Lukashenko crea una ¡®lista negra¡¯ para controlar a los participantes en la protestas en Bielorrusia
La polic¨ªa recaba informaci¨®n personal de los ciudadanos que van a las manifestaciones por la democracia
La polic¨ªa de Bielorrusia ha creado una base de datos con informaci¨®n de las personas que han participado en las protestas por la democracia y contra el fraude electoral. La lista, que se ha puesto en marcha por orden directa del presidente, Aleksandr Lukashenko, contiene la edad, regi¨®n de residencia, lugar de trabajo o estudio y tambi¨¦n las ¡°aficiones¡±, ha explicado este lunes un responsable del Ministerio del Interior en el canal estatal Bielorrusia 1. El archivo no solo incluir¨¢ a los arrestados en las movilizaciones cont...
La polic¨ªa de Bielorrusia ha creado una base de datos con informaci¨®n de las personas que han participado en las protestas por la democracia y contra el fraude electoral. La lista, que se ha puesto en marcha por orden directa del presidente, Aleksandr Lukashenko, contiene la edad, regi¨®n de residencia, lugar de trabajo o estudio y tambi¨¦n las ¡°aficiones¡±, ha explicado este lunes un responsable del Ministerio del Interior en el canal estatal Bielorrusia 1. El archivo no solo incluir¨¢ a los arrestados en las movilizaciones contra Lukashenko, tambi¨¦n los ¡°identificados¡±, adem¨¢s de participantes y administradores de canales de Telegram sobre las protestas. Desde que se iniciaron las hist¨®ricas manifestaciones en agosto contra la manipulaci¨®n en las elecciones presidenciales, rodeadas por multitud de denuncias de fraude, es habitual que grupos de agentes de seguridad, gran parte de ellos sin uniforme, graben los rostros de quienes participan en las movilizaciones. Todas esas im¨¢genes y datos pueden ahora tener un destino m¨¢s claro.
Las organizaciones de derechos civiles remarcan que la nueva lista es otro paso m¨¢s de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n de Lukashenko para reprimir las protestas y tomar represalias contra quienes participan en las movilizaciones. Tambi¨¦n para atemorizar a la poblaci¨®n con el objetivo de que no salga a las calles a protestar por temor no solo a ser detenidos sino tambi¨¦n a perder su empleo o ser expulsado de sus centros de estudios, por ejemplo, por participar en acciones que se consideran ilegales, cree Oleg Gulak, presidente de la organizaci¨®n de derechos civiles Comit¨¦ Helsinki Belarus. ¡°Hay que estar muy atento a c¨®mo se va a hacer, c¨®mo se van a almacenar estos datos y de qu¨¦ manera se van a usar en el futuro¡±, se?ala por tel¨¦fono desde Bielorrusia Gulak, que alerta no solo del uso de esta informaci¨®n por parte de las autoridades sino tambi¨¦n de los riesgos de filtraci¨®n, incluso interesada, de los datos.
Desde que se inici¨® la campa?a de los comicios presidenciales ¡ªque el l¨ªder autoritario reclama con el 80% de los votos¡ª, en mayo, m¨¢s de 30.000 personas han sido detenidas por participar en movilizaciones, seg¨²n la organizaci¨®n de derechos civiles Vesn¨¢, que ha documentado cientos de casos de violencia policial y tambi¨¦n de torturas bajo custodia policial y en los centros de detenci¨®n en los que los manifestantes han denunciado condiciones penosas y maltrato.
Para sortear las detenciones y las acciones de la polic¨ªa, que ha empleado gases lacrim¨®genos, ca?ones de agua y granadas paralizantes contra los manifestantes y que ha advertido que usar¨ªa munici¨®n real (como ya hizo en ocasiones en verano) si considera que hay una ¡°amenaza real¡± contra sus agentes y la seguridad nacional, la ciudadan¨ªa ha cambiado de t¨¢ctica. En vez de grandes manifestaciones con una trayectoria concreta han optado por otras m¨¢s peque?as, pero repartidas en distintos puntos de las ciudades. Pese a eso, este domingo, el vig¨¦simo consecutivo de acciones de protesta, la polic¨ªa bielorrusa detuvo a unas 150 personas en Minsk y otras localidades del pa¨ªs.
El l¨ªder autoritario sigue estrechando el c¨ªrculo contra la oposici¨®n. Gran parte de sus representantes est¨¢n entre rejas o han tenido que salir del pa¨ªs, como la l¨ªder opositora Svetlana Tijan¨®vskaya, que se enfrent¨® a Lukashenko en las elecciones y logr¨® unificar en su candidatura a la disidencia. Tijan¨®vskaya y su equipo -unidos en el llamado Comit¨¦ de Coordinaci¨®n opositor, imputados en un caso penal por ¡°tratar de tomar el poder¡± y ¡°crear y liderar una organizaci¨®n extremista¡± trabajan ahora en recopilar un ¡°libro de cr¨ªmenes¡± en el que dan cuenta de casos de abusos policiales verificados por abogados independientes y tambi¨¦n incluyen el nombre de los agentes del aparato de seguridad de Lukashenko acusados de violencia, para tratar de procesarlos en el futuro. La recopilaci¨®n tiene por ahora 28 nombres, seg¨²n el comit¨¦. ¡°Lo hacemos para que nadie nos pueda robar nuestros votos, torturarnos, detener a los padres y dejar a sus beb¨¦s en cochecitos en medio de la calle, abusar de los presos de conciencia¡±, declar¨® la l¨ªder opositora en un comunicado.
Tras intentar pulsar las teclas econ¨®micas, con la convocatoria de huelgas generales en empresas estatales que no han tenido, sin embargo, gran ¨¦xito, la oposici¨®n trata de presionar con esta iniciativa tambi¨¦n al nutrido, y por ahora leal, aparato de seguridad de Lukashenko, uno de los pilares de su r¨¦gimen. Solo el Ministerio del Interior tiene m¨¢s de 3.000 empleados. Adem¨¢s de otras agencias de seguridad.
Con el apoyo de Rusia, que sin embargo presiona para que reforme la Constituci¨®n con la mirada en que tal vez esto desencallar¨ªa la crisis pol¨ªtica, el l¨ªder bielorruso se mantiene firme. Pese a la nueva orden de sanciones de Occidente contra ¨¦l, sus bienes y contra decenas de funcionarios de su Administraci¨®n por los casos de violencia contra los manifestantes, no le tiembla el pulso. El viernes, Minsk y Mosc¨² firmaron otro acuerdo de colaboraci¨®n que apuntala su Administraci¨®n: esta vez entre las fuerzas policiales de ambos pa¨ªses para ¡°combatir el extremismo¡±. Este lunes, el Gobierno ruso ha aprobado un borrador de acuerdo para conceder a Bielorrusia un pr¨¦stamo de mil millones de d¨®lares.