La oposici¨®n redobla el desaf¨ªo contra Lukashenko con una huelga en Bielorrusia

El ¡°ultim¨¢tum¡± a Aleksandr Lukashenko ha expirado sin ning¨²n fruto. La oposici¨®n le hab¨ªa dado hasta este domingo para abandonar el poder sin obtener una m¨ªnima respuesta del l¨ªder bielorruso. En respuesta, sus cr¨ªticos han llamado a la ciudadan¨ªa bielorrusa a una huelga general para exigir la salida del hombre que ha gobernado el pa¨ªs con pu?o de hierro durante 26 a?os. Este lunes, pese a las amenazas de las autoridades y las detenciones, grupos de trabajadores han secundado el paro y miles de estudiantes y pensionistas ¡ªque han tomado con fuerza el testigo de la movilizaci¨®n¡ª se han echado a las plazas. Un desaf¨ªo m¨¢s al presidente bielorruso un d¨ªa despu¨¦s de que las autoridades reprimieran con dureza otra manifestaci¨®n multitudinaria en la capital de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica.

Con la nueva iniciativa en forma de paro laboral, la oposici¨®n busca romper la din¨¢mica de las protestas con las que mantiene fuerte el pulso a Lukashenko, pero que parecen estancadas desde agosto. Sin embargo, el miedo a nuevas represalias, la crisis econ¨®mica y las detenciones de los organizadores ya lastraron las huelgas anteriores.

¡°Lo principal es demostrar que nadie trabajar¨¢ para el r¨¦gimen¡±, ha recalcado en un comunicado la l¨ªder opositora Svetlana Tinaj¨®vskaya desde el exilio. ¡°La fecha l¨ªmite para cumplir con los requisitos del ultim¨¢tum del pueblo ha vencido¡±, dijo Tijan¨®vskaya, que pidi¨® a los trabajadores p¨²blicos y los privados, a las comunidades religiosas y las personalidades deportivas que se sumaran al paro. El objetivo no es solo paralizar la producci¨®n sino tambi¨¦n el consumo, explic¨®.

La oposici¨®n asegura que un n¨²mero importante de empleados de las principales f¨¢bricas estatales, entre ellas la simb¨®lica planta de tractores de Minsk o la industria de fertilizantes Azot, de Grodno, han hecho huelga. Las autoridades aseguran, sin embargo, que el trabajo en todas las compa?¨ªas p¨²blicas, donde esta ma?ana se han producido algunos arrestos preventivos, contin¨²a sin sobresaltos. Un grupo de trabajadores de compa?¨ªas tecnol¨®gicas, una de las banderas del desarrollo del pa¨ªs, han sido detenido este lunes cuando participaban en las movilizaciones en un sector en el que la movilizaci¨®n s¨ª ha sido mayoritaria.

¡°?Creemos, podemos, ganaremos!¡±, han coreado miles de estudiantes en Minsk. ¡°No descansaremos hasta que Lukashenko se vaya, tenemos que luchar por nuestro futuro¡±, cuenta desde Minsk Natasha Terekulova, estudiante de Lenguas, que ha hecho huelga y ha participado en la manifestaci¨®n. La marcha estudiantil se ha unido a una movilizaci¨®n de pensionistas contra el l¨ªder bielorruso que ha cortado la principal calle de la capital.

Las protestas contra Lukashenko no cesan desde el pasado 9 de agosto, cuando miles de personas clamaron en las calles contra el fraude electoral en las presidenciales en las que Lukashenko reclam¨® la victoria con el 80% de los votos. La oposici¨®n no reconoce los resultados de los comicios, que acumulan denuncias por manipulaci¨®n; tampoco la Uni¨®n Europea, que ha engrosado su lista de sanciones contra Bielorrusia.

El l¨ªder bielorruso, que asegura que las protestas se impulsan desde Occidente como un complot para desalojarle, se enfrenta a la crisis pol¨ªtica m¨¢s grave de sus 26 a?os en el poder. Sin embargo, tras pedir ayuda a Rusia, que ha terminado por brindarle apoyo econ¨®mico y garantizar ayuda policial si las protestas suponen una amenaza, Lukashenko est¨¢ resistiendo el pulso. Ha forzado al exilio o arrestado a los principales rostros de la oposici¨®n y agudizado la represi¨®n de las manifestaciones, amenazando a la ciudadan¨ªa con emplear incluso munici¨®n real.

En la manifestaci¨®n de ayer en Minsk, en el und¨¦cimo domingo consecutivo, los antidisturbios emplearon granadas paralizantes y balas de goma. La organizaci¨®n de derechos civiles bielorrusa Viasna ha informado de m¨¢s de 200 detenidos y varios heridos.

Mientras, Lukashenko asegura que ha puesto en marcha un proceso para reformar la Constituci¨®n, que todav¨ªa parece inconcreto, y ha llegado a reunirse con un grupo de destacados opositores encarcelados, en un gesto que los observadores ven como otra f¨®rmula para ganar tiempo.