T¨²nez elige un Gobierno tecn¨®crata para afrontar la crisis
Hichem Mechichi, exministro del Interior, asume la jefatura de Gobierno con la tarea de reflotar la econom¨ªa del pa¨ªs magreb¨ª
El Parlamento de T¨²nez respald¨® este mi¨¦rcoles la constituci¨®n de un nuevo Gobierno formado exclusivamente por figuras de perfil tecn¨®crata y que lidera el jefe de Gobierno, Hichem Mechichi. La votaci¨®n se produjo un mes y medio despu¨¦s de la dimisi¨®n del primer ministro Elias Fajfaj a causa de un presunto caso de tr¨¢fico de influencias. Aunque obtuvo un apoyo bastante s¨®lido -134 votos a favor, 67 en contra-, algunos analistas auguran una corta vida al nuevo Ejecutivo, que tendr¨¢ como principal misi¨®n hacer frente a una grave crisis econ¨®mica y social agravada por la epidemia del nuevo corona...
El Parlamento de T¨²nez respald¨® este mi¨¦rcoles la constituci¨®n de un nuevo Gobierno formado exclusivamente por figuras de perfil tecn¨®crata y que lidera el jefe de Gobierno, Hichem Mechichi. La votaci¨®n se produjo un mes y medio despu¨¦s de la dimisi¨®n del primer ministro Elias Fajfaj a causa de un presunto caso de tr¨¢fico de influencias. Aunque obtuvo un apoyo bastante s¨®lido -134 votos a favor, 67 en contra-, algunos analistas auguran una corta vida al nuevo Ejecutivo, que tendr¨¢ como principal misi¨®n hacer frente a una grave crisis econ¨®mica y social agravada por la epidemia del nuevo coronavirus.
En su discurso frente al pleno, Mechichi, que ocupaba el cargo de ministro del Interior en el anterior Gobierno, defini¨® como su prioridad poner fin al ¡°periodo de hemorragia¡± de las finanzas p¨²blicas que ha llevado a una deuda p¨²blica que se acerca al 80% del PIB, considerada por los expertos al borde de la insostenibilidad para una econom¨ªa como la tunecina. ¡°Estas cifras econ¨®micas privar¨¢n al Estado de jugar su papel de primer responsable del desarrollo¡±, advirti¨® el nuevo jefe de Gobierno. Entre las medidas anunciadas, un relanzamiento de la producci¨®n de fosfatos y petr¨®leo, bloqueada por las protestas de j¨®venes parados, una reforma profunda de la administraci¨®n p¨²blica y una lucha m¨¢s severa contra ¡°la evasi¨®n fiscal¡±.
Cuando faltan apenas cuatro meses para la celebraci¨®n del d¨¦cimo aniversario de su Revoluci¨®n, que propuls¨® las llamadas primaveras ¨¢rabes, la sociedad tunecina siente que la transici¨®n a la democracia no ha satisfecho las expectativas suscitadas. La inestabilidad social y pol¨ªtica -se cuentan una decena de Gobiernos desde la ca¨ªda del r¨¦gimen de Ben Ali- ha provocado el estancamiento de la econom¨ªa, con unas tasas de crecimiento del PIB an¨¦micas -la media es inferior al 2%-. En cambio, entre los logros figura la consolidaci¨®n de la libertad de expresi¨®n y la organizaci¨®n de media docena de elecciones limpias y transparentes.
El proceso de formaci¨®n del nuevo Ejecutivo ha fraguado una nueva coalici¨®n de Gobierno formada, entre otros, por los dos partidos m¨¢s votados en las elecciones legislativas del pasado oto?o y antiguos adversarios: los islamistas moderados de Ennahda -52 diputados-, y Qalb Tunis, un partido de ideolog¨ªa difusa liderado por el magnate de la comunicaci¨®n Nabil Karui -27 diputados-. En cambio, han pasado a la oposici¨®n los partidos de la Corriente Democr¨¢tica, de centroizquierda, y el Movimiento del Pueblo, de tendencia panarabista. Aparte del presunto caso de corrupci¨®n del premier Fajfaj, el distanciamiento entre estas dos formaciones y Ennahda explica la ca¨ªda del Gobierno anterior solo cinco meses despu¨¦s de su constituci¨®n en un contexto de polarizaci¨®n y fragmentaci¨®n.
De hecho, el ¨²nico cemento de la nueva ¡°gran coalici¨®n¡±, que incluye tambi¨¦n diversos peque?os partidos liberales y conservadores, parece ser evitar la celebraci¨®n de elecciones anticipadas, pues las encuestas sugieren que el partido vencedor ser¨ªa el PDL de Abir Musi, la que fuera secretaria general del partido de Ben Ali, toda una se?al del sentimiento de frustraci¨®n que anida entre los tunecinos. Ennahda se hab¨ªa mostrado frontalmente contraria a la formaci¨®n de un Gobierno tecn¨®crata argumentando que subvertir¨ªa la esencia de la democracia. Sin embargo, horas antes del pleno, su m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n cambi¨® de postura en aras de la estabilidad.
La gestaci¨®n del nuevo Ejecutivo ha sido fruto de un proceso alambicado y tempestuoso, criticado por algunos observadores por su nula transparencia. Una de las claves del desenlace final es el pulso por el poder que libran el presidente del pa¨ªs, Kais Said, y los dos principales partidos en el Parlamento. Los roces entre las instituciones se han convertido en una constante desde la aprobaci¨®n de la nueva Constituci¨®n en 2014, ya que establece un sistema semipresidencial parecido al franc¨¦s, si bien otorga mayores poderes al Jefe de Gobierno que al presidente.
A pesar de haber sido elegido con una apoyo abrumador -m¨¢s del 70% de los votos-, el presidente Kais Said, un independiente con un discurso heterodoxo, ha salido perdedor del envite. Ahora bien, el hecho de conservar una elevada popularidad y de atesorar el privilegio de ser el int¨¦rprete ¨²ltimo de la Constituci¨®n a falta de una Corte Constitucional podr¨ªa significar que todav¨ªa no ha dicho su ¨²ltima palabra. ¡°El presidente y su entorno son herm¨¦ticos. No est¨¢ claro cu¨¢l es su plan de cara al futuro¡±, apunta el analista Mohamed Dhia Hamami.
Algunos medios han especulado que Said podr¨ªa estar preparando la creaci¨®n de un nuevo partido pol¨ªtico o de listas independientes de cara a las pr¨®ximas elecciones, lo que supondr¨ªa una verdadera sacudida del tablero pol¨ªtico del pa¨ªs. Sin embargo, hasta el momento, no ha dado ning¨²n paso en esta direcci¨®n, al menos p¨²blicamente. El presidente es muy cr¨ªtico con el sistema pol¨ªtico actual, y durante la campa?a apost¨® por introducir medidas de democracia directa. Mientras partidos e instituciones se enzarzan en confusas luchas intestinas, la poblaci¨®n se siente cada vez m¨¢s ajena a una transici¨®n con pies de barro.