Draghi, como Delors
Pese a sus distintos or¨ªgenes acad¨¦micos, por historia personal, ambos empezaron practicando, no la austeridad: la frugalidad
El pante¨®n es etimol¨®gicamente, desde el griego cl¨¢sico, el conjunto de todas las deidades: pan=todos; zeos=dios. Es un significado m¨¢s lindo que el socorrido de cenotafio. Pues bien, en el pante¨®n europeo contempor¨¢neo de dirigentes vivos la figura de Mario Draghi se acompasa y asimila a la de Jacques Delors, el legendario presidente de la Comisi¨®n Europea en el decenio 1985-1995.
Pese a sus distintos or¨ªgenes acad¨¦micos, por historia personal, ambos empezaron practicando, no la austeridad: la frugalidad. Oncle Jacques, por creencias cristianas; il zio Mario, porque debi¨® encargarse desde joven de su familia. Pero la seriedad fiscal no les ocult¨® que donde no hay harina todo es moh¨ªna. Y para generarla, las instituciones deben funcionar y renovarse.
Delors duplic¨® los fondos estructurales y de cohesi¨®n ¡ªsocial y regional¡ª en un presupuesto comunitario antes monopolizado por el proteccionismo agr¨ªcola; le a?adi¨® el intento de profundizar en la Europa social, obstruido por Londres. Lanz¨® el mercado interior (la ¡°Europa sin fronteras¡±), que acab¨® de derribar las barreras comerciales t¨¦cnicas internas, mediante 300 directivas apa?adas por un eficaz brit¨¢nico, lord Cockfield.
Y cre¨® la uni¨®n monetaria. Pero no logr¨® doblegar a los r¨ªgidos ministros de Hacienda, que le boicotearon en buena parte, por keynesiano, su Libro blanco sobre el empleo: salv¨® en parte las redes transeuropeas de transporte y energ¨ªa, pero no la g¨¦nesis de una ¡°sociedad de la informaci¨®n¡± europea. Si le hubiesen hecho caso, el viejo continente disputar¨ªa hoy la primac¨ªa tecnol¨®gica mundial a EE?UU y China.
En realidad, se reinvent¨® la Comisi¨®n como instituci¨®n prominente de la Uni¨®n, m¨¢s influyente que cualquier Estado miembro en solitario y casi tanto como todos en conjunto.
La trayectoria de Draghi es paralela. Salv¨® al euro y evit¨® varias crisis mediante un ambicioso expansionismo monetario, como hemos detallado estos d¨ªas. Solo predic¨® en el desierto al instar a los Gobiernos a apostar por la pol¨ªtica fiscal (presupuestaria), por un keynesianismo selectivo, moderado; ahora, al final, empiezan a escucharle. Y tambi¨¦n en su tentativa de cambiar el objetivo de inflaci¨®n desde el actual ¡°cerca, pero por debajo del 2%¡±, a un escueto 2%, f¨®rmula menos restrictiva.
Pero como Delors, ha refundado su instituci¨®n y la ha convertido en la clave de la UE: la m¨¢s moderna, la m¨¢s federal y la m¨¢s capaz de afrontar los peligros m¨¢s s¨²bitos e inesperados.
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