Seis balas acabaron con el sue?o de una nueva vida para Breonna Taylor
La joven afroamericana iniciaba el a?o lleno de planes cuando una serie de errores catastr¨®ficos policiales truncaron su futuro


,Breonna Taylor estaba a punto de girar esa esquina en la vida que todo lo cambia. Este maldito 2020 iba a ser su a?o. Lo escribi¨® ella misma en su cuenta de Twitter tras haber ahorrado el suficiente dinero para comprarse un reluciente Dodge Charger negro que rug¨ªa de excitaci¨®n, al igual que ella, al pisar el acelerador. Su apartamento de dos habitaciones, que compart¨ªa con su hermana, lleno de post it de colores o notas escritas en cualquier pedazo de papel que tuviera al alcance (una servilleta; una factura): con lo urgente, lo importante y los sue?os por realizar. ¡°Comprar una casa¡±. Quiz¨¢ tener un beb¨¦ con el hombre que la vio morir mientras agonizaba sin recibir ayuda tras ser blanco de las balas disparadas fren¨¦ticamente por uno de los tres agentes de polic¨ªa de la ciudad de Louisville (Kentucky) que en la madrugada del pasado 13 de marzo llamaron a su puerta.
Aquella madrugada, se realizaron varias redadas antidroga en una de las zonas m¨¢s depauperadas de la ciudad: Elliott Avenue. ?El objetivo? Detener e incautarse de los narc¨®ticos que estuvieran en posesi¨®n de Jamarcus Glover, de 30 a?os, muchos de ellos en prisi¨®n. Era tambi¨¦n un novio de esos de ida y vuelta durante m¨¢s de cuatro a?os de la joven Taylor. La polic¨ªa ten¨ªa en su radar a Glover. Pero tambi¨¦n a Taylor, ya que esta pagaba sus fianzas para sacarle de la c¨¢rcel cada vez que era detenido; porque este usaba el coche de ella para ir a las casas donde se vend¨ªa la droga; porque fue fotografiada frente a una de esas casas en m¨¢s de una ocasi¨®n; porque ¨¦l dio la direcci¨®n del apartamento de Taylor como su lugar de residencia.
Nacida hace 26 a?os en Grand Rapids, Michigan, hija de una madre soltera de 16 a?os y un padre que ha sido carne de presidio desde que ella contaba seis a?os, Breonna Taylor ten¨ªa tambi¨¦n unida su vida a Kenneth Walker desde hac¨ªa siete a?os. A mediados de febrero, Taylor rompi¨® definitivamente con Glover y se comprometi¨® con Walker. Estaba a punto de doblar la esquina.
Aspirante a enfermera, Breonna Taylor trabajaba como asistente en las Urgencias del hospital de Louisville. La que fue su ¨²ltima noche con vida deber¨ªa de haber sido la primera que dorm¨ªa tras cuatro madrugadas cubriendo el turno de noche en el centro m¨¦dico. Aquella noche iba a ser una buena noche. Cena fuera de casa y pel¨ªcula en la cama. Ella y Walker solos en el apartamento. Su hermana, de viaje en California.
M¨¢s de 60 agentes de polic¨ªa, incluido un equipo de las fuerzas especial t¨¢cticas y varias ambulancias ¡ªpor lo que pudiera pasar¡ª, estaban en el per¨ªmetro de la operaci¨®n policial que se iba a iniciar en varios lugares del South End de Louisville. Frente al n¨²mero 4 del apartamento de Breonna Taylor, por su relaci¨®n con el convicto Glover, solo un reducido grupo de agentes con la ¨²ltima instrucci¨®n de ¡°llamar e identificarse¡± antes de entrar al asalto. Se supon¨ªa que la mujer estaba sola. Lo que la polic¨ªa ve¨ªa desde su posici¨®n de vigilancia era la tenue luz azul que desprend¨ªa la peque?a pantalla. Las ¨²ltimas palabras coherentes que Walker recuerda de su prometida, rendida por el sue?o, fueron: ¡°Apaga la televisi¨®n¡±.
¡°?Qui¨¦n hay ah¨ª?¡±
A las 00.35 del 13 de marzo, la vida de Taylor empez¨® una tr¨¢gica cuenta atr¨¢s. Solo existe un testigo del complejo de apartamentos que asegura que oy¨® a la polic¨ªa identificarse. Lo que Taylor y su pareja vivieron, seg¨²n el recuento de Warren, fueron continuos golpes en la puerta y ninguna respuesta a la pregunta de ¡°?qui¨¦n hay ah¨ª?¡±. En palabras de Sam Aguiar, abogado que representa a la familia de Breonna, la intervenci¨®n de la polic¨ªa estuvo llena de ¡°fallos catastr¨®ficos¡±. ¡°Breonna Taylor fue tiroteada en su propio hogar, con su novio haciendo algo que es tan americano como el pastel de manzana: defenderse a s¨ª mismo y a su mujer¡±.
Porque eso es lo que sucedi¨®. Creyendo que un delincuente intentaba entrar en su propiedad ¡ªo que incluso un despechado Glover buscaba venganza por el amor perdido de Breonna¡ª, Walker utiliz¨® su Glock 9 y apret¨® el gatillo cuando vio que la puerta se ven¨ªa abajo, disparando un tiro e hiriendo al sargento Mattingly. A partir de ese momento, los agentes comenzaron a abrir fuego. Primero Mattingly; luego el detective Cosgrove; y rompiendo la t¨¢ctica de entrada, el detective Hankison dio la vuelta a la casa y comenz¨® a disparar indiscriminadamente a trav¨¦s del cristal de la sala que estaba cubierto con cortinas. Dispar¨® a ciegas, llegando sus proyectiles al piso superior al de Taylor, donde una mujer embarazada dorm¨ªa con su hijo de cinco a?os.
Breonna Taylor encaj¨® en su cuerpo seis balas, una de las cuales le produjo la muerte. Los agentes practicaban fuera un torniquete al compa?ero herido, ajenos a Taylor y Warren. A las 00.47, el novio de Breonna llamaba a emergencias. La ambulancia al rescate de Taylor tard¨® en llegar, intent¨® entrar por un callej¨®n cerrado a los coches. Todo lo que pudo salir mal, sali¨® mal. Acababa de desaparecer la esquina por doblar en el que ya no ser¨ªa el a?o de Taylor.
A diferencia del caso de George Floyd, muerto por asfixia bajo la rodilla de un polic¨ªa en Minneapolis en mayo, el caso de Taylor no tiene grabaci¨®n, no tiene im¨¢genes contundentes que cierren un caso con un culpable y una condena. Hankinson fue expulsado del departamento de polic¨ªa por uso excesivo de la fuerza. Este pasado mi¨¦rcoles un Gran Jurado le aplicaba el mismo cargo. Los otros dos agentes: libres de culpa. Icono y s¨ªmbolo de la violencia policial y las injusticias raciales, las calles de las principales ciudades de Estados Unidos ped¨ªan justicia para Breonna Taylor. ¡°Digan su nombre¡±, reclamaban las pancartas. En los tumultos de Louisville, dos polic¨ªas resultaban heridos de bala. El sospechoso est¨¢ detenido. El toque de queda sigue impuesto en Louisville. En cada esquina del centro de la ciudad, las fuerzas del orden, desplegadas.
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