El asesinato que enfrent¨® a Portugal con el racismo
La muerte de un actor negro a plena luz del d¨ªa en una concurrida calle de Lisboa sacude a la sociedad lusa
El actor Bruno Cand¨¦ Marques, de 39 a?os, hab¨ªa derrotado a la muerte en una largu¨ªsima partida por la que estuvo en coma varios meses tras sufrir un accidente en bicicleta. El s¨¢bado pasado volvi¨® a encontr¨¢rsela en una populosa calle de Moscavide, un barrio a las afueras de Lisboa, cuando un jubilado de 76 a?os se le acerc¨® y lo mat¨® de tres disparos a bocajarro.
El murmullo empez¨® a crecer en el pa¨ªs a medida que se fueron conociendo m¨¢s detalles. Bruno era negro; su victimario, blanco. Una discusi¨®n tres d¨ªas antes por la perra labradora que acompa?aba al actor en su convalecencia hab¨ªa desencadenado la tragedia.
Pero hab¨ªa un agravante que le daba una dimensi¨®n completamente distinta a un crimen que de otra manera quiz¨¢ no habr¨ªa ido m¨¢s all¨¢ de las p¨¢ginas de sucesos: el asesino hab¨ªa amenazado de muerte a la v¨ªctima y proferido insultos racistas que repiti¨® el d¨ªa del crimen, seg¨²n la familia de Bruno y testigos del homicidio.
La polic¨ªa asegur¨® el lunes pasado que, de acuerdo con la investigaci¨®n, no se trata de un delito de odio, pero la caja de los truenos ya est¨¢ abierta. Portugal ha quedado de frente ante uno de sus mayores tab¨²es, el debate sobre el racismo. El lamentable asesinato se ha sumado a otra serie de acontecimientos que tendr¨ªan a cualquier otro pa¨ªs con una historia colonial como la de Portugal en vilo.
Al tiempo que mor¨ªa el actor, en el otro extremo de la ciudad un grup¨²sculo fascista celebraba una concentraci¨®n, convocada d¨ªas antes, junto al Padr?o dos Descobrimentos, el imponente monumento que glorifica el pasado imperial del pa¨ªs que un d¨ªa fue se?or de los mares. La misma semana, la organizaci¨®n SOS Racismo hab¨ªa amanecido con pintadas denigrantes en su sede.
Bruno no solo hab¨ªa sobrevivido milagrosamente al accidente que sufri¨® hace dos a?os y medio, del que finalmente se estaba recuperando tras haber perdido la memoria y la capacidad de caminar y de hablar. Tambi¨¦n hab¨ªa luchado contra la exclusi¨®n.
La historia la cuenta el columnista del diario P¨²blico Rui Tavares. El actor, nacido en Portugal y de familia oriunda de Guinea Bissau, se hab¨ªa criado en Chelas, una de las zonas m¨¢s desfavorecidas de la capital del pa¨ªs. La actriz M¨®nica Calle hab¨ªa mudado su compa?¨ªa de teatro a este barrio desde el centro de la ciudad para desarrollar un programa con personas excluidas, en el que participaba un vecino de Bruno que lo anim¨® a unirse. All¨ª comenz¨® su carrera. La misma compa?¨ªa, Casa Conveniente, estaba preparando un espect¨¢culo para estrenar el pr¨®ximo a?o como homenaje a la recuperaci¨®n del actor, padre de tres hijos.
Fuentes policiales han dicho a medios portugueses que la v¨ªctima ten¨ªa antecedentes delictivos, lo que ha servido para que ciertos sectores justifiquen el asesinato. La discusi¨®n en redes sociales est¨¢ conmocionando a la sociedad y alcanzando altas temperaturas.
¡°La discriminaci¨®n tiene ahora un meg¨¢fono institucional con el partido Chega¡±, afirma Mamadou Ba, un traductor de 46 a?os miembro de SOS Racismo, en referencia a la formaci¨®n ultra que obtuvo un esca?o en las parlamentarias del a?o pasado y que dio fin as¨ª a la excepcionalidad portuguesa, hasta entonces el ¨²nico pa¨ªs de la Uni¨®n Europea sin diputados de extrema derecha.
¡°La elecci¨®n de Andr¨¦ Ventura [l¨ªder de Chega] le ha dado legitimidad social y espacio medi¨¢tico al racismo. Las personas que ya eran racistas ahora se sienten respaldadas desde un espacio como la Asamblea de la Rep¨²blica¡±, apunta Ba.
El partido crece como la espuma y si las elecciones se celebraran hoy, se convertir¨ªa en el cuarto partido, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, que le otorgan el 7% de los apoyos. Ventura public¨® en Twitter al d¨ªa siguiente del crimen: ¡°Bruno Cand¨¦ fue asesinado y eso es una tragedia. Como lo ser¨ªa el asesinato de un blanco o de un chino. Paren ya con el sonsonete del racismo. ?No somos un pa¨ªs racista! Nada en este crimen apunta a que haya sido por odio racial¡±.
Testigos del crimen afirman sin embargo que el agresor hab¨ªa gritado varias veces a Cand¨¦: ¡°?L¨¢rgate a tu pa¨ªs, negro!¡±. Los medios portugueses recogen adem¨¢s testimonios seg¨²n los cuales tambi¨¦n le espet¨®: ¡°?Regr¨¦sate a la senzala!¡±, en referencia al lugar en el que se alojaban los esclavos en las haciendas durante el imperio. ¡°Tengo armas de ultramar [de las guerras coloniales] y te voy a matar¡±, amenaz¨® el agresor seg¨²n declar¨® otro testigo a P¨²blico.
¡°Te dir¨ªa algo, pero ya no se puede porque ahora todo es racismo¡±, comentaba el domingo cerca del lugar del crimen un vecino de la zona. ¡°Ese hombre se la pasaba insultando al viejo. Hay que respetar, mi padre tambi¨¦n estuvo en la guerra y los gitanos le roban todo el tiempo en su casa. ?A las personas mayores qui¨¦n las defiende? ?Me vas a decir que quejarse de esto tambi¨¦n es racismo?¡±, agregaba este residente.
Ese d¨ªa no se hablaba de otra cosa en las calles del barrio. ¡°No interesa lo que le haya dicho, no ten¨ªa derecho a matarlo¡±, se lamentaba una vecina. ¡°Para m¨ª eso fue racismo, no hay otra palabra¡±, sentenciaba otro.
¡°El racismo en Portugal es un tab¨². En verdad, preferir¨ªa usar la palabra ¡®negaci¨®n¡±, se?ala el profesor Miguel Vale de Almeida, del Instituto Universitario de Lisboa. ¡°A partir de los a?os cincuenta la dictadura cre¨® la teor¨ªa ¡®luso-tropicalista¡¯, inspirada en el trabajo del soci¨®logo brasile?o Gilberto Freyre. Promovi¨® la idea de que el colonialismo portugu¨¦s era diferente, no-racista y creador de una comunidad nacional diversa. Esta idea nunca fue verdaderamente desmontada durante la democracia¡±, explica.
Silvia Maeso, investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, coincide con Vale de Almeida. ¡°La formaci¨®n del Estado nacional, no solo en Portugal, sino en gran parte de Europa, est¨¢ vinculada al colonialismo y la esclavitud¡±, explica y a?ade: ¡°Ha habido apenas un reconocimiento a medias de esta realidad. Pero es una cosa que cada vez se discute m¨¢s en los ¨²ltimos a?os, en parte por la creciente movilizaci¨®n de las organizaciones antirracistas¡±.
Aunque la repercusi¨®n en Portugal de la ola de protestas por la muerte de George Floyd, el ciudadano negro al que asfixi¨® un polic¨ªa el pasado mayo en Minneapolis, no ha tenido las mismas dimensiones que en pa¨ªses como Francia o el Reino Unido, s¨ª que se hizo sentir durante una concurrida manifestaci¨®n en Lisboa.
¡°La democracia portuguesa no sabe lidiar con esto porque ella misma cree en la narrativa de que este no es un pa¨ªs racista¡±, ahonda el profesor Vale de Almeida. ¡°Todav¨ªa no hemos salido de la negaci¨®n. [La escritora y experta en racismo] Grada Kilomba habla del proceso que va de la negaci¨®n a la culpa, despu¨¦s a la verg¨¹enza y finalmente a la reparaci¨®n, en las cuestiones de racismo¡±.
Los contradictorios datos de la discriminaci¨®n
Las cifras sobre discriminaci¨®n racial en el pa¨ªs vecino son complejas. El 23% de los consultados en Portugal para un estudio de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE ¡ªpublicado el a?o pasado con datos de 2016¡ª declar¨® haber sido v¨ªctima de alguna agresi¨®n racista en los ¨²ltimos cinco a?os.
Se trata de una cifra relativamente baja si se compara con las de Finlandia (63%, el porcentaje m¨¢s alto), Luxemburgo (52%), Irlanda (51%) o Alemania (48%); Espa?a no fue incluida en la investigaci¨®n. El 19% de los interrogados en Portugal dijo haber sido interpelado por la polic¨ªa en la calle a lo largo del lustro anterior (de estos, el 7% vio en ello un motivo racial); en Austria, en cabeza del listado, el total fue del 66% (el 37% con perfil racista).
Pero no todos son buenos datos. El European Social Survey (ESS) del a?o pasado, un estudio independiente anual que intenta bosquejar las actitudes, creencias y comportamientos de varios pa¨ªses en Europa, arroj¨® resultados inquietantes para el caso portugu¨¦s. Casi dos tercios de los consultados (62%) respondieron afirmativamente a alguna de las siguientes preguntas: ?Hay grupos ¨¦tnicos o raciales por naturaleza m¨¢s inteligentes? ?Los hay m¨¢s trabajadores? ?Hay culturas por naturaleza m¨¢s avanzadas que otras?
Para 2016, seg¨²n el mismo documento, la tasa de empleo de los afrodescendientes en Portugal era la m¨¢s alta entre la docena de pa¨ªses estudiados: 76%, casi el doble que el ¨²ltimo de la lista, Dinamarca, con el 41%.
Pocos pa¨ªses en Europa pueden preciarse adem¨¢s de que su primer ministro tenga ra¨ªces en una de las antiguas colonias, como es el caso del socialista Ant¨®nio Costa, cuyo padre naci¨® en Goa (India).
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