Transfuguismo con nocturnidad para evitar elecciones

El senador Luigi Vitali las ha visto de todos los colores. Lleva en el Parlamento representando a Forza Italia desde 1996. Ha promovido leyes y reformas, como la condonaci¨®n de deudas fiscales y de multas de tr¨¢fico. Pero ¨²ltimamente, con 66 a?os, al final de su carrera, empez¨® a dudar de muchos asuntos. El mi¨¦rcoles por la noche se fue a ver al primer ministro dimisionario, Giuseppe Conte, al palacio Chigi y este le convenci¨® de mudarse al grupo de tr¨¢nsfugas que est¨¢ creando para sostenerle en el Senado. Vitali, como tantos parlamentarios que no quieren perder sus esca?os y privilegios, querr¨ªa evitar unas elecciones ahora. Y apoyar a Conte pod¨ªa garantizarlo. De modo que sali¨® de la reuni¨®n y comunic¨® p¨²blicamente su cambio de casaca. Pero cuando lleg¨® a su apartamento romano ¡ªVitali es de Apulia, en el sur del pa¨ªs¡ª se encontr¨® con una sorpresa. Pasadas las 11 de la noche, seg¨²n cont¨® a Il Corriere della Sera, son¨® el tel¨¦fono.

¡ªVitali, soy Silvio.

Silvio Berlusconi, l¨ªder de Forza Italia, curtido como vendedor de pisos a puerta fr¨ªa, record¨® a Vitali sus a?os juntos, los partidos ganados, qui¨¦n sabe si alguna juerga... Y adem¨¢s le subray¨® que ¨¦l quiere un Gobierno de unidad, amplio. En ning¨²n caso elecciones e inestabilidad para el pa¨ªs o sus parlamentarios. ¡°Pi¨¦nsatelo, Vitali¡±, le dijo. Pero nada m¨¢s colgar, volvi¨® a sonar el tel¨¦fono.

¡ªVitali, soy Matteo Salvini-, escuch¨® al otro lado.

El l¨ªder de la Liga llam¨® personalmente al senador de Forza Italia. Bromearon, le dijo que no alcanzaba a entender sus motivos para abandonar la coalici¨®n de centroderecha y le plante¨® que ¨¦l, en realidad, tampoco querr¨ªa unas elecciones anticipadas. Salvini record¨® a Vitali que estaba abierto a hablar con quien fuera para alg¨²n tipo de Gobierno de unidad si se pon¨ªa encima de la mesa la reforma de la justicia y del fisco. De modo que Vitali se convenci¨® de que no habr¨¢ elecciones y a las cuatro de la ma?ana, dio marcha atr¨¢s y volvi¨® a comunicar a trav¨¦s del chat del grupo parlamentario de Forza Italia que permanec¨ªa en el partido.

La historia de Vitali ilustra n¨ªtidamente el transfuguismo institucional de Italia y el mercadeo en el que Conte ha convertido su supervivencia en el palacio Chigi. Pero tambi¨¦n muestra el mar de fondo que recorre estos d¨ªas todas las mesas de negociaci¨®n de los partidos: las elecciones no convienen a casi nadie. Son un farol. El ¨²nico problema es que si todas las partes contin¨²an tan alejadas, cada vez ser¨¢n una opci¨®n m¨¢s probable. Incluso si a Vitali, en plena madrugada, le prometieron lo contrario.