Un mill¨®n de muertos
El mundo, en plena transformaci¨®n y ante una crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, alcanza la cifra simb¨®lica sin perspectivas de un final cercano de la pandemia de coronavirus, pero mejor armado ante la segunda ola y con la esperanza de las vacunas
- Norteam¨¦rica 306.400
- Sudam¨¦rica 246.400
- Europa 220.000
- Asia 187.700
- ?frica 35.000
- Ocean¨ªa 910
Un mill¨®n de muertos
El mundo, en plena transformaci¨®n y ante una crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, alcanza la cifra simb¨®lica sin perspectivas de un final cercano de la pandemia, pero mejor armado ante la segunda ola y con la esperanza de las vacunas
MARC BASSETSEl mundo de ayer cada vez parece m¨¢s remoto ¡ªun continente ex¨®tico, casi otro siglo¡ª, pero el nuevo nunca acaba de llegar y todav¨ªa nadie lo vislumbra.
Cuando el 11 de enero pasado salt¨® la noticia del primer muerto como consecuencia de un misterioso virus detectado unas semanas antes en la ciudad china de Wuhan, ni el m¨¢s l¨²cido de los visionarios habr¨ªa podido adivinar lo que se avecinaba. Nadie imagin¨® que, detr¨¢s de aquel hombre de 61 a?os, se acumular¨ªan 999.999 cad¨¢veres m¨¢s por la covid-19 y que lo excepcional ¡ªla vida con mascarilla y sin besos, el teletrabajo, la hip¨®tesis de encerrarse de nuevo en casa, el miedo a un mal que a finales de 2019 ni ten¨ªa nombre¡ª se convierte en rutina.
Nueve meses despu¨¦s, seg¨²n el recuento que realiza la universidad estadounidense Johns Hopkins, el mundo est¨¢ a punto de cruzar el umbral del mill¨®n de muertos mucho mejor armado que entonces para atenuar el impacto letal de la enfermedad y con avances para la obtenci¨®n de la vacuna. Sin embargo, el n¨²mero de infectados desde que estall¨® la pandemia supera los 32 millones. Y pa¨ªses que cre¨ªan haber controlado m¨¢s o menos la epidemia y reducido a un m¨ªnimo las muertes afrontan el temor a una segunda ola que sature de nuevo los hospitales y aboque a otro confinamiento de la poblaci¨®n despu¨¦s del invierno pasado.
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Testimonios: De Senegal a Yakarta, una diversa geograf¨ªa del dolor¡°No estamos a punto de derrotar al virus. Deberemos convivir con ¨¦l y gradualmente se desvanecer¨¢ por medio de las vacunas y la inmunidad de grupo. No habr¨¢ un corte en seco que lo solucione todo¡±, dice desde Massachusetts el ensayista Robert D. Kaplan, autor de La venganza de la geograf¨ªa (RBA, 2013) y especialista en geopol¨ªtica. ¡°No habr¨¢ un desfile de la victoria¡±.
Un mill¨®n es un n¨²mero arbitrario que, aislado, significa bien poco ¡ª"un muerto es una tragedia, un mill¨®n, una estad¨ªstica", dice la frase ap¨®crifa atribuida al tirano sovi¨¦tico Josef Stalin¡ª, pero es un n¨²mero que permite evaluar c¨®mo la humanidad ha llegado a este punto, qu¨¦ ha cambiado en estos meses no solo en el frente sanitario, sino en la pol¨ªtica internacional y en la econom¨ªa.
¡°Comparo esta pandemia con el Bolero de Maurice Ravel. La m¨²sica es repetitiva. Los instrumentos van entrando poco a poco en la partitura¡±, dice el epidemi¨®logo Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, en Suiza. As¨ª ocurri¨® con la pandemia del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad covid-19. Primero fue China. Despu¨¦s Corea e Ir¨¢n. A continuaci¨®n, Italia y Espa?a. Y Am¨¦rica del Norte y del Sur, e India. Y as¨ª, hasta cubrir casi todo el planeta, como el crescendo de la pieza del compositor franc¨¦s.
Casi la mitad de las muertes han ocurrido en Am¨¦rica, seg¨²n datos de la OMS. Una cuarta parte, en Europa. Asia, donde saltaron los primeros casos, registra un 10% de muertes. Y ?frica, con una poblaci¨®n joven, un 2,5%. El d¨ªa con m¨¢s muertes en el mundo fue el 17 de abril, con 12.421; el 7 de septiembre, con 8.666, ha sido el cuarto peor.
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An¨¢lisis de datos: Un mill¨®n de muertes (que son m¨¢s de un mill¨®n)Flahault hace un repaso del horizonte a d¨ªa de hoy. Desde zonas ¡°poco activas¡± como China, Jap¨®n, Vietnam o Tailandia en Asia, o Australia o Sur¨¢frica, a Am¨¦rica Latina, que ¡°se enfrenta a una cat¨¢strofe sanitaria sin precedentes¡±, y partes de EE UU donde el virus ¡°no est¨¢ en absoluto bajo control¡±. En medio, Europa occidental, que en verano ¡°vivi¨® una situaci¨®n parad¨®jica, con un aumento de los casos pero no de las muertes ni de formas severas de la enfermedad¡±. ¡°Ahora, en Espa?a y en Francia empezamos a ver formas severas cada vez m¨¢s numerosas que preocupan porque se parecen mucho al arranque de una segunda ola¡±, constata. ¡°No puede descartarse que, si la segunda ola golpea Europa, los sistemas sanitarios est¨¦n bajo tal tensi¨®n y que, para evitar su implosi¨®n, estemos obligados a nuevos confinamientos¡±.
El rastro de otras pandemias
Un mill¨®n, ?qu¨¦ significa? ?Es mucho, poco? La malaria provoc¨® en 2018 405.000 muertes. El VIH 690.000 muertes en 2019, de los m¨¢s de 32 millones desde los a?os ochenta. La gripe com¨²n mata entre 290.000 y 650.000 personas cada a?o. Las gripes de 1957 y la de Hong Kong en 1969 causaron un mill¨®n de muertes cada una, seg¨²n los datos del Centro de Control de Enfermedades de EE UU, pero apenas han dejado rastro en la memoria colectiva.
La comparaci¨®n habitual es con la gripe de 1918-1920. ¡°El balance estimado global es aproximadamente de 50 millones de muertes. Es la cifra m¨¢s citada. En realidad, no conocemos el total de v¨ªctimas mortales¡±, dice J. Alexander Navarro, del Centro de Historia de la Medicina de la Universidad de Michigan. ¡°Aquella pandemia fue y sigue siendo la m¨¢s mort¨ªfera de la historia¡±.
¡°Espero que lo de ahora, ni de cerca sea tan malo como en 1918, pero no habr¨ªa que celebrar que solo hayan muerto un mill¨®n¡±, dice desde Montana David Quammen, autor de Contagio (Debate, 2020). ¡°Es un acontecimiento horrible que no podr¨ªa haberse previsto del todo. Pero se habr¨ªa podido controlar mejor si hubi¨¦semos usado nuestro conocimiento cient¨ªfico y nuestras capacidades de salud p¨²blica, con un liderazgo sabio y con la voluntad para prepararnos. No lo hicimos¡±.
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Fotogaler¨ªa: Una pandemia que sacudi¨® el planetaUn mill¨®n, ?es una cifra cre¨ªble? ¡°No, no, no. En absoluto¡±, responde el dem¨®grafo Jean-Marie Robine, del Instituto Nacional de Estudios Demogr¨¢ficos (INED). Solo en Francia, explica, hay tres fuentes distintas y no coincidentes. ¡°Las cifras son probablemente muy inexactas (...). Seguramente, estamos muy por encima del mill¨®n¡±, a?ade.
Robine explica que, si la pandemia termina relativamente pronto, los efectos demogr¨¢ficos ser¨¢n limitados. La esperanza de vida puede caer este a?o cinco o seis meses en los pa¨ªses europeos, pero se recuperar¨ªa en seguida como ha ocurrido despu¨¦s de epidemias y guerras. ¡°Si es un acontecimiento ¨²nico, el impacto ser¨¢ menor. Un mill¨®n de muertos, a escala de la humanidad, no es nada¡±, dice. ¡°Pero, si la crisis vuelve con olas regulares, puede tener un impacto grande e impedir el aumento de la esperanza de vida. Ser¨ªa el final de la revoluci¨®n de la longevidad¡±, pronostica. Es decir, el aumento de la edad hasta las que llegan a vivir los seres humanos, que no ha dejado de crecer desde los a?os 50, se detendr¨ªa.
Si la crisis vuelve con olas regulares, puede tener un impacto grande e impedir el aumento de la esperanza de vidaJean-Marie Robine, dem¨®grafo
Las cifras se han convertido en un arma pol¨ªtica, y en una bandera. China, con tres muertos por mill¨®n de habitantes, Corea del Sur con ocho, o Alemania, con 114, salen mejor paradas de estos nueve meses de pandemia que Francia (486), Estados Unidos (629) o Espa?a (668). ¡°No creo que pueda decirse que los pa¨ªses autoritarios lo hayan hecho mejor que las democracias. Asia lo ha gestionado bien, se trate de una democracia como Taiw¨¢n o de una autocracia como la China continental¡±, dice Kaplan. ¡°Lo que hemos visto no son las democracias frente a las autocracias, sino la administraci¨®n inteligente frente a administraci¨®n necia¡±.
La segunda globalizaci¨®n
Kaplan cree que el virus marca ¡°un intermedio¡± entre los que ¨¦l llama las dos fases de globalizaci¨®n. La primera, que comenz¨® con el fin de la Guerra Fr¨ªa a principios de los noventa, era una globalizaci¨®n democratizadora y globalizadora. La segunda es una globalizaci¨®n marcada por la pujanza de las autocracias y las rivalidades entre potencias.
¡°Las acciones de la Administraci¨®n Trump han da?ado el prestigio estadounidense, y la posici¨®n de China se ha reforzado¡±, describe el titular de la c¨¢tedra de geopol¨ªtica en Foreign Policy Research Institute. ¡°Mucho depender¨¢ de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Es la mayor variable independiente que desconocemos, la variable que puede tener un mayor efecto geopol¨ªtico en Europa, en Pr¨®ximo Oriente, en el Lejano Oriente. Las cosas estar¨¢n m¨¢s claras a final de a?o¡±.
Kaplan habla de otra fase en la globalizaci¨®n, pero no del fin de la globalizaci¨®n. El confinamiento interrumpi¨® las cadenas de suministro que eran el nervio del comercio mundial y puso fin de los viajes internacionales. La carest¨ªa de productos que se volvieron de primera necesidad, como las mascarillas, llev¨® a muchos pa¨ªses a promover su producci¨®n nacional para no depender tanto de China. La r¨¢pida expansi¨®n del virus por el planeta facilit¨® la designaci¨®n de un culpable: la globalizaci¨®n. La realidad es m¨¢s complicada.
El riesgo son las tensiones geopol¨ªticas proteccionistas. Es lo que pas¨® en 1929Isabelle M¨¦jean, economista
¡°La idea de una des-mundializaci¨®n provocada por el coronavirus... Me puedo equivocar, pero no tengo la impresi¨®n de que sea lo que est¨¢ ocurriendo¡±, explica la economista Isabelle M¨¦jean, profesora de la Escuela Polit¨¦cnica en Paris-Saclay. Y recuerda que, aunque el transporte de individuos se par¨®, el comercio de mercanc¨ªas internacional continu¨® funcionando. ¡°El riesgo¡±, contin¨²a, ¡°son las tensiones geopol¨ªticas, proteccionistas. Es lo que pas¨® en 1929. Cuando hay crisis econ¨®micas, aparece un reflejo soberanista, de repliegue, que puede dar lugar a tensiones proteccionistas que ser¨ªan bastante costosas desde el punto de vista de crecimiento¡±.
La referencia de 1929 ¡ªy a lo que lleg¨® despu¨¦s por los errores del poder pol¨ªtico y monetario¡ª est¨¢ en boca de muchos pol¨ªticos y expertos. ¡°La pol¨ªtica del Banco Central Europeo y las decisiones de Europa en julio son ant¨ªdotos y, en cierta manera, la mejor respuesta que pod¨ªamos dar¡±, dijo Macron en un encuentro con periodistas a finales de agosto. Alud¨ªa al plan de recuperaci¨®n de 750.000 millones de euros en subsidios y pr¨¦stamos, y a la intervenci¨®n masiva del BCE con los 1,35 billones de euros del programa de compra de activo. ¡°En los a?os treinta, despu¨¦s de la crisis del 29, Europa hizo exactamente lo contrario. Tuvimos pol¨ªticas monetarias duras y pol¨ªticas presupuestarias restrictivas durante un tiempo. Conducen al caos social y pol¨ªtico¡±.
Nueve meses despu¨¦s, y un mill¨®n de muertos, ni el caos social ni el pol¨ªtico han llegado. Las elecciones del 3 de noviembre en EE UU ser¨¢n el gran examen en las urnas de la gesti¨®n en una crisis que busca culpables: los que nada anticiparon, los que despreciaron las se?ales, los que se enzarzaron en peleas partidistas y no organizaron un sistema de tests y rastreo, los ciudadanos que han bajado la guardia, los conspiracionistas. Al mismo tiempo, con esta pandemia sucede algo ins¨®lito: la humanidad decidi¨® parar en seco durante los confinamientos de marzo y abril para salvar las vidas de sus mayores; sin estas medidas es probable que hubiesen muerto muchos m¨¢s que un mill¨®n.
Hoy la angustia por la crisis econ¨®mica ¡ªnunca tantos pa¨ªses hab¨ªan estado a la vez en recesi¨®n desde 1870, seg¨²n el informe m¨¢s reciente de la Fundaci¨®n Gates; 37 millones de personas han ca¨ªdo en la pobreza extrema¡ª ocupa m¨¢s espacio en la mente de los ciudadanos y de los pol¨ªticos. Pero la crisis sanitaria todav¨ªa est¨¢ lejos de resolverse.
¡°Espero que hayamos pasado lo peor, pero no podemos confiarnos¡±, explica Quammen, ¡°Las tasas de mortalidad han bajado, porque algo hemos aprendido sobre c¨®mo tratarlo y c¨®mo controlarlo. Pero a¨²n no lo hemos experimentado en combinaci¨®n con la gripe. Y, una vez que lo hayamos controlado, otra amenaza pand¨¦mica vendr¨¢¡±.
¡°Si llega una segunda ola durante nuestra temporada de fr¨ªo [en el hemisferio norte] entre oto?o y hasta la pr¨®xima primavera, esta nos parecer¨¢ muy larga, pero al final quiz¨¢ estar¨¢ el fin del t¨²nel¡±, dice Flahault. ¡°Quiz¨¢ habremos alcanzado una inmunidad en varios segmentos de la poblaci¨®n que nos proteger¨¢ de otra nueva ola. Y podemos esperar que por entonces tendremos una vacuna que permitir¨¢ proteger a personas de edad y al personal de sanidad o a los ni?os que a¨²n no est¨¦ afectados¡±. El invierno se har¨¢ largo.
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