Trump urge al Senado a proceder ¡°sin demora¡± al relevo de la juez Ginsburg en el Supremo
El presidente considera su ¡°obligaci¨®n¡± nombrar un candidato antes de las elecciones del 3 de noviembre y abre un proceso llamado a marcar la campa?a. La senadora Susan Collins rechaza que se vote antes de la elecci¨®n
El presidente de EE UU, Donald Trump, ha dejado claro que se dispone a iniciar el proceso para tratar de cubrir, antes de las elecciones del 3 de noviembre, la vacante que deja en el Tribunal Supremo la juez Ruth Bader Ginsburg, fallecida el viernes a los 87 a?os. El s¨¢bado por la ma?ana, Trump ha ordenado que las banderas en la Casa Blanca y el resto de edificios oficiales ondearan a media asta. A continuaci¨®n, despejando cualquier duda, ha urgido a los sena...
El presidente de EE UU, Donald Trump, ha dejado claro que se dispone a iniciar el proceso para tratar de cubrir, antes de las elecciones del 3 de noviembre, la vacante que deja en el Tribunal Supremo la juez Ruth Bader Ginsburg, fallecida el viernes a los 87 a?os. El s¨¢bado por la ma?ana, Trump ha ordenado que las banderas en la Casa Blanca y el resto de edificios oficiales ondearan a media asta. A continuaci¨®n, despejando cualquier duda, ha urgido a los senadores republicanos a tomar en consideraci¨®n ¡°sin demora¡± su nominaci¨®n para ocupar la vacante en el Supremo. ¡°Nos pusieron en esta posici¨®n de poder e importancia para tomar decisiones por el pueblo que orgullosamente nos eligi¨®, la m¨¢s importante de las cuales se ha considerado desde hace mucho la selecci¨®n de jueces del Tribunal Supremo. ?Tenemos esta obligaci¨®n, sin demora!¡±, ha tuiteado.
El presidente, que el viernes por la noche hab¨ªa difundido un comunicado oficial en t¨¦rminos de respeto y duelo por la magistrada, sin mencionar la situaci¨®n pol¨ªtica que se ha creado, se alinea as¨ª con las intenciones expresadas esa misma noche por Mitch McConnell, l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado: ¡°Los estadounidenses reeligieron nuestra mayor¨ªa [en el Senado] en 2016 y la ampliaron en 2018 porque prometimos trabajar con el presidente Trump y apoyar su programa, particularmente sus extraordinarios nombramientos de jueces federales. Una vez m¨¢s, mantendremos nuestra promesa. El nominado del presidente Trump ser¨¢ votado en el Senado¡±, dijo, apenas una hora despu¨¦s de conocerse la muerte de una aut¨¦ntica leyenda de la justicia estadounidense e icono de la izquierda.
Con estas dos declaraciones, queda lanzada una batalla pol¨ªtica de alto voltaje que definir¨¢ el resto de la campa?a electoral. A la mente de todos salt¨® el recuerdo de lo sucedido en 2016. En febrero de ese a?o, muri¨® el conservador Antonin Scalia, y el presidente Barack Obama propuso a un magistrado progresista moderado, Merrick Garland. Los republicanos ten¨ªan mayor¨ªa simple en el Senado, por lo que controlaban los procedimientos, y McConnell, decidi¨® bloquear el nombramiento. El argumento fue que era a?o electoral y que deb¨ªa ser el pr¨®ximo presidente el que hiciera la propuesta. ¡°La gente tiene que tener voz¡± en el proceso, argument¨® McConnell ante el estupor de la Casa Blanca, los dem¨®cratas y la judicatura. La contradicci¨®n con sus declaraciones del viernes es palmaria.
¡°No hay duda de que los votantes deben elegir al presidente y el presidente debe elegir al juez para que el Senado lo tome en consideraci¨®n¡±, dijo el viernes por la noche Joe Biden. ¡°Esa es la postura que el Senado republicano tom¨® en 2016, cuando quedaban 10 meses para las elecciones, y es la que debe tomar ahora¡±. Biden incluso tuite¨® la frase exacta de McConnell de hace cuatro a?os.
Desde entonces, la polarizaci¨®n alrededor de los nombramientos del Supremo no ha hecho m¨¢s que aumentar. Trump, el presidente m¨¢s impopular en d¨¦cadas, ha nombrado ya dos magistrados. La posibilidad de que nombre un tercero es una perspectiva inasumible para los dem¨®cratas. Si la vacante de Ginsburg se cubriera con otro juez conservador, quedar¨ªa cimentada una mayor¨ªa conservadora de seis a tres en la m¨¢s alta instancia judicial del pa¨ªs. Los nombramientos son vitalicios. Dicha mayor¨ªa permitir¨ªa a los conservadores ganar los casos incluso cuando uno de sus jueces decidiera votar con los progresistas. Ese tribunal, temen los dem¨®cratas, bloquear¨ªa durante un par de generaciones avances progresistas, o incluso revertir¨ªa asuntos como el derecho al aborto.
Una batalla por la confirmaci¨®n del candidato propuesto por Trump en el Senado, en paralelo a la campa?a electoral, arrojar¨ªa al centro del debate pol¨ªtico una serie de temas explosivos, desde el aborto hasta la libertad religiosa, pasando por la regulaci¨®n de la inmigraci¨®n o la protecci¨®n del medio ambiente, asuntos todos que est¨¢n sobre la mesa del Supremo. Trastocar¨ªa por completo, llen¨¢ndola de sustancia pol¨ªtica de alto voltaje, una campa?a que los dos candidatos han tratado de ce?ir, con notable ¨¦xito, a sendos temas fetiches: la nefasta gesti¨®n de Trump de la pandemia, en el caso del dem¨®crata Joe Biden, y el mensaje de ley y orden, en el caso del presidente y candidato republicano.
Pero ya antes de la muerte de Ginsburg, el propio Trump hab¨ªa dejado clara su voluntad de introducir el tema de la judicatura en la recta final de la campa?a. Hace apenas 10 d¨ªas repiti¨® la ins¨®lita jugada, que tan bien le funcion¨® hace cuatro a?os, de publicar una lista de potenciales candidatos a ocupar vacantes del Supremo, en un gui?o a ese electorado conservador que no conecta con las formas extravagantes de Trump, pero est¨¢ dispuesto a tolerarlas si el fin es una judicatura blindada a la agenda social progresista.
D¨ªas antes de su muerte, seg¨²n inform¨® la radio p¨²blica NPR, Ginsburg dict¨® una declaraci¨®n a su nieta Clara Spera, que dec¨ªa as¨ª: ¡°Mi deseo m¨¢s ferviente es no ser sustituida hasta que un nuevo presidente asuma el poder¡±.
No est¨¢ claro si los republicanos podr¨ªan nombrar al sustituto de Ginsburg antes de las elecciones. Los procedimientos en el Senado llevan su tiempo y lo normal es que una confirmaci¨®n de este tipo lleve de dos a tres meses. Hacerlo a todo correr a?adir¨ªa a¨²n m¨¢s tensi¨®n. Adem¨¢s, aunque Biden ganara la presidencia y los dem¨®cratas ganaran la mayor¨ªa en el Senado, Trump sigue siendo presidente hasta el 20 de enero al mediod¨ªa y los senadores republicanos siguen en sus esca?os hasta finales de diciembre, por lo que podr¨ªan hacerlo tambi¨¦n en el periodo interino.
En la pr¨¢ctica, con las leyes y reglamentos en la mano, los dem¨®cratas tendr¨ªan muy dif¨ªcil oponerse a esa confirmaci¨®n. Pero se abren varias opciones. Primero, que haya al menos cuatro senadores republicanos que anuncien que no confirmar¨ªan al candidato de Trump, con lo que McConnell no tendr¨ªa mayor¨ªa. Hay al menos declaraciones de cuatro de ellos prometiendo que no lo har¨ªan y que aplicar¨ªan los mismos criterios a un presidente republicano que a Obama. El m¨¢s importante, Lindsey Graham, que es el presidente del Comit¨¦ de Justicia, el que debe realizar la confirmaci¨®n del magistrado. Graham, adem¨¢s, se presenta a la reelecci¨®n el 3 de noviembre en Carolina del Sur. Hay 23 senadores republicanos (McConnell incluido), cuyas decisiones en este asunto est¨¢n marcadas por sus posibilidades de reelecci¨®n, no solo por lo que digan Trump y McConnell. Graham indic¨® el s¨¢bado que est¨¢ dispuesto a votar la elecci¨®n y a sobrevivir pol¨ªticamente a una contradicci¨®n muy dif¨ªcil de explicar.
La senadora Susan Collins, de Maine, fue la primera en oponerse a la confirmaci¨®n. En un comunicado, la republicana moderada dijo que el presidente Trump tiene todo el derecho a hacer su propuesta y el Senado a considerarla, pero que no deber¨ªa haber votaci¨®n y que la designaci¨®n la debe hacer el presidente que salga de las urnas. ¡°Dada la cercan¨ªa de las elecciones, creo que el Senado no deber¨ªa votar al nominado antes de la elecci¨®n. Lo justo para los americanos, que van a reelegir al presidente Trump o bien van a elegir a otro, es que la decisi¨®n de un nombramiento vitalicio para el Tribunal Supremo lo haga el presidente elegido el 3 de noviembre¡±. Es la primera baja en las filas de McConnell. Har¨¢n falta tres m¨¢s para parar este proceso.
Otro factor a tener en cuenta es que la candidata a vicepresidenta de los dem¨®cratas, la senadora Kamala Harris, tambi¨¦n se sienta en el Comit¨¦ de Justicia. Un proceso de confirmaci¨®n dar¨ªa a Harris la oportunidad de despedazar en p¨²blico al candidato a magistrado, como hizo con el juez Kavanaugh. Aquella actuaci¨®n fue decisiva en elevar su perfil entre el gran p¨²blico para poder lanzar su candidatura a presidenta y convertirla en una de las figuras dem¨®cratas m¨¢s conocidas de EE UU.
Los dem¨®cratas hac¨ªan circular desde el viernes otra posibilidad, tambi¨¦n en clave electoral. Consistir¨ªa en prometer que, si ganan la Casa Blanca y la mayor¨ªa en el Senado el 3 de noviembre, ampliar¨¢n el n¨²mero de magistrados del Supremo. La cifra de nueve jueces no est¨¢ escrita en la Constituci¨®n, sino en una ley. Ha ido variando entre 6 y 10. De esa forma, garantizar¨ªan contrarrestar los tres nombramientos de Trump. El c¨¢lculo, aparte de las consecuencias pr¨¢cticas, es que ser¨ªa un importante reclamo electoral para movilizar el voto, igual que la vacante de 2016 fue fundamental para llevar a las urnas a los republicanos que detestaban a Trump.
La muerte de Ginsburg subraya todo lo que est¨¢ en juego en estas elecciones. A Trump le brinda una oportunidad de alejar el foco de su gesti¨®n de la crisis sanitaria y de recordar a los votantes conservadores, sobre todo a aquellos que comulgan m¨¢s con las formas serenas de Biden que con la estridencia de las suyas, por qu¨¦ importa que haya un republicano en la Casa Blanca. A Biden, por su parte, le ofrece un argumento para movilizar al electorado joven y de izquierdas, aquel que muestra menos entusiasmo con su candidatura, record¨¢ndole tambi¨¦n por qu¨¦ es diferente que mande un republicano o un dem¨®crata. Se va una figura fundamental en la historia reciente de Estados Unidos. Y el vac¨ªo que deja dispara a¨²n m¨¢s de revoluciones la campa?a electoral m¨¢s fren¨¦tica en d¨¦cadas.
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