T¨²nez se prepara para estrenar su noveno Gobierno desde la revoluci¨®n de 2011
El perfil tecn¨®crata de Hichem Mechichi puede beneficiarle a la hora de combatir la corrupci¨®n end¨¦mica del pa¨ªs
La escena que tuvo lugar en el Palacio de Cartago el pasado 26 de julio debi¨® resultar familiar para muchos tunecinos. El presidente de la Rep¨²blica, Kais Saied, designaba a un flamante jefe de Gobierno, Hichem Mechichi, con el encargo de convertir la lucha contra la corrupci¨®n en una de las prioridades del nuevo Gabinete, que deber¨¢ formar durante las pr¨®ximas dos semanas y recibir la aprobaci¨®n del Parlamento. Sus ocho predecesores nombrados desde la revoluci¨®n de 2011 han fracasado en su cometido. Sin embargo, tanto el presidente como Mechichi, ministro del Interior en el Gabinete cesado, poseen una identidad pol¨ªtica que los distingue del resto.
La corrupci¨®n se ha convertido en un mal end¨¦mico que corroe al Estado tunecino desde hace d¨¦cadas. Este ya fue uno de los principales acicates de la revuelta que depuso al dictador Ben Al¨ª, un clept¨®crata sin m¨¢s ideolog¨ªa que el enriquecimiento personal.
¡°La revoluci¨®n no puso fin a este sistema, sino que lo invirti¨® y multiplic¨®. Sin el control del clan de los Trabelsi [la esposa de Ben Al¨ª], los intermediarios han ganado autonom¨ªa y los circuitos para obtener favores se han diversificado y se hacen la competencia¡±, escribe en Orient XXI el periodista de investigaci¨®n Thierry Bresillon. Es un fen¨®meno conocido aqu¨ª como ¡°la democratizaci¨®n de la corrupci¨®n¡±. Seg¨²n el ¨ªndice elaborado por la ONG Transparencia Internacional, el pa¨ªs magreb¨ª ocupa el 74? puesto en el ranking mundial de corrupci¨®n, y un 18% de los ciudadanos confiesa haber tenido que pagar alguna ¡°mordida¡± a un funcionario en el ¨²ltimo a?o.
¡°Durante a?os, la capacidad de la Instancia Nacional para la Lucha Contra la Corrupci¨®n ha sido limitada, no dispon¨ªa de los recursos suficientes. Una de las razones es que los empresarios corruptos empezaron a financiar a los partidos pol¨ªticos para poder mantener sus posiciones de privilegio¡±, sostiene el analista pol¨ªtico Bechir Juini. Al igual que otros observadores, Juini considera que el Gobierno anterior, ca¨ªdo el 16 de julio, es el que se ha tomado m¨¢s en serio la lucha contra la corrupci¨®n. Y esa podr¨ªa ser una de las razones de su corta duraci¨®n, apenas cinco meses.
Entre los partidos que formaban la coalici¨®n, figuraba la Corriente Democr¨¢tica, que desde su creaci¨®n situ¨® la lucha contra el fraude en el centro de su programa pol¨ªtico. Su l¨ªder, Mohamed Abbu, un opositor hist¨®rico a Ben Al¨ª, fue nombrado ministro de la Funci¨®n P¨²blica, y el n¨²mero dos, Ghazi Chauachi, ministro de la Propiedad Estatal, dos posiciones clave en la supervisi¨®n de la Administraci¨®n. El resultado fue que, en los cinco meses de vida del Gobierno, se iniciaron procesos judiciales por corrupci¨®n contra m¨¢s de una veintena de funcionarios, incluidos algunos altos cargos, como el antiguo director general de carreteras.
Tr¨¢fico de influencias
No obstante, la ca¨ªda del Gobierno vino provocada, parad¨®jicamente, por un esc¨¢ndalo de presunto tr¨¢fico de influencias. El jefe de Gobierno, Elias Fajfaj, de perfil tecn¨®crata aunque preside un peque?o partido, pose¨ªa el 20% de las acciones de una compa?¨ªa que gan¨® en abril un concurso p¨²blico de gesti¨®n de residuos por valor de 14 millones de euros. Aunque no existe ninguna prueba de que Fajfaj interviniera para favorecer a su empresa, tras un mes de pol¨¦micas y habiendo perdido el apoyo de los islamistas moderados de Ennahda, Fajfaj tir¨® la toalla y dimiti¨®.
Adem¨¢s, las relaciones entre Ennahda, el partido m¨¢s votado en las ¨²ltimas elecciones, y el presidente Said se hab¨ªan deteriorado despu¨¦s de que no nominara a su candidato como primer ministro, el en¨¦simo conflicto entre la presidencia y los partidos en un pa¨ªs con un sistema pol¨ªtico semi-presidencialista, muy parecido al franc¨¦s, y que se ha convertido en una fuente inagotable de rencillas partidistas e inestabilidad.
El futuro de Mechichi es incierto ya que Ennahda y sus aliados podr¨ªan bloquear la aprobaci¨®n del nuevo Ejecutivo en el Parlamento. Ello llevar¨ªa probablemente a comicios anticipados, y no est¨¢ claro que les favorezca. Chawki Tabib, el carism¨¢tico presidente del organismo anticorrupci¨®n, ha bendecido la designaci¨®n de Mechichi y ha declarado que ¡°este Gobierno ser¨¢ el de la lucha eficaz contra la corrupci¨®n¡±.
Mechichi, un tecn¨®crata que ha ocupado varios puestos en la Administraci¨®n, contar¨¢ con el firme apoyo del presidente Said, un pol¨ªtico ¨ªntegro y heterodoxo, con un elevado ¨ªndice de popularidad despu¨¦s de haber obtenido una victoria abrumadora en las elecciones del a?o pasado.
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