El lobo solitario que quiere liderar la CDU alemana
Liberal en lo econ¨®mico y conservador en lo social, intenta recobrar a los votantes que migraron a la ultraderecha


Un pol¨ªtico del pasado con hambre de futuro. Friedrich Merz, aspirante a suceder a Angela Merkel, exuda ambici¨®n e impaciencia. Lleva m¨¢s de 15 a?os esperando este momento. Regresa a la arena pol¨ªtica propulsado por el rencor de derrotas hist¨®ricas a medio digerir y esta vez est¨¢ dispuesto a ganar.
Merz es el lobo solitario en la carrera por el partido conservador alem¨¢n. Es el candidato que permite so?ar que el t¨²nel del tiempo existe, que la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) es capaz de volver a los tiempos del 40% de apoyos, sin extrema derecha y sin una sociedad multicultural. El que promete devolver el partido a sus esencias y valores tradicionales. Y sobre todo, el que ofrece corregir el rumbo centrista que Merkel ha marcado en el partido durante los ¨²ltimos 15 a?os.
Corr¨ªa el oto?o de 2002 cuando la hoy canciller alemana defenestr¨® a Merz como l¨ªder de la oposici¨®n. Le arrebat¨® la presidencia de la CDU/CSU en el Bundestag, frenando en seco su carrera. Aquel episodio marc¨® el inicio del declive de Merz, que en 2009 abandon¨® la pol¨ªtica y dio el salto al sector privado. Merkel fue nombrada canciller en 2005.
Merz, abogado de profesi¨®n, se reinvent¨® como consultor y asesor de grandes empresas. Trabaj¨® para Mayer Brown, especializada en litigios de servicios financieros, para Winterthur o el Borussia de Dortmund entre muchas otras empresas. Casi nunca en puestos ejecutivos, siempre como asesor. Tambi¨¦n en su ¨²ltimo puesto como presidente del consejo de supervisi¨®n de BlackRock Alemania, la mayor gestora de fondos del mundo. Mantuvo sin embargo el contacto con el partido, sobre todo en Renania del Norte-Westfalia, su land.
Este hombre de 64 a?os, espigado y con un islote de pelo en una frente por lo dem¨¢s despoblada, era, y para muchos a¨²n es, la viva imagen de un triunfador. Un hombre adinerado, con tres hijos y que siempre viste de chaqueta y corbata. De cerca, es de esas personas exitosas que dan la sensaci¨®n de creer que todo es posible, que solo basta con desearlo. Habla idiomas, conoce mundo y tiene una agenda de contactos capaz de abrir las puertas del poder. Pero Merz quer¨ªa m¨¢s.
En octubre de 2018, Merkel anunci¨® que dejar¨ªa la presidencia del partido y que abandonar¨ªa la pol¨ªtica tras su cuarto mandato. Fue entonces cuando Merz volvi¨® a asomar la cabeza en la vida p¨²blica. Quer¨ªa presidir el partido conservador alem¨¢n. Lo intent¨® y fracas¨®. Cosech¨® una ajustada derrota en el ya c¨¦lebre congreso de Hamburgo frente a Annegret Kramp-Karrenbauer, la delf¨ªn de Merkel, que contaba con el respaldo del aparato del partido. A pesar de ser un gran orador, ese d¨ªa, cuando le toc¨® pronunciar su discurso ganador, pinch¨®.
En los despachos de Berl¨ªn muchos pensaron que aquel batacazo supondr¨ªa el punto final a su intermitente carrera pol¨ªtica, pero se equivocaron. Friedrich Merz no teme la derrota. Tiene una moral a prueba de bombas y una autoestima de hierro cincelada en la cima financiera. Maniobr¨® entre bambalinas y esper¨® a que Kramp-Karrenbauer cayera para emerger de nuevo, dispuesto a que esta vez sea la definitiva.
Compite oficialmente a partir de esta semana por la presidencia de la CDU y la candidatura a la canciller¨ªa. Ser¨¢ en un congreso extraordinario en abril cuando los delegados regionales del partido decidan si eligen a alguno de los dos candidatos continuistas del legado de Merkel ¡ªArmin Laschet o Norbert R?ttgen¡ª o si prefieren la ruptura y ¡°el nuevo comienzo¡± que predica Merz.
La carrera est¨¢ ajustada. Una encuesta reciente de Der Spiegel entre votantes de la CDU indica que Merz cuenta con una amplia ventaja. Gusta a la tropa, pero no tanto a los oficiales dentro del partido. Agrada a la vieja guardia nost¨¢lgica de la CDU de anta?o, la que cree que Merkel la ha traicionado con su supuesta ¡°socialdemocratizaci¨®n¡±.
Vende un estilo financiero muy de los a?os noventa, habiendo sido capaz a la vez de reciclar su clientela. ¡°Para mucha gente es un outsider, porque lleva fuera de la pol¨ªtica muchos a?os y no se le puede culpar de lo que ha ido mal, sobre todo de la crisis de refugiados. Representa una opci¨®n de renovaci¨®n clara, en un momento en el que hay cierto deseo de cambio tras 15 a?os de Merkel¡±, interpreta Stefan Marschall, de la Universidad Heinrich-Heine de D¨¹sseldorf. ¡°Le consideran capaz de recuperar al votante del ala derecha de la CDU¡±, a?ade.
Un padrino de excepci¨®n
Su mensaje seduce porque promete recuperar a los votantes que emigraron a la extrema derecha. Alternativa para Alemania (AfD) entr¨® en el Parlamento alem¨¢n por primera vez con el 12,6% de los votos y 92 diputados en 2017. Lo hizo en parte gracias al apoyo de antiguos votantes de la CDU. Merz minimiza, sin embargo, la gran migraci¨®n hacia el centro, hacia los Verdes, el partido ecologista, que no ha hecho m¨¢s que subir como la espuma. Virar a la derecha significa tambi¨¦n alejarse de un centro poblado de votantes.
Merz se declara europe¨ªsta y es un ferviente atlantista. Liberal en lo econ¨®mico y conservador en lo social. Es un buen orador, capaz de transmitir, que cuenta adem¨¢s con un padrino de excepci¨®n: Wolfgang Sch?uble, presidente del Bundestag y una de las figuras pol¨ªticas m¨¢s respetadas en Alemania.
Su fortuna es un arma de doble filo. Cuando el diario Bild le pregunt¨® si era millonario, Merz se defini¨® como de ¡°clase media-alta¡± y asegur¨® que gana cerca de un mill¨®n bruto al a?o. Su riqueza no acaba de caer bien en un pa¨ªs con querencia por la austeridad y aversi¨®n a la ostentaci¨®n. Genera en muchos votantes esa relaci¨®n ambivalente que oscila entre el desprecio y la admiraci¨®n, de alguien que tal vez no les gustar¨ªa como yerno, pero que, qui¨¦n sabe, tal vez podr¨ªa funcionar al frente del pa¨ªs.
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