El Gobierno alem¨¢n propone celebrar las elecciones en septiembre de 2021
La convocatoria marcar¨¢ el final de la era Merkel tras el cuarto mandato de la pol¨ªtica de centroderecha
El final de la era Merkel ya tiene fecha. El Gobierno alem¨¢n ha propuesto que las elecciones generales se celebren el 26 de septiembre de 2021, cita que a¨²n debe aprobar el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier. Se trata de una convocatoria excepcional, marcada por la pandemia, pero tambi¨¦n por tratarse de las primeras elecciones desde 2005 a las que no se presenta la canciller, Angela Merkel. La elecci¨®n de un nuevo canciller alem¨¢n marcar¨¢ el futuro del pa¨ªs y de ...
El final de la era Merkel ya tiene fecha. El Gobierno alem¨¢n ha propuesto que las elecciones generales se celebren el 26 de septiembre de 2021, cita que a¨²n debe aprobar el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier. Se trata de una convocatoria excepcional, marcada por la pandemia, pero tambi¨¦n por tratarse de las primeras elecciones desde 2005 a las que no se presenta la canciller, Angela Merkel. La elecci¨®n de un nuevo canciller alem¨¢n marcar¨¢ el futuro del pa¨ªs y de una Uni¨®n Europea en la que Berl¨ªn marca el paso.
La jefa del Gobierno alem¨¢n ya anunci¨® hace dos a?os que se retirar¨¢ cuando agote su actual mandato, el cuarto, el pr¨®ximo oto?o. Merkel se despide encumbrada en una popularidad sin precedentes tras 15 a?os de Gobierno. Y lo hace dejando a sus espaldas un escenario pol¨ªtico plagado de incertidumbres y sin un sucesor claro en el partido de centroderecha que ha dominado durante tres lustros.
Una portavoz del Gobierno confirm¨® este mi¨¦rcoles que el ministro de Interior, Horst Seehofer, ha acordado con los L?nder y con las formaciones pol¨ªticas la fecha de la convocatoria para el pr¨®ximo oto?o, que ahora debe promulgar el presidente. Las elecciones se celebran cada cuatro a?os, como marca el art¨ªculo 39 de la Constituci¨®n alemana, que establece una ventana temporal para la convocatoria.
La carrera por la sucesi¨®n de Merkel est¨¢ a estas alturas abierta de par en par. Al pinchazo en febrero de la designaci¨®n de Annegret Kramp-Karrenbauer como candidata en el bloque conservador le sigui¨® la irrupci¨®n de la pandemia. El virus ha obligado a postergar el proceso sucesorio en el centroderecha, que contin¨²a estancado. El pr¨®ximo enero, la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) de Merkel tiene previsto celebrar finalmente un congreso del partido, en el que previsiblemente elegir¨¢n a un nuevo presidente y candidato a canciller.
La gesti¨®n de la pandemia en un pa¨ªs que hasta ahora ha salido mejor parado que los de su entorno ha reforzado el apoyo de los ciudadanos a la CDU, a los que las encuestas otorgan en torno al 37% en intenci¨®n de voto. No est¨¢ nada claro, sin embargo, que ese apoyo se mantenga el d¨ªa que Merkel deje de ser la candidata. Sobre todo, porque ninguno de los tres aspirantes a la sucesi¨®n acaba de convencer a los votantes y porque en el partido conviven dos almas. Por un lado, quienes defienden continuar con la l¨ªnea marcada por Merkel y por otro, la corriente m¨¢s rupturista y conservadora que aspira a devolver al partido a sus supuestas esencias.
A partir de esta semana, los tres candidatos en liza ¡ªFriedrich Merz, Armin Laschet y Norbert R?tgen¡ª mantendr¨¢n encuentros virtuales con militantes del partido para defender su candidatura. La pandemia impide mantener encuentros cara a cara con los militantes, lo que complica a¨²n m¨¢s la carrera sucesoria. Gane quien gane, deber¨¢ redefinir los contornos de un partido desdibujado por una canciller atrapalotodo, que ha centrado a su partido hasta volverlo casi irreconocible.
Mientras, en la sombra y sin terminar de desvelar si piensa aspirar a la canciller¨ªa, el primer ministro b¨¢varo, Markus S?der, l¨ªder de la conservadora CSU, va ganando apoyos, seg¨²n reflejan las encuestas. Falta por ver si finalmente decide presentarse y si la CDU acepta un candidato a canciller procedente de las filas de su partido hermano b¨¢varo.
Los ¨²nicos que ya tienen un aspirante claro son los socialdem¨®cratas, socio minoritario en la gran coalici¨®n de Gobierno actual. Olaf Scholz, el centrista ministro de Finanzas, es el cabeza de cartel de un partido que no acaba de remontar y al que las encuestas le otorgan apenas el 16% de los votos. ¡°En los ¨²ltimos 16 a?os, los dos partidos [CDU y SPD] se han convertido en lo que Alternativa para Alemania (AfD) [la ultraderecha] llama partidos del sistema. El gran desaf¨ªo ahora para nosotros es encontrar nuestro perfil, y marcar en qu¨¦ nos distinguimos de la CDU¡±, asegura una fuente socialdem¨®crata.
Cord¨®n sanitario
La sorpresa la pueden dar, sin embargo, Los Verdes, el partido ecologista, que acumulan una elevada popularidad desde hace meses y que a¨²n deben decidir cu¨¢l de sus dos carism¨¢ticos primeros espadas ¡ªRobert Habeck o Annalena Baerbock¡ª encabezar¨¢ la candidatura.
Mientras, AfD no logra remontar, sumida en un reguero de crisis internas, pero sobre todo descolocada en esta crisis pand¨¦mica en la que los electores valoran la gesti¨®n eficiente frente a la ret¨®rica grandilocuente. AfD aspira a rentabilizar pol¨ªticamente la frustraci¨®n social y que previsiblemente aumentar¨¢ como consecuencia de los efectos econ¨®micos de la pandemia. Con cerca del 10% en intenci¨®n de voto ¡ªen las elecciones de 2017 obtuvieron el 12,6%¡ª no tienen posibilidad de formar parte de ninguna coalici¨®n de Gobierno, en un pa¨ªs que hasta ahora ha mantenido un f¨¦rreo cord¨®n sanitario a la ultraderecha.