Biden recibe en herencia la guerra tecnol¨®gica con China
Los expertos auguran un cambio en el tono pero no en el fondo del enfrentamiento por la posici¨®n dominante
La llegada del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, a la Casa Blanca va a suponer un giro de 180 grados en muchas ¨¢reas de la pol¨ªtica estadounidense, tambi¨¦n en las relaciones internacionales. Pero no tanto en el abierto enfrentamiento que EE UU mantiene con China. La confrontaci¨®n impulsada por el presidente saliente Donald Trump cambiar¨¢ en el tono, pero no en el fondo auguran los exper...
La llegada del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, a la Casa Blanca va a suponer un giro de 180 grados en muchas ¨¢reas de la pol¨ªtica estadounidense, tambi¨¦n en las relaciones internacionales. Pero no tanto en el abierto enfrentamiento que EE UU mantiene con China. La confrontaci¨®n impulsada por el presidente saliente Donald Trump cambiar¨¢ en el tono, pero no en el fondo auguran los expertos. Si en algo ha logrado Trump unir a los dos partidos es en considerar a China un competidor estrat¨¦gico al que hay que hacer frente.
Cuando Joe Biden jure su cargo como presidente el pr¨®ximo d¨ªa 20, la relaci¨®n de EE UU con China no va a volver a 2016, cuando Biden era vicepresidente de Barack Obama. Los aranceles y las sanciones contra empresas chinas impuestas durante los a?os de la Administraci¨®n de Trump tendr¨¢n que esperar. Pese al acuerdo firmado entre Washington y Pek¨ªn en enero, todav¨ªa se aplican aranceles del 25% sobre productos chinos valorados en 250.000 millones de d¨®lares (unos 205.000 millones de euros). ¡°No voy a tomar ninguna medida de inmediato, y lo mismo se aplica a los aranceles¡±, confirmaba el propio Biden en una entrevista con The New York Times en diciembre. ¡°Creo que la mejor estrategia para China es aquella que ponga a todos nuestros aliados en la misma p¨¢gina¡±, recalcaba el presidente electo.
¡°Trabajar con los aliados de la Uni¨®n Europea y Asia es algo m¨¢s f¨¢cil de decir que de hacer, porque cada uno tiene su propia agenda e intereses¡±, advert¨ªa en un seminario desde Hong Kong Arthur Kroeber, de Gavekal Research. De hecho, la UE no ha esperado a la llegada de Biden para firmar un acuerdo con China para proteger sus inversiones y mejorar el acceso de las empresas europeas al mayor mercado del mundo, por muchos recelos que el pacto haya suscitado en Washington.
Biden defiende que los n¨²meros importan y que es mejor unir fuerzas con otras potencias por mucho que EE UU represente por s¨ª solo una cuarta parte del PIB mundial. Esa era la l¨®gica detr¨¢s del Acuerdo de Asociaci¨®n Transpac¨ªfico (TPP, por sus siglas en ingl¨¦s) que impuls¨® Obama como presidente y que pretend¨ªa acorralar a China en su propio campo de juego, forjando alianzas con sus vecinos hasta representar el 40% del PIB mundial, y forzar as¨ª un cambio en las reglas de juego. Trump retir¨® a EE UU de esa alianza y Biden ya ha dicho que no piensa firmar ning¨²n acuerdo comercial sin hacer inversiones antes que refuercen la posici¨®n de la econom¨ªa y los trabajadores de EE UU. Una decisi¨®n que puede afectar al acuerdo con el Reino Unido tras el Brexit, tan ansiado por Londres. ¡°Quiz¨¢s lo m¨¢s importante para los aliados ser¨¢ que Biden se aleje de las decisiones err¨¢ticas e imprevisibles de su antecesor, y deje de situar permanentemente la relaci¨®n al borde del abismo¡±, subraya Thomas Gift, director del Centro sobre Pol¨ªtica Estadounidense del University College de Londres (UCL). La elecci¨®n de Antony Blinken como secretario de Estado apuntalar¨ªa, en principio, la aproximaci¨®n multilateral a la que alud¨ªa Biden.
La relaci¨®n de fuerzas entre EE UU y China tambi¨¦n ha cambiado en estos cuatro a?os. ¡°China no es una potencia militar global, aunque s¨ª lo sea a nivel regional. Su moneda sigue sin ser convertible y el Estado de derecho no se ajusta a los est¨¢ndares internacionales. Todo eso hace que China no sea una potencia comparable a Estados Unidos en t¨¦rminos geopol¨ªticos. Pero s¨ª son potencias equiparables a nivel tecnol¨®gico¡±, explicaba en diciembre desde Tokio Ian Bremmer, presidente de la consultora Eurasia Group, en la reuni¨®n anual de la compa?¨ªa.
Justo antes de las elecciones estadounidenses China aprob¨® su plan quinquenal y fij¨® la hoja de ruta de los pr¨®ximos 15 a?os con el objetivo de ser tecnol¨®gicamente autosuficiente y de hacer de la tecnolog¨ªa la base de su desarrollo econ¨®mico y su modernizaci¨®n militar. ¡°El Gobierno chino se ha marcado el objetivo de doblar el PIB para 2035, lo que implica alcanzar un crecimiento medio anual del 4,7%¡±, apuntaba Kroeber. ¡°El aumento de productividad que conlleva esa meta solo se puede conseguir con una masiva inversi¨®n tecnol¨®gica por parte del Estado¡±, recalc¨®.
Ofensiva en Wall Street
Esa es precisamente la alerta que ha lanzado a la nueva Administraci¨®n un grupo de trabajo de alto nivel formado por 28 especialistas de los m¨¢s diversos ¨¢mbitos desde la Universidad de San Diego. En un informe titulado Hacer frente al reto chino: una nueva estrategia americana para la competencia tecnol¨®gica los expertos defienden que la mejor manera de hacer frente al gigante chino pasa por ¡°hacer las inversiones y ajustes pol¨ªticos necesarios para impulsar la base cient¨ªfica y tecnol¨®gica estadounidense y trazar una nueva cooperaci¨®n global que reduzca los riesgos que China supone para la seguridad sin sacrificar los beneficios de la apertura¡±. Una tarea, a su juicio, ¡°urgente¡±.
Lo cierto es que algunas de las medidas adoptadas por Trump para frenar la potencia tecnol¨®gica china han acabado perjudicando a las propias empresas y consumidores estadounidenses, no solo en t¨¦rminos de costes, sino de innovaci¨®n. Sucedi¨®, por ejemplo, con las prohibiciones impuestas sobre el uso del equipamiento fabricado por la china Huawei o los semiconductores de ZTE, lo que ha acabado frenando el desarrollo de la red 5G en Estados Unidos. Queda tambi¨¦n por ver la repercusi¨®n que tendr¨¢ la expulsi¨®n antes del pr¨®ximo d¨ªa 11 de las tres principales empresas de telecomunicaci¨®n chinas de Wall Street, en cumplimiento de una orden ejecutiva de Trump de cortar el acceso al mercado financiero estadounidense ¡ªel mayor del mundo¡ª a las compa?¨ªas vinculadas al Ej¨¦rcito chino. Pek¨ªn ha denunciado la medida y ha prometido represalias.
Pero hay cuestiones que no pueden esperar a la formaci¨®n de una alianza global como propugna Biden. La Administraci¨®n de Trump adopt¨® en agosto una ofensiva contra la plataforma de v¨ªdeos TikTok, a cuyo propietario ¡ªByteDance¡ª quiere obligar a vender su negocio en el pa¨ªs a empresas estadounidenses. Una red social sobre la que Biden tambi¨¦n ha expresado sus reticencias en t¨¦rminos de seguridad en el tratamiento de los datos de sus 100 millones de usuarios estadounidenses. Por ahora, la justicia ha dado al traste con los planes de Trump, pero la pr¨®xima Administraci¨®n deber¨¢ decidir en cuesti¨®n de d¨ªas si plantea o no un recurso contra la resoluci¨®n judicial.