El opositor Navalni demanda al portavoz del Kremlin por decir que ¡°recib¨ªa instrucciones¡± de la CIA

El opositor ruso Alex¨¦i Navalni ha demandado a Dmitri Peskov, el portavoz del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y una de sus personas m¨¢s cercanas, por acusarle de ¡°recibir instrucciones¡± de la CIA. El abogado y bloguero anticorrupci¨®n, uno de los cr¨ªticos contra el Kremlin m¨¢s sonoros en Occidente, acus¨® a Putin de estar tras el envenenamiento el pasado agosto con una neurotoxina del grupo Novichok que casi le cuesta la vida. Una declaraci¨®n ¡°infundada e inaceptable¡±, seg¨²n Peskov, que respondi¨® acusando a Navalni de colaborar con los servicios de inteligencia de Estados Unidos. El opositor sigue en Alemania, donde fue trasladado tras la intoxicaci¨®n y contin¨²a recuper¨¢ndose.

¡°Considerando que los especialistas de la CIA trabajan con el paciente, todo lo que ¨¦l expresa es lo que esta organizaci¨®n pone en su boca¡±, coment¨® hace unas semanas el portavoz del Kremlin, seg¨²n recogi¨® la agencia estatal Tass. ¡°No es la primera vez que le dan alguna instrucci¨®n. Las instrucciones que recibe el paciente son obvias. Esa l¨ªnea de comportamiento la vimos m¨¢s de una vez. Aqu¨ª no hay nada que ocultar¡±, a?adi¨®.

La demanda presentada por Navalni en un tribunal de Mosc¨² dice que Peskov ¡°difundi¨® informaci¨®n que no se corresponde con la realidad¡± y atenta contra la ¡°dignidad, honor y reputaci¨®n empresarial¡± del opositor, que no pide compensaci¨®n econ¨®mica sino una retractaci¨®n p¨²blica.

Navalni empez¨® a sentirse enfermo el pasado 20 de agosto en un vuelo de Tomsk a Mosc¨², que tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad de Omsk. All¨ª fue hospitalizado y retenido contra la voluntad de sus familiares, que ya sospechaban que hab¨ªa sido envenenado y reclamaban trasladarle a Alemania para poder tratarle. Tras las fuertes presiones diplom¨¢ticas, en las que se lleg¨® a involucrar la canciller alemana, Angela Merkel, y la esposa de Navalni, Yulia Nav¨¢lnaya, reclam¨® a Putin su traslado y las autoridades rusas accedieron.

Tras su llegada a Alemania, los cient¨ªficos de los laboratorios militares alemanes indicaron que el opositor hab¨ªa sido envenenado con un agente nervioso de la familia Novichok, del mismo tipo que se us¨® contra el exesp¨ªa ruso Sergu¨¦i Skripal en el Reino Unido en 2018, hallazgos que confirmaron cient¨ªficos de Francia, Suecia y la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas. El caso Skripal, que apunta directamente a la inteligencia militar rusa (GRU, por sus siglas en ruso), desemboc¨® en una catarata de sanciones contra Rusia. Hace un mes, la Uni¨®n Europea aprob¨® otro paquete de sanciones contra miembros del c¨ªrculo m¨¢s cercano de Putin, entre ellos el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

La UE sostiene que el envenenamiento con esa neurotoxina, que solo pudo producirse en un laboratorio gubernamental de alta seguridad, que adem¨¢s si era antigua deb¨ªa custodiarla o destruirla, no pudo haberse realizado sin el conocimiento de la inteligencia rusa, que adem¨¢s hab¨ªa estado siguiendo al opositor.

Mosc¨² niega rotundamente cualquier insinuaci¨®n sobre su participaci¨®n en el envenenamiento, por el que Navalni estuvo en coma tres semanas. El Kremlin ha cambiado sus teor¨ªas: al principio se?al¨® que el opositor hab¨ªa sido v¨ªctima de un trastorno metab¨®lico y que padec¨ªa pancreatitis. La semana pasada, el ministro de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, asegur¨® que Navalni pudo ser envenenado por Occidente en el avi¨®n que le traslad¨® a Berl¨ªn. En respuesta a las sanciones de la UE por este caso, el Kremlin ha aprobado medidas ¡°sim¨¦tricas¡± contra altos funcionarios franceses y alemanes cuyos nombres y cargos a¨²n no ha hecho p¨²blicos.

Navalni se ha mostrado convencido de que el l¨ªder ruso est¨¢ detr¨¢s del ataque con Novichok. Afirma que solo los jefes de las tres agencias de inteligencia rusas pudieron dar la orden de usarlo. ¡°Una decisi¨®n as¨ª no se puede tomar sin la orden de Putin¡±, dijo Navalni en una entrevista con Der Spiegel.