Los rebeldes islamistas capturan un puerto clave de Mozambique
El Ej¨¦rcito combate contra el grupo terrorista Ahlu Sunnah Wa-Jama para recuperar Mocimboa da Praia, en el norte del pa¨ªs
Una derrota humillante para el Ej¨¦rcito de Mozambique y una captura estrat¨¦gica para los insurgentes del Ahlu Sunnah Wa-Jama, el grupo islamista del norte de Mozambique. Mocimboa da Praia, la peque?a ciudad portuaria, ha ca¨ªdo despu¨¦s de una serie de ataques a los pueblos de alrededor y de enfrentamientos con el Ej¨¦rcito mozambique?o, que se ha tenido que ret...
Una derrota humillante para el Ej¨¦rcito de Mozambique y una captura estrat¨¦gica para los insurgentes del Ahlu Sunnah Wa-Jama, el grupo islamista del norte de Mozambique. Mocimboa da Praia, la peque?a ciudad portuaria, ha ca¨ªdo despu¨¦s de una serie de ataques a los pueblos de alrededor y de enfrentamientos con el Ej¨¦rcito mozambique?o, que se ha tenido que retirar, seg¨²n testigos locales, por falta de munici¨®n. Decenas de personas, muchas de ellas utilizadas como escudos humanos por los rebeldes, han muerto durante los enfrentamientos.
El Ej¨¦rcito mozambique?o ha confirmado la p¨¦rdida de la ciudad y ha comunicado que en estos momentos ¡°hay operaciones en marcha para neutralizar a los terroristas¡±, quienes, seg¨²n el mismo comunicado, est¨¢n usando a la poblaci¨®n ¡°como escudo¡±. Civiles desde la zona afectada hablan de pueblos desiertos y centenares de desplazados.
Mocimboa da Praia se encuentra en la provincia norte?a de Cabo Delgado -la zona de las grandes reservas de gas natural-y muchos cargueros utilizan su puerto, a unos 60 kil¨®metros, para transportar suministros a varios proyectos millonarios, entre ellos los de las multinacionales Eni, Total y ExxonMobil. Su captura por parte del grupo islamista supone un fuerte golpe para la credibilidad del Ej¨¦rcito mozambique?o, que ha minimizado el avance de la insurgencia desde el principio, y certifica que Ahlu Sunnah Wa-Jama (conocido tambi¨¦n como Al Shabab, aunque no tiene v¨ªnculos con el grupo somal¨ª) tiene cada vez m¨¢s recursos y m¨¢s fuerza.
La insurgencia islamista en el norte de Mozambique arranc¨® en 2017 ¨C con un ataque, precisamente, en Mocimboa- y ha ido avanzando a base de capturar pueblos, zonas remotas y asaltar puestos militares (para robar el armamento). Pero sus ofensivas se han intensificado este a?o, despu¨¦s de afiliarse al Estado Isl¨¢mico que, desde entonces, ha reivindicado varios de los ataques de su nueva franquicia y esta misma semana estuvo informando, a trav¨¦s de sus medios de comunicaci¨®n, de que el grupo hab¨ªa tomado dos bases militares y conseguido metralletas y lanzagranadas.
Seg¨²n el Proyecto de Datos de Ubicaci¨®n y Eventos de Conflictos Armados (ACLED, en sus siglas inglesas), m¨¢s de 1.500 personas han muerto en Cabo Delgado a causa de la ¡°violencia organizada¡± desde octubre de 2017, entre ellas m¨¢s de 960 civiles, y hay m¨¢s de 300.000 desplazados.
La toma de Mocimboa, ciudad estrat¨¦gica y fuertemente defendida, supone la entrada a una nueva fase. Durante la batalla los militantes han usado lanzagranadas, hundido un barco patrulla y conseguido vencer al Ej¨¦rcito de Mozambique, a pesar que contaba, adem¨¢s, con el apoyo de una compa?¨ªa sudafricana de seguridad privada, con helic¨®ptero incluido.
A m¨¢s de 2.500 kil¨®metros de la capital del pa¨ªs, Maputo, y compartiendo frontera con Tanzania, la provincia de Cabo Delgado es una provincia de mayor¨ªa isl¨¢mica en un pa¨ªs donde el islam es minoritario y cada vez m¨¢s j¨®venes encuentran en la radicalizaci¨®n una respuesta al Gobierno central y a las fuerzas militares, que les han ignorado y vulnerado, respectivamente, durante a?os. Hay una larga lista de casos de represi¨®n militar, acusaciones de islamofobia y desprecio hacia los norte?os. Como en el norte de Nigeria o Mal¨ª, el islamismo radical bebe de d¨¦cadas de frustraciones.
En 2010, se descubrieron en esta zona, rica tambi¨¦n en piedras preciosas, las terceras reservas de gas m¨¢s grandes de ?frica. El gas no se extraer¨¢ antes de 2022, y los beneficios para el Gobierno no llegar¨¢n hasta 2028, pero las grandes multinacionales ya trabajan a fondo.