El miedo va a cambiar de bando (una frase que habla de un mundo)
Una declaraci¨®n de Macron tras un atentado islamista arroja luz sobre el protagonismo y la compleja gesti¨®n del nacionalpopulismo
El lenguaje de la pol¨ªtica suele ser llano. Hay oradores buenos y mediocres, moderados y radicales, fidedignos o mentirosos; pero, por lo general, el significado que sus palabras vehiculan est¨¢ claro. Simplemente hay que decidir si se comparte o no, si se cree o no. Luego, de vez en cuando, afloran declaraciones que parecen tener un mundo entero detr¨¢s, ra¨ªces infinitas llenas de explicaciones. Puede que sea el caso de lo que dijo recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, despu¨¦s de ...
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El lenguaje de la pol¨ªtica suele ser llano. Hay oradores buenos y mediocres, moderados y radicales, fidedignos o mentirosos; pero, por lo general, el significado que sus palabras vehiculan est¨¢ claro. Simplemente hay que decidir si se comparte o no, si se cree o no. Luego, de vez en cuando, afloran declaraciones que parecen tener un mundo entero detr¨¢s, ra¨ªces infinitas llenas de explicaciones. Puede que sea el caso de lo que dijo recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, despu¨¦s de la decapitaci¨®n de un profesor en un ataque de inspiraci¨®n islamista radical. ¡°El miedo va a cambiar de bando¡±, advirti¨® el mandatario.
Intentemos seguir las sendas que esa frase abre. Es obvio que tras un crimen de esa naturaleza se espera de los l¨ªderes una respuesta firme. La formulaci¨®n, sin embargo, es cuando menos inusual por la vehemencia del mensaje. ?Debe un Estado infundir miedo? Cualquiera sea la respuesta, evidentemente, la alocuci¨®n es una hip¨¦rbole de firmeza de corte casi cinematogr¨¢fico, que nos invita en primer lugar a reflexionar sobre el peso de los mensajes simples e impactantes en la pol¨ªtica ¡ªy en la vida¡ª contempor¨¢nea.
Desde ah¨ª, el siguiente paso podr¨ªa ser preguntarse: ?cu¨¢l es el objetivo de una afirmaci¨®n de ese estilo? Parece plausible que el intento de evitar la posibilidad de que la ultraderecha asuma la bandera de la reacci¨®n m¨¢s vigorosa al islamismo violento. Marine Le Pen ha intentado sin tardar perfilarse cual l¨ªder del combate al terrorismo. Hemos aqu¨ª por tanto, probablemente, un intento de cortar el paso a una v¨ªa de crecimiento para la derecha extrema con herramientas ret¨®ricas.
El miedo es quiz¨¢ uno de los conceptos centrales en la pol¨ªtica occidental de la ¨²ltima d¨¦cada. El doble mazazo de la crisis que empez¨® en 2008 y la pandemia de 2020 ha destruido la expectativa ¡ªa menudo inconsciente¡ª de constante progreso por el que, desde 1945, se dio por asumido que las nuevas generaciones tendr¨ªan una vida mejor. Durante algunos a?os, el terrorismo islamista tambi¨¦n ha generado cierta ansiedad en las sociedades europeas. El miedo ¡ªy el concepto correlacionado de protecci¨®n¡ª han dominado la escena. Macron ha utilizado a menudo la idea de protecci¨®n, vincul¨¢ndola a la de Europa.
Cortar paso con la dial¨¦ctica a partidos extremistas es una opci¨®n. Abrazar en gran medida su argumentario, otra. Asumir sus recetas, otra m¨¢s. Situarse en las ant¨ªpodas en el tono, en la visi¨®n y en las medidas, otra m¨¢s. Angela Merkel encarna esta ¨²ltima opci¨®n. Macron, quiz¨¢s, la primera. Pablo Casado oscil¨® durante tiempo entre las dos centrales. Este jueves, en la moci¨®n de censura al Gobierno, pareci¨® dirigirse hacia la opci¨®n Merkel. El tiempo dir¨¢ si ser¨¢ su ruta definitiva o un bandazo m¨¢s en su historial.
El caso es que el nacional-populismo ¡ªal margen de sus altibajos¡ª es una fuerza determinante en Occidente, por acci¨®n, influencia o reacci¨®n. La interacci¨®n con ¨¦l marca nuestro tiempo. Eso es, quiz¨¢, el mundo que se ve en contraluz en la frase de Macron.