?De d¨®nde sale el dinero destinado a la familia real brit¨¢nica?
La crisis de Enrique y Meghan vuelve a poner el foco en las finanzas de los Windsor
A primera vista suena despectivo o ir¨®nico, pero el t¨¦rmino con el que los medios brit¨¢nicos se refieren a la familia real, The Firm (la empresa), tiene mucho m¨¢s de descriptivo. Y se queda corto. Por su volumen, sonar¨ªa m¨¢s rotundo algo como la corporaci¨®n. Las finanzas de la Casa de los Windsor y de sus miembros, desde el n¨²cleo central a los familiares m¨¢s lejanos, son extremadamente complejas. Y aunque en los ¨²ltimos a?os se ha intentado impulsar legalmente una mayor transparencia, tienen zonas de luces y sombras que hacen dif¨ªcil dar con una cifra definitiva.
Tres son las fuentes de financiaci¨®n de la monarqu¨ªa del Reino Unido: el Sovereign Grant (subvenci¨®n soberana); el Privy Purse (monedero privado, en su literalidad; b¨¢sicamente, los ingresos privados de la reina Isabel II); y las inversiones personales de la monarca.
La subvenci¨®n soberana
En otras monarqu¨ªas europeas, se referir¨ªa a la partida de los presupuestos del Estado destinada a los gastos de mantenimiento de la instituci¨®n. Dinero del contribuyente para mantener con decoro la Jefatura del Estado. En el Reino Unido, todo es m¨¢s complicado en su origen y en su dise?o, aunque el concepto sea el mismo. Esta partida procede del llamado Crown Estate (terrenos de la Corona). De naturaleza semip¨²blica, sin pertenecer ni al Estado ni a la Corona, comprende una vasta colecci¨®n de tierras en Inglaterra, Gales y el Norte de Irlanda.
Aunque en sus inicios eran propiedad real, sus beneficios se destinan hoy al erario p¨²blico. Un organismo independiente lo gestiona y est¨¢ obligado a rendir cuentas anualmente a la C¨¢mara de los Comunes. Propiedades inmobiliarias urbanas, muchas de ellas en el centro de Londres (no hay m¨¢s que pasear por Regent Street y ver los comercios que all¨ª exhiben sus escaparates), terrenos agropecuarios, derechos mineros y hasta cobro de licencias y tasas por acontecimientos de renombre internacional, como la Real Carrera de Caballos de Ascot. En total, un patrimonio valorado en cerca de 17.000 millones de euros.
El Gobierno destina cada a?o un 15% de sus ingresos a la Casa Real. La cifra, en el periodo 2018-2019, fue de 95 millones de euros, aunque se vio excepcionalmente inflada por las obras de renovaci¨®n y reforma en el palacio de Buckingham. Parte de ese dinero (2,8 millones de euros) se destin¨® tambi¨¦n a "acondicionar" Frogmore Cottage, la nueva residencia de Enrique y Meghan en la localidad de Windsor, despu¨¦s de su decisi¨®n de abandonar el Palacio de Kensington, que compart¨ªan con los duques de Cambridge (el pr¨ªncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton).
La subvenci¨®n soberana se emplea para pagar los gastos de seguridad, dietas, viaje y personal, m¨¢s el mantenimiento de los numerosos palacios reales (sean p¨²blicos o privados). La Reina tiene la prerrogativa de decidir las asignaciones concretas. Los pr¨ªncipes Guillermo y Enrique reciben anualmente en torno a seis millones de euros de esa partida. Se sobrentiende que el duque de Sussex se lleva m¨¢s de la mitad de la asignaci¨®n, porque Guillermo, tercero en la l¨ªnea de sucesi¨®n, tiene mayor responsabilidad y recibe ingresos por otros conceptos. Isabel II reparte el presupuesto tambi¨¦n entre los miembros que forman el n¨²cleo duro de la familia real y participan en actos p¨²blicos en representaci¨®n de la Corona.
El monedero privado
Son b¨¢sicamente los ingresos procedentes del ducado de Lancaster. Tambi¨¦n se trata de un conjunto de propiedades urbanas y r¨²sticas, propiedad de la monarqu¨ªa brit¨¢nica desde 1265, y que generan unos ingresos anuales de cerca de 24 millones de euros. Se destinan principalmente al pago de gastos privados de la familia real, aunque parte se utiliza tambi¨¦n para gastos oficiales. La reina utiliza estos fondos tambi¨¦n para mantener a descendientes que no est¨¢n incluidos en la n¨®mina de la familia real ni se cuenta con ellos para actos oficiales. Es el caso de las dos hijas del pr¨ªncipe Andr¨¦s (tercer hijo de Isabel II), Beatrice y Eugenia. Ha sido la eterna pelea del v¨¢stago descarriado de Isabel II, quien no ha dejado de intentar que sus descendientes sean incluidos en La Empresa. Su nueva ca¨ªda en desgracia, con las noticias de su oscura relaci¨®n con el millonario y ped¨®filo estadounidense Jeffrey Epstein, han alejado a¨²n m¨¢s esta posibilidad.
Junto al ducado de Lancaster, el pr¨ªncipe de Gales (Carlos de Inglaterra), heredero directo al trono, administra del ducado de Cornualles: 550 kil¨®metros cuadrados de terrenos agropecuarios, urbanos, islas y fincas que corresponden al primero en la l¨ªnea de sucesi¨®n desde 1337 y aseguran su independencia econ¨®mica. Carlos de Inglaterra asign¨® el a?o pasado a Enrique cerca de seis millones de euros procedentes de los beneficios de ese conglomerado. De ¨¦l surgen tambi¨¦n la mayor parte de los fondos destinados a los duques de Cambridge.
Las inversiones personales
Est¨¢n fuera del control p¨²blico. El patrimonio privado de la reina incluye s¨ªmbolos de la iconograf¨ªa mon¨¢rquica como el castillo de Balmoral, en Escocia, o el palacio de Sandringham, en Norfolk (costa este de Inglaterra). Una colecci¨®n de arte espectacular (como an¨¦cdota, cuidada y documentada durante a?os por Anthony Blunt, uno de los "esp¨ªas de Cambridge" que trabaj¨® como doble agente para el KGB; la Casa Real escondi¨® el asunto bajo la alfombra hasta que Margaret Thactcher le delat¨® p¨²blicamente en una sesi¨®n de la C¨¢mara de los Comunes). Y la magn¨ªfica colecci¨®n de sellos heredada de su abuelo Jorge V, un rey anodino que dedicaba su tiempo a coleccionar estampillas pero tuvo el acierto de salvar una vez m¨¢s a la monarqu¨ªa brit¨¢nica al cambiar su nombre de Sajonia-Coburgo y Gotha a Windsor y borrar as¨ª todo vestigio alem¨¢n despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial.
Pero lo m¨¢s relevante son, sobre todo, las acciones en empresas e iniciativas privadas que posee la Casa de Windsor, alejadas del escrutinio p¨²blico y que han proporcionado constantes sobresaltos a la Corona. Entre ellas, su reciente aparici¨®n en los Papeles del Para¨ªso, una investigaci¨®n internacional que revel¨® que la reina hab¨ªa invertido parte de su patrimonio en un fondo radicado en el territorio offshore de las islas Caim¨¢n.
El futuro de Enrique y Meghan
La obsesi¨®n de los duques de Sussex por retener sus t¨ªtulos reales no tiene tanto que ver con los ingresos que reciben actualmente sino con la potencial fortuna que podr¨ªan recaudar bajo esa marca. De hecho, antes de que se desatara la actual crisis se apresuraron a registrar internacionalmente el nombre "SussexRoyal". Aunque todo es muy especulativo, algunos expertos calculan que bajo ese paraguas podr¨ªan llegar a obtener hasta 500 millones de euros anuales en beneficios, a trav¨¦s de un merchandising inteligente y de la promoci¨®n personal de Enrique y Meghan como dos miembros de la realeza modernos, atractivos y comprometidos con las causas sociales.
Esa es la raz¨®n por la que el palacio de Buckingham ha querido desde un principio establecer negro sobre blanco d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites, hasta qu¨¦ punto puede generar ingresos por su cuenta el matrimonio, y c¨®mo evitar, en palabras de una fuente an¨®nima del entorno de Isabel II citado por el Daily Mail, "que el calificativo royal aparezca hasta en los tarros de mantequilla".
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