ni haber hecho ni un solo comentario pol¨ªtico, como el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi (Roma, 72 a?os). Italia se encamina hacia un oto?o tremendamente complicado solo apto para heroicidades. Y su nombre se invoca desde los partidos, a la presidencia de la Rep¨²blica, pasando por el Vaticano.
El 31 de octubre de 2019, Draghi abandon¨® la presidencia del Banco Central Europeo bajo el aplauso un¨¢nime. Despu¨¦s de ocho a?os en Fr¨¢ncfort, volvi¨® a su Roma natal convertido en una leyenda de la historia econ¨®mica del continente tras una gesti¨®n de la crisis financiera que ser¨¢ siempre recordada por aquel ¡°whatever it takes¡± [¡±haremos lo que sea necesario¡±]. Una expresi¨®n acu?ada para anunciar, b¨¢sicamente, que se bombear¨ªa dinero sin l¨ªmite en la econom¨ªa europea para salvarla. En Italia todos se preguntan ahora si estar¨ªa dispuesto a aplicar aquel esp¨ªritu al servicio de su pa¨ªs.
Las apariciones de Draghi desde que volvi¨® a Roma han sido casi nulas. Pero el banquero, un hombre t¨ªmido y tremendamente pr¨¢ctico, se ha convertido en una suerte de fantasma que todos los partidos invocan como terapia de grupo cuando piensan que las cosas pueden ir realmente mal. Especialmente despu¨¦s del art¨ªculo que public¨® en el Financial Times el 25 de marzo, donde apostaba por un fuerte intervencionismo e invitaba a no preocuparse por generar deuda para salir de la crisis de la covid-19. Una posici¨®n con la que incluso se gan¨® el favor de antiguos detractores como el Movimiento 5 Estrellas, que nunca le perdonaron su pasado en Goldman Sachs. As¨ª comenz¨® a gestarse el runr¨²n.
El cartel de Draghi, disc¨ªpulo del economista Federico Caff¨¨, se pasea inmaculado en todas las esferas romanas. Tambi¨¦n al otro lado del T¨ªber, donde el papa Francisco lo recibi¨® la semana pasada y lo nombr¨® miembro de su Academia de las Ciencias Sociales. Una persona que le conoce y trata con ¨¦l habitualmente, sin embargo, asegura que no tiene ninguna intenci¨®n de ser primer ministro. ¡°Draghi entiende la pol¨ªtica, pero no razona con esa l¨®gica. No cambia de opini¨®n f¨¢cilmente sobre las cosas y ¨¦l nunca ha estado interesado en ser primer ministro. Solo hace las cosas si cree que podr¨¢ dejar huella. Hay una gran entrega al servicio civil, pero tambi¨¦n algo de vanidad de un hombre acostumbrado a llevar las situaciones donde ha querido. El whatever it takes no fue un compromiso, fue una operaci¨®n de poder donde tuvo una intuici¨®n y la llev¨® hasta el fondo imponiendo su visi¨®n. Tendr¨ªa m¨¢s posibilidades de ser presidente de la Rep¨²blica¡±.
La jefatura del Estado se renovar¨¢ en 2022 y ese ser¨ªa un encargo a todas luces m¨¢s propio para el car¨¢cter discreto y el m¨¦rito del banquero. Pero la situaci¨®n a la vuelta del verano podr¨ªa precipitar algunas cosas. Y no ser¨ªa la primera vez que un primer ministro ocupa ese cargo y luego pasa a la presidencia de la Rep¨²blica. Carlo Azeglio Ciampi, que tambi¨¦n fue gobernador del Banco de Italia, fue uno de los que sigui¨® ese camino. Pero con cinco a?os de pausa entre un encargo y otro.
El polit¨®logo y ensayista Giovanni Orsina cree que todo depender¨¢ de la gravedad de la situaci¨®n. ¡°El problema es entender lo fuerte que ser¨¢ el golpe. Si el PIB est¨¢ por debajo del 11%, el paro se dispara, las empresas se encuentran desesperadas, el dinero europeo no llega y tienes un pa¨ªs con la deuda p¨²blica que se va hacia el 160% del PIB... Draghi no tiene ganas de hacerlo, no es tonto. Pero si tu pa¨ªs est¨¢ hecho pedazos y te llama el presidente de la Rep¨²blica, ?qu¨¦ haces? Depende de lo que suceda en septiembre y octubre¡±. Y del contexto parlamentario.
El apoyo deber¨ªa ser total en el Senado y la C¨¢mara de Diputados, algo complicado. El presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, ya ha advertido de que, en caso de crisis de Gobierno, no permitir¨¢ remodelaciones extra?as. Se vota o se busca un Ejecutivo de concentraci¨®n. Y es ah¨ª donde la mayor¨ªa de partidos querr¨ªa que entrase Draghi.
El primero en proponerlo fue Matteo Renzi. Se sum¨® la mano derecha de Matteo Salvini, Giancarlo Giorgietti y, tras reunirse con ¨¦l, lo hizo el grillino Luigi Di Maio con algunos matices. Forza Italia ver¨ªa tambi¨¦n con buenos ojos su llegada. ¡°Es el exponente pol¨ªtico m¨¢s conocido, m¨¢s competente y con m¨¢s experiencia para una situaci¨®n as¨ª que hay en Italia¡±, apunta el diputado Renato Brunetta. El ¨²nico problema es la voluntad del propio Draghi.