El opositor ruso Navalni, detenido poco despu¨¦s de aterrizar en Mosc¨²
El activista, uno de los cr¨ªticos m¨¢s destacados de Putin, hab¨ªa regresado este domingo desde Alemania, donde se recuperaba de un envenenamiento, pese a las amenazas de detenci¨®n
Las amenazas se han cumplido. Nada m¨¢s poner un pie en Rusia, las autoridades han detenido este domingo al destacado opositor Alex¨¦i Navalni en el aeropuerto Sheremetevo de Mosc¨². El activista y bloguero anticorrupci¨®n, que ha regresado desde Alemania, donde se trat¨® del grave ataque con una neurotoxina de uso militar que sufri¨® este verano en Siberia, est¨¢ acusado de infringir los t¨¦rminos de una pol¨¦mica sentencia anterior que le impon¨ªa una condena suspendida y libertad condicional. El Servicio Penitenciario Federal, que asegura que permanecer¨¢ bajo custodia hasta que haya una decisi¨®n judicial, le acusa de no presentarse a los controles peri¨®dicos y reclama sustituir la pena suspendida por una real.
El l¨ªder opositor se enfrenta tambi¨¦n a las recientes acusaciones de fraude a gran escala con las que asegura que el Kremlin trata de acallarle. El vuelo en el que regresaba Navalni, y que deb¨ªa aterrizar en el aeropuerto moscovita de Vnukovo ¡ªdonde le esperaban, pese al fr¨ªo helador y las restricciones, cientos de partidarios¡ª, fue desviado en el ¨²ltimo momento a otro aer¨®dromo, al norte de la capital.
¡°Este es mi mejor d¨ªa en los ¨²ltimos cinco meses, esta es mi casa, no tengo miedo, s¨¦ que tengo raz¨®n, y todos los casos penales en mi contra son fabricados¡±, ha dicho el opositor a los pasajeros y periodistas que han volado con ¨¦l y con su esposa, Yulia, nada m¨¢s llegar a Mosc¨². La polic¨ªa, que le aguardaba en el control de pasaportes, se lo ha llevado inmediatamente sin casi darle tiempo para recibir el sello de llegada a Rusia en el documento. Con un beso y un abrazo, Navalni se ha despedido de su esposa. Podr¨ªa estar d¨ªas, meses o incluso a?os en prisi¨®n; tambi¨¦n enfrentarse al arresto domiciliario, que podr¨ªa lastrar sus aspiraciones pol¨ªticas y su trabajo en las organizaciones anticorrupci¨®n.
Era la advertencia de prisi¨®n en su pa¨ªs o el exilio. Y desde que recuper¨® la consciencia despu¨¦s del envenenamiento, Navalni, uno de los cr¨ªticos m¨¢s visibles contra el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, al que acusa directamente del ataque con una neurotoxina que casi le cuesta la vida, siempre ha asegurado que su intenci¨®n era regresar. ¡°Est¨¢n haciendo todo lo posible por asustarme, pero no me importa. Rusia es mi pa¨ªs, Mosc¨² es mi ciudad. Lo echo de menos¡±, escribi¨® hace unos d¨ªas en las redes sociales.
El gesto marca un punto en la creciente escalada de represi¨®n del Kremlin contra opositores, medios de comunicaci¨®n y las organizaciones civiles. Y lo hace solo d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, lo que podr¨ªa desencadenar un conflicto inmediato con la nueva Administraci¨®n dem¨®crata. Sin embargo, tampoco la idea de nuevas tensiones con Occidente ha torcido el brazo al Kremlin. La Uni¨®n Europea ya sancion¨® en octubre a destacados funcionarios del c¨ªrculo ¨ªntimo de Putin por el envenenamiento de Navalni. Bruselas destaca que el envenenamiento con una sustancia como el Novichok no pudo ser posible sin el conocimiento del Gobierno, y m¨¢s cuando agentes de la inteligencia rusa segu¨ªan al opositor.
Con la popularidad en horas bajas y se?alado por Occidente, el Kremlin, que ha negado cualquier participaci¨®n en el envenenamiento, ha tratado de impedir un recibimiento multitudinario a Navalni, que desembarc¨® en Rusia a bordo de la aerol¨ªnea de bajo coste Pobeda (Victoria, en ruso). Las autoridades se han empleado a fondo y no solo desviando su avi¨®n. El aeropuerto previsto, el de Vnukovo, se ha cercado y la polic¨ªa ha prohibido la entrada al recinto, aduciendo la pandemia de coronavirus; tambi¨¦n a la prensa. Adem¨¢s, advirtieron de que una concentraci¨®n se considerar¨¢ un ¡°acto pol¨ªtico¡± no autorizado y por tanto, ilegal. Vnukovo, relativamente peque?o, se ha visto desbordado por las personas que llegaron a apoyar a Navalni, la polic¨ªa, los equipos de antidisturbios y tambi¨¦n por decenas de fans que hab¨ªan acudido a recibir con flores a una famosa cantante y actriz rusa. Una ensalada ca¨®tica que se ha saldado con unos 60 detenidos entre los partidarios del opositor. Ante la imposibilidad de entrar en el aeropuerto sin billete, cientos de ellos esperaban fuera, en la calle, a una temperatura por debajo de los 20 grados negativos.
Tres de los colaboradores m¨¢s cercanos al opositor, entre ellos Liubov Sobol, su n¨²mero dos, han sido arrestados. Tambi¨¦n varios partidarios y periodistas. Adem¨¢s, en San Petersburgo, Mosc¨² y otras ciudades rusas, la polic¨ªa ya detuvo este domingo por la ma?ana a varios colaboradores del activista que planeaban acudir a su encuentro, cinco meses despu¨¦s de que tuviera que abandonar Rusia para recibir tratamiento en Berl¨ªn.
El Kremlin y su entorno no cesan de elevar la presi¨®n sobre el destacado opositor, que se ha hecho muy conocido por sus investigaciones sobre la corrupci¨®n de las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas de Rusia. A finales de diciembre, el Servicio Penitenciario Federal le dio un ultim¨¢tum para que se presentara al cabo de unas horas en Mosc¨², y al no hacerlo le acus¨® de violar las condiciones de una sentencia de 2014, que dictaba una condena condicional de m¨¢s de tres a?os de prisi¨®n en un controvertido caso considerado ¡°arbitrario¡± por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Las autoridades aseguran ahora que est¨¢n ¡°obligadas¡± a arrestarle, ya que Navalni no se present¨® a las revisiones de la sentencia ya antes de ser trasladado, en coma, a Alemania a bordo de un avi¨®n medicalizado. El opositor, de 44 a?os, puede enfrentarse a una condena de varios a?os de c¨¢rcel. Su portavoz, Kira Yarmish, que vol¨® ayer con ¨¦l desde Berl¨ªn, inform¨® de que no se ha permitido al abogado de Navalni estar ni hablar con su cliente.
A?o pol¨ªtico clave en Rusia
El Kremlin est¨¢ ahora ante una encrucijada. El arresto puede desencadenar protestas que eleven a¨²n m¨¢s la tensi¨®n en un a?o clave, con unas importantes elecciones parlamentarias en oto?o y con la ciudadan¨ªa descontenta por la crisis econ¨®mica y la pandemia; una condena a c¨¢rcel tambi¨¦n enturbiar¨ªa las relaciones de Rusia con Alemania ¡ªhasta hace poco, y sobre todo debido a Navalni, cercano¨D y Francia. Pero no detenerle, despu¨¦s de las reiteradas amenazas y de aumentar las expectativas de los m¨¢s conservadores sobre la idea de mano dura, puede ser considerado una muestra de debilidad, cree la analista Tatiana Stanovaya. ¡°Lo que sucede con Navalni es parecido a dos trenes que corren uno hacia el otro y est¨¢n condenados a chocar¡±, remarca la polit¨®loga.
El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, que elude mencionar el nombre del opositor, al que ¨²ltimamente llama ¡°el paciente de Berl¨ªn¡±, ha negado que sus servicios de inteligencia envenenasen a Navalni, al que defini¨® como un colaborador de la CIA, e ironiz¨® con que si hubieran querido matarle ¡°habr¨ªan terminado el trabajo¡±.
Rusia ha evitado abrir un proceso judicial formal sobre el envenenamiento del l¨ªder opositor, atacado con la misma sustancia empleada en 2018 contra el exesp¨ªa ruso Sergu¨¦i Skripal y su hija, Yulia, en suelo brit¨¢nico; un ataque en el que la inteligencia del Reino Unido identific¨® a miembros de la inteligencia militar rusa. Alemania entreg¨® el s¨¢bado a las autoridades rusas las transcripciones de las entrevistas que han mantenido los fiscales alemanes con el opositor, con preguntas enviadas por la oficina del fiscal general ruso.
¡°El Gobierno alem¨¢n asume que el Ejecutivo ruso tomar¨¢ ahora inmediatamente todas las medidas necesarias para esclarecer el crimen contra el se?or Navalni¡±, remarc¨® un portavoz del Ministerio de Justicia de Alemania, que asegur¨® que Mosc¨² tiene ahora todo lo necesario, incluidas muestras de sangre y tejidos, para llevar a cabo una investigaci¨®n penal.
En diciembre, una investigaci¨®n period¨ªstica liderada por el medio especializado Bellingcat identific¨® a varios agentes de la inteligencia rusa como los responsables del ataque a Navalni en la ciudad siberiana de Tomsk. Seg¨²n la investigaci¨®n, que se bas¨® en registros de vuelos y telef¨®nicos comprados en el mercado negro, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, sucesor del KGB) llevaba siguiendo al opositor durante a?os y en al menos 40 vuelos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.