Jair Bolsonaro: ¡°Tenemos que dejar de ser un pa¨ªs de maricas¡±
El presidente de Brasil, uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados por la pandemia, se queja de la atenci¨®n que recibe el coronavirus y critica a Joe Biden
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, echa mano de un comentario hom¨®fobo como tantas veces a lo largo de su carrera pol¨ªtica. Este martes fue para quejarse de la crisis del coronavirus, c¨®mo se gestiona y la atenci¨®n medi¨¢tica que recibe. ¡°Tenemos que dejar de ser un pa¨ªs de maricas¡±, espet¨® durante un acto en el Palacio presidencial, en Brasilia. Bolsonaro, destacado negacionista de ...
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, echa mano de un comentario hom¨®fobo como tantas veces a lo largo de su carrera pol¨ªtica. Este martes fue para quejarse de la crisis del coronavirus, c¨®mo se gestiona y la atenci¨®n medi¨¢tica que recibe. ¡°Tenemos que dejar de ser un pa¨ªs de maricas¡±, espet¨® durante un acto en el Palacio presidencial, en Brasilia. Bolsonaro, destacado negacionista de la gravedad de la enfermedad, gobierna uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados del mundo con 162.000 muertos y camino de los seis millones de contagios. El mandatario populista dinamit¨® durante la jornada la t¨®nica de los ¨²ltimos meses en los que redujo la frecuencia de sus t¨ªpicos exabruptos: celebr¨® la suspensi¨®n de un ensayo cl¨ªnico de la vacuna china, insult¨® a los homosexuales, por primera vez se refiri¨® a Joe Biden desde las elecciones estadounidenses pero no para felicitarle y presumi¨® del poder de disuasi¨®n militar ante EE UU.
Fue otro d¨ªa marcado por las palabras del presidente, que pis¨® el acelerador, posiblemente con la vista puesta en la primera vuelta de las municipales del pr¨®ximo domingo. Bolsonaro es un artista desviando la atenci¨®n de los problemas relevantes como el desempleo, la inflaci¨®n o la reci¨¦n formalizada acusaci¨®n de corrupci¨®n contra su hijo mayor. Le revienta que el coronavirus est¨¦ todav¨ªa en el centro del debate pol¨ªtico porque es un terreno donde su principal rival, Jo?o Doria, se mueve bien.
Ninguno de los dos se presenta a los comicios para renovar los ayuntamientos, pero cada uno apadrina a un candidato en S?o Paulo, la ciudad m¨¢s rica y poblada de Brasil, donde el hombre del presidente, Celso Russomanno, va en las encuestas muy por detr¨¢s del actual alcalde, Bruno Covas, apadrinado por Doria.
Bolsonaro presid¨ªa un acto en el Palacio de Planalto sobre la necesidad de reactivar el turismo, moribundo por la pandemia, cuando dio rienda suelta a su exasperaci¨®n: ¡°Ahora todo es pandemia, tenemos que acabar con eso. Lamento los muertos, los lamento. Todos nos moriremos un d¨ªa. No sirve intentar huir de eso. Tenemos que dejar de ser un pa¨ªs de maricas (¡) Afrontar esto a pecho descubierto, luchar¡±, afirm¨® Bolsonaro, un paracaidista militar retirado que construy¨® su carrera pol¨ªtica como uno de los pol¨ªticos m¨¢s mediocres pero provocadores del Congreso. El actual presidente salt¨® a la fama hace muchos a?os por sus alabanzas a la dictadura adem¨¢s de sus insultos machistas y hom¨®fobos.
El gobernador de S?o Paulo ha cabalgado la crisis sanitaria hasta lograr destacar entre los varios aspirantes a presentarse a las presidenciales de 2022. Doria apost¨® por la ciencia desde el principio de la pandemia y su prioridad es ahora la vacuna china que fabrica Sinovac en colaboraci¨®n con el Instituto p¨²blico Butantan de S?o Paulo. Por eso la reciente suspensi¨®n por parte del Gobierno del ensayo de esa vacuna, en una decisi¨®n rodeada de sospechas, es un rev¨¦s para Doria que Bolsonaro celebr¨® con entusiasmo como una victoria personal.
El denominado Trump de los tr¨®picos tambi¨¦n aprovech¨® para romper su silencio sobre la victoria de Biden frente al Trump verdadero, aliado y candidato preferido del brasile?o. Bolsonaro no mencion¨® al dem¨®crata por su nombre, se refiri¨® a ¨¦l como ¡°el gran candidato a jefe del Estado¡±. Critic¨® las propuestas del pr¨®ximo presidente de EE UU para liderar un fondo de financiaci¨®n para preservar la Amazonia ¨Cque Brasil considera un ataque frontal a su soberan¨ªa¨C y ante unas hipot¨¦ticas sanciones comerciales, exhibi¨® poder de disuasi¨®n: ¡°Solo la diplomacia no funciona. Porque cuando acaba la saliva, tienes que tener p¨®lvora. No necesitas ni usarla, pero tienen que saber que la tienes¡±, declar¨® el capit¨¢n.
Entre los problemas graves que el mandatario quiere alejar del foco est¨¢n el desempleo, que ronda los 14 millones, incluido un mill¨®n de personas a?adidas en el ¨²ltimo trimestre. Aunque Brasil tiene mejores perspectivas econ¨®micas que la mayor¨ªa de sus vecinos y el chorro de dinero p¨²blico a los bolsillos de los brasile?os ha mitigado el impacto, la pandemia ha frenado en seco los ambiciosos planes econ¨®micos. Las reformas previstas avanzan a paso de tortuga. El propio ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, se declara frustrado porque no ha logrado privatizar una sola empresa p¨²blica en dos a?os de mandato. Y luego est¨¢ el caso por corrupci¨®n contra el senador Flavio Bolsonaro. El primog¨¦nito del presidente acaba de ser formalmente acusado por la fiscal¨ªa de malversaci¨®n, le acusa de haber aumentado su patrimonio en un mill¨®n de reales (160.000 euros, 185.000 d¨®lares) gracias al desv¨ªo de fondos p¨²blicos en R¨ªo de Janeiro.
Las elecciones del domingo no servir¨¢n para saber con precisi¨®n si el bolsonarismo goza de buena salud porque el presidente lleva meses sin partido y sus aliados est¨¢n dispersos entre infinidad de siglas. Ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil medir la situaci¨®n del Partido de los Trabajadores de Lula.