Venezuela se enreda a¨²n m¨¢s en su laberinto institucional

El hemiciclo protocolar del Palacio Legislativo de Venezuela se ha convertido en un sal¨®n de usos m¨²ltiples. El martes dos juntas directivas ¡ªuna, la de Juan Guaid¨®, electa con voto y qu¨®rum verificados y con mayor¨ªa de parlamentarios y otra, la de Luis Parra, no¡ª neg¨¢ndose una a la otra, dieron inicio al per¨ªodo de sesiones de dos Parlamentos. Este mi¨¦rcoles, la Asamblea Nacional Constituyente, constituida ilegalmente en 2017 como un contrapoder legislativo para la oposici¨®n, tambi¨¦n us¨® la sala para una sesi¨®n en la que su presidente, Diosdado Cabello, asegur¨® que frente al conflicto de la Asamblea Nacional seguir¨ªan tomando decisiones.

El laberinto institucional que vive el pa¨ªs sudamericano se ha complicado a¨²n m¨¢s en apenas cuatro d¨ªas. Luis Parra, autoproclamado presidente de la AN en una sesi¨®n totalmente irregular, da ruedas de prensa desde el despacho del Palacio, publica videos ingresando con escoltas al recinto y entre sus primeras medidas conform¨® una comisi¨®n para notificar al resto de los poderes p¨²blicos el cambio de mando en la AN e iniciar la ¡°reinstitucionalizaci¨®n¡± del legislativo.

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La palabra es tambi¨¦n parte del nuevo discurso del chavismo. Pero la junta de Parra, m¨¢s all¨¢ de los visos de ilegalidad de su nombramiento, en el juego pol¨ªtico enfrenta el mismo problema de bloqueo jur¨ªdico que ha atravesado por cuatro a?os el parlamento opositor, declarado en desacato por el Tribunal Supremo, aliado de Maduro. Una medida pol¨ªtica originada en la impugnaci¨®n de tres diputados ind¨ªgenas que sigue sin resolverse y que est¨¢ soportada por m¨¢s de 100 sentencias dictadas en cuatro a?os para limitar las actuaciones de la AN, que tendr¨ªan que deshacerse ahora para hacer posible esa ¡°reinstitucionalizaci¨®n¡± que ahora prometen. Un bloqueo que tambi¨¦n se le ha devuelto como b¨²meran al chavismo.

¡°Hay decisiones, firmas de acuerdos y contratos o cr¨¦ditos internacionales que, como dicta la Constituci¨®n, deben pasar por el Parlamento, para ser v¨¢lidos, como el cr¨¦dito de la CAF que pidi¨® el gobierno hace un tiempo. Esta medida pol¨ªtica in extremis de forzar una nueva junta directiva, dejando de lado a Guaid¨®, es una muestra del fracaso que tuvo la Constituyente como poder paralelo¡±, opina el abogado Al¨ª Daniels, de la ONG Acceso a la Justicia. Es un camino que se le ha cerrado a Maduro y que ha complicado su mando en el escenario actual de sanciones internacionales y cerco diplom¨¢tico.

Para la toma de otras medidas que pueden ser cruciales en este momento pol¨ªtico tampoco hay bases. La elecci¨®n de un nuevo Consejo Supremo Electoral, un requisito prioritario para ir a unas elecciones parlamentarias como presidenciales, pasar¨ªa por la votaci¨®n de una mayor¨ªa calificada que no la tiene Parra y ahora, luego de las bajas, tampoco Guaid¨®. Esto podr¨ªa convertirse nuevamente en una casilla en el juego pol¨ªtico en el que Supremo nombre a los miembros del poder electoral, como ya lo ha hecho, a¨²n sin que esto est¨¦ dentro de sus competencias. ¡°Lo ocurrido en la AN lo que ha hecho es complicar a¨²n m¨¢s la crisis del pa¨ªs. Decir que no se ha debilitado la institucionalidad de la AN es mentir, porque antes hab¨ªa al menos un respeto del Poder Ejecutivo a que sesionaran. Esto tambi¨¦n pone m¨¢s cuesta arriba la posibilidad de llegar alg¨²n acuerdo pol¨ªtico para atender la grave crisis pol¨ªtica que vive el pa¨ªs, mientras ocurre el caos en la AN. Al poder reelegir a Guaid¨® se pudo sortear parte de los obst¨¢culos, pero este tendr¨¢ que tomar otras medidas para afirmar su institucionalidad¡±, agrega Daniels.

Maduro ha reconocido a Parra casi inmediatamente como presidente. Pero este comanda un Parlamento que perdido m¨¢s de la mitad de los 167 curules del que est¨¢ pintado en la Constituci¨®n. All¨ª, de acuerdo con los n¨²meros imprecisos que ha soltado, es minor¨ªa en su propio patio, pues unos treinta diputados forman parte de la nueva oposici¨®n que ha prometido construir y 51 son de la bancada chavista, que asegura a¨²n rechazarlo.