Sud¨¢n se enfrenta a su herencia islamista
Las reformas legales emprendidas por el Gobierno de transici¨®n son recibidas con una mezcla de aplausos y cr¨ªticas
El Gobierno de transici¨®n de Sud¨¢n ha aprobado en las ¨²ltimas semanas un conjunto de reformas legales que expanden las libertades personales en el pa¨ªs a medida que sus autoridades revisan con cautela el estricto legado islamista del dictador Omar Al Bashir, depuesto el a?o pasado por el Ej¨¦rcito tras una gran movilizaci¨®n popular despu¨¦s de permanecer tres d¨¦cadas en el poder.
Entre los cambios m¨¢s destacados figuran la eliminaci¨®n de ...
El Gobierno de transici¨®n de Sud¨¢n ha aprobado en las ¨²ltimas semanas un conjunto de reformas legales que expanden las libertades personales en el pa¨ªs a medida que sus autoridades revisan con cautela el estricto legado islamista del dictador Omar Al Bashir, depuesto el a?o pasado por el Ej¨¦rcito tras una gran movilizaci¨®n popular despu¨¦s de permanecer tres d¨¦cadas en el poder.
Entre los cambios m¨¢s destacados figuran la eliminaci¨®n de la ley de apostas¨ªa, castigar la mutilaci¨®n genital femenina y suprimir la pena de muerte y la flagelaci¨®n por tener relaciones homosexuales. Al mismo tiempo, se ha reconocido a las mujeres el derecho a viajar con sus hijos sin requerir el permiso de un tutor var¨®n; el consumo de alcohol a los ciudadanos no musulmanes, y se ha anulado un art¨ªculo que dictaba el c¨®digo de vestimenta de las mujeres.
La bater¨ªa de reformas erosiona la herencia dejada al Gobierno de transici¨®n por el islamista Al Bashir y su predecesor, el coronel Gaafar al-Nimeiry, quien gobern¨® Sud¨¢n entre 1969 y 1985. Fue este ¨²ltimo quien, despu¨¦s de apostar por la v¨ªa islamista en los a?os setenta, impuso abiertamente la ley isl¨¢mica en 1983. Al Bashir, una vez consolidado en el poder, construy¨® sobre esa base y emprendi¨® un exhaustivo proceso de islamizaci¨®n del pa¨ªs (de unos 43 millones de habitantes) y de la sociedad que enraiz¨® profundamente en sus leyes.
Las enmiendas legales, que se producen en el marco de la fr¨¢gil transici¨®n democr¨¢tica prevista en un proceso de tres a?os en la que est¨¢ inmerso Sud¨¢n, han vuelto a exponer el dif¨ªcil equilibrio del Gobierno entre una parte de la poblaci¨®n preparada para protestar si las reformas se quedan cortas y unos sectores nost¨¢lgicos del viejo r¨¦gimen que amenazan con rebelarse si van demasiado lejos. En esta l¨ªnea, los ¨²ltimos cambios llegan despu¨¦s de que a finales de junio tuvieran lugar en el pa¨ªs importantes protestas que exig¨ªan una aceleraci¨®n y profundizaci¨®n de las reformas.
¡°Estas enmiendas y sus implicaciones son una herramienta de transformaci¨®n ideol¨®gica, social y cultural que hacen que la sociedad se desplace desde la obsesi¨®n y la dominaci¨®n islamistas hasta los est¨¢ndares de derechos humanos e igualdad¡±, considera Amr Kamal, un abogado y activista miembro de la Alianza Democr¨¢tica para Abogados de Sud¨¢n.
Tras publicarse en la gaceta oficial la mayor¨ªa de las reformas el pasado 9 de julio, el Ejecutivo sudan¨¦s anticip¨® su intenci¨®n de seguir avanzando en esa senda. El primer ministro del pa¨ªs, Abdalla Hamdok, adelant¨® que se trata de un paso ¡°hacia la reforma de todo el sistema legal¡±. Y el ministro de Justicia, Nasreldin Abdelbari, se?al¨® que una comisi¨®n se encargar¨¢ de reformar el sistema judicial de manera ¡°integral y profunda¡±.
Los sectores m¨¢s progresistas del pa¨ªs, sin embargo, han cuestionado la trascendencia de las reformas por su limitado alcance y por la dificultad de llevarlas a la pr¨¢ctica sin medidas paralelas en una sociedad muy conservadora como la sudanesa.
Por ejemplo, la ley de sodom¨ªa, que castiga las relaciones homosexuales, permanece vigente, y el art¨ªculo que regula el consumo de alcohol proh¨ªbe que beban los musulmanes. Asimismo, aunque las mujeres podr¨¢n viajar con sus hijos sin el permiso de un hombre, siguen sin poder tramitar los documentos de ciudadan¨ªa necesarios para hacerlo. Tambi¨¦n existen a¨²n numerosas leyes muy discriminatorias con las mujeres, como la del matrimonio infantil, y varios art¨ªculos que controlan aspectos de ¡°moralidad¡± se han mantenido.
¡°El Gobierno de transici¨®n est¨¢ desesperado por ganarse la aceptaci¨®n de la comunidad internacional, pero no quiere hacer sus deberes y abordar los profundos problemas [que se derivan] del marco legal, que est¨¢ basado en la militancia y el terror¡±, considera Hala Al Karib, directora de la Iniciativa Estrat¨¦gica para Mujeres en el Cuerno de ?frica (SIHA, por sus siglas en ingl¨¦s).
El temor a los radicales
En la otra cara de la moneda, numerosos partidos y figuras islamistas de Sud¨¢n han recibido con ira los cambios. Tras su anuncio, varias formaciones hicieron llamamientos a protestar, entre ellas el Congreso Nacional, el partido dirigente bajo el r¨¦gimen del derrocado Al Bashir, que ha instado a los sudaneses a tumbar al Ejecutivo en varios comunicados. Desde entonces, al menos un l¨ªder islamista radical ha sido detenido, seg¨²n inform¨® su propio partido. El pasado mes de marzo, el primer ministro Hamdok, cuyo Gobierno se acord¨® con los militares, sobrevivi¨® a un intento de asesinato en Jartum.
¡°Los civiles est¨¢n leg¨ªtimamente muy preocupados de enfrentarse con los islamistas, pero al mismo tiempo est¨¢n intentando debilitar su influencia muy lentamente. Es un equilibrio muy delicado¡±, observa Cameron Hudson, investigador del Atlantic Council. ¡°Tienes que socavar su influencia en Sud¨¢n, y la ¨²nica manera de hacerlo es teniendo un di¨¢logo abierto y sincero entre los l¨ªderes y el pueblo¡±, agrega el tambi¨¦n exdirector de asuntos africanos del Consejo de Seguridad Nacional en la Administraci¨®n de George Bush, puesto que ¡°estas leyes est¨¢n siendo cambiadas en un contexto en el que no se ha definido a¨²n c¨®mo deber¨ªa ser el futuro del pa¨ªs¡±. ¡°T¨² puedes cambiar las leyes¡±, apunta, ¡°pero eso no lo convierte en una realidad¡±.
Juicio al exdictador
La comparecencia ante la Justicia del exdictador sudan¨¦s Omar al Bashir para ser procesado por primera vez por el golpe de Estado con el que se hizo con el poder en 1989 fue aplazada este martes para el pr¨®ximo 11 de agosto por la ausencia de algunos abogados de la defensa de los acusados. El exdictador derrocado, de 76 a?os, acudi¨® a la sala del tribunal en el Instituto de Formaci¨®n Legal y Judicial de la capital sudanesa de Jartum, ataviado como de costumbre con una t¨²nica tradicional y un turbante y acompa?ado de otros 27 acusados, seg¨²n pudo constatar la agencia Efe. Al Bashir y el resto de los acusados salieron del tribunal y fueron llevados de vuelta en tres veh¨ªculos blindados, custodiados por una veintena de coches de la Polic¨ªa, a la c¨¢rcel de Kober, donde permanece el exdictador desde mediados de abril despu¨¦s de ser arrestado por los militares y tras una condena de dos a?os por blanqueo.
El tribunal deb¨ªa comenzar hoy el proceso judicial de una treintena de acusados por llevar a cabo un golpe de Estado el 30 de junio de 1989. En abril pasado, la Fiscal¨ªa General acus¨® a Al Bashir y a otros 34 l¨ªderes pol¨ªticos y militares de ¡°socavar el sistema constitucional¡± para hacerse con el poder. Las acusaciones pueden implicar la cadena perpetua o incluso la condena a muerte.