La Casa Real brit¨¢nica revive los turbulentos a?os de Lady Di
El Palacio de Buckingham declara la guerra al pr¨ªncipe Enrique y a Meghan Markle en las horas previas a la emisi¨®n de su entrevista-confesi¨®n en la cadena estadounidense CBS
¡°Nunca quejarse, nunca dar explicaciones¡±. Aunque la frase se atribuye al primer ministro Benjamin Disraeli, padre del Partido Conservador moderno, fue asumida de inmediato por la Familia Real brit¨¢nica. Las cr¨ªticas de la prensa deb¨ªan ser ignoradas, dejar que se esfumaran por s¨ª solas sin dar p¨¢bulo. En el mejor sentido, la Monarqu¨ªa manten¨ªa de este modo una neutralidad necesaria. Desde un punto de vista pr¨¢ctico, el silencio restaba categor¨ªa a la noticia. La realidad, sin embargo, es que los Windsor rara vez ...
¡°Nunca quejarse, nunca dar explicaciones¡±. Aunque la frase se atribuye al primer ministro Benjamin Disraeli, padre del Partido Conservador moderno, fue asumida de inmediato por la Familia Real brit¨¢nica. Las cr¨ªticas de la prensa deb¨ªan ser ignoradas, dejar que se esfumaran por s¨ª solas sin dar p¨¢bulo. En el mejor sentido, la Monarqu¨ªa manten¨ªa de este modo una neutralidad necesaria. Desde un punto de vista pr¨¢ctico, el silencio restaba categor¨ªa a la noticia. La realidad, sin embargo, es que los Windsor rara vez se han ajustado al guion. Nunca han dejado de quejarse cuando se han sentido maltratados y siempre han dispuesto de aliados y mensajeros preparados para explicar desde el anonimato su propia versi¨®n de las cosas a los medios.
El nivel de hostilidad interna se ha disparado en la guerra desatada durante los d¨ªas y horas previos a la emisi¨®n de la entrevista de los duques de Sussex, el pr¨ªncipe Enrique y Meghan Markle, con la estrella televisiva estadounidense, Oprah Winfrey. De los recados por fuente interpuesta se ha pasado a los golpes directos. Nunca es buen momento para airear trapos sucios cuando de la realeza se trata, pero en medio de una pandemia que sigue provocando centenares de muertos diarios y mantiene al Reino Unido en estado de hibernaci¨®n, con la Reina recluida en el castillo de Windsor desde hace casi un a?o, y el pr¨ªncipe consorte, Felipe de Edimburgo (99 a?os), hospitalizado despu¨¦s de haber sufrido una infecci¨®n y ser sometido a una delicada intervenci¨®n coronaria, las dos horas pregrabadas de confesi¨®n de la pareja se han convertido en una bomba de relojer¨ªa.
El Palacio de Buckingham anticipaba una ofensiva en toda regla, y alguien decidi¨® que la mejor defensa era un buen ataque. La filtraci¨®n se atribuy¨® a parte del personal que trabaj¨® a las ¨®rdenes de Markle durante su tiempo en Londres, o incluso al entorno del duque de Cambridge, el pr¨ªncipe Guillermo, cada vez m¨¢s distanciado y dolido con su hermano Enrique. El diario The Times revelaba en exclusiva el pasado martes, esta vez con nombres y apellidos, que uno de sus asistentes m¨¢s cercanos lleg¨® a presentar una queja formal por el acoso laboral al que la exactriz estadounidense somet¨ªa al personal que trabajaba a su servicio. ¡°La duquesa parece decidida a tener siempre alguien contra quien actuar. Ahora mismo est¨¢ acosando a Y [el diario no ha querido revelar el nombre de la mujer] y persigue minar su confianza. Varias personas nos han informado de que hab¨ªan sido testigos de su comportamiento inaceptable con Y¡±, escribi¨® en octubre de 2018 Jason Knauf, entonces director de comunicaci¨®n de los duques de Sussex, a Simon Case, el secretario privado del pr¨ªncipe Guillermo.
Case ocupa ahora el puesto de secretario del Gabinete de Boris Johnson y jefe de los altos funcionarios del Reino Unido. Es el hombre que m¨¢s poder acumula sin ser un pol¨ªtico electo. ¡°Me pregunto si la pol¨ªtica de la Casa en lo que se refiere al acoso laboral se aplica tambi¨¦n a los jefes¡±, conclu¨ªa Knauf.
La prensa ya hab¨ªa aireado durante ese tiempo que al menos dos personas se hab¨ªan marchado, incapaces de soportar el car¨¢cter y las maneras de Markle. Y que una tercera ¡ªla Y de esta historia¡ª estaba a punto de hacerlo. Pero los rumores no pasaban de eso, y los aliados de la duquesa de Sussex se encargaban de justificar los incidentes por el ¡°estilo franco y directo¡± que tienen los estadounidenses para dar ¨®rdenes, poco habituales entre la sutileza, doble lenguaje y sobrentendidos de la corte brit¨¢nica.
Esta vez, sin embargo, el golpe contra Markle hab¨ªa sido por partida triple. Por el motivo: contar la otra parte de la historia antes de que ella ocupara todo el escenario con su entrevista. Por los detalles: nombres concretos y correos electr¨®nicos aireados. Y por la reacci¨®n oficial de la Casa Real, que eleg¨ªa no mirar para otro lado. ¡°Nos preocupan claramente las acusaciones publicadas en The Times¡±, dec¨ªa un comunicado p¨²blico que vio la luz de inmediato. ¡°Nuestro equipo de Recursos Humanos va a investigar las circunstancias descritas (¡) La Casa Real mantiene desde hace a?os una pol¨ªtica de Dignidad en el Espacio Laboral y no tolerar¨¢ ning¨²n tipo de acoso en el trabajo¡±.
Las espadas estaban en alto. El progresivo deterioro del ¨²ltimo a?o, desde que los duques de Sussex decidieron abandonar sus tareas oficiales en enero de 2020 y mudarse a Estados Unidos, amenaza con resucitar el tiempo tumultuoso en que la Casa de Windsor entr¨® en guerra con Lady Di, la madre del pr¨ªncipe Enrique. De hecho, la pareja ha copiado fechas y palabras textuales de la ¡°princesa del pueblo¡± para mimetizar sus desventuras con las de ella. Pero esta vez la prensa conservadora brit¨¢nica ha asumido aquello de que la historia se repite siempre, primero como tragedia y luego como farsa. Los lamentos de Enrique y Meghan se han recibido a beneficio de inventario, como la rabieta de dos adolescentes malcriados. No ha jugado en su favor el tono grandilocuente de Markle.
¡°La Duquesa est¨¢ triste por el ¨²ltimo ataque a su personalidad, mucho m¨¢s porque ella misma ha sido v¨ªctima de acoso. (¡) Sigue firme en su determinaci¨®n por trabajar para extender la compasi¨®n por todo el mundo, y dar ejemplo de lo que es bueno y justo¡±, respond¨ªa en un comunicado p¨²blico. Su equipo de prensa defin¨ªa la exclusiva de The Times como ¡°una campa?a calculada de difamaci¨®n basada en informaciones enga?osas y da?inas¡±.
La tormenta provocada por la entrevista, en cualquier caso, ya ten¨ªa vida propia. A pesar de que se hubiera grabado diez d¨ªas antes, la productora de Oprah Winfrey anticipaba fragmentos de las dos horas de conversaci¨®n que parec¨ªan una respuesta directa a la provocaci¨®n. ¡°No s¨¦ c¨®mo pueden pretender, despu¨¦s de todo este tiempo, que sigamos callados, mientras La Empresa sigue perpetuando de modo activo falsedades sobre nosotros¡±, dice Markle. La Empresa (The Firm, en ingl¨¦s) es el t¨¦rmino con que los tabloides brit¨¢nicos se refieren a la Casa Real brit¨¢nica, pero nunca utilizado en p¨²blico por alguno de sus miembros. ¡°Lo ¨²nico que deseo es que la historia no se vuelva a repetir¡±, dice a Winfrey el pr¨ªncipe Enrique, en clara referencia a los ¨²ltimos y turbulentos a?os de su madre.
¡°La Reina y la Familia Real no son la familia Corleone de Windsor. No env¨ªan sicarios para callar a la gente. Mientras ejerci¨® sus tareas oficiales, Meghan siempre estuvo protegida por un equipo de agentes de Scotland Yard¡±, ha dicho Robert Jobson, el experto en asuntos de la realeza del Evening Standard. ¡°Eso de que los silenciaron es rid¨ªculo. Imagino que encaja con el relato que quieren presentar, pero a un alto coste para la Reina, el pr¨ªncipe Felipe, la Familia Real y la reputaci¨®n de este pa¨ªs¡±.
No parece que la reputaci¨®n del Reino Unido, mucho menos la de Isabel II, est¨¦ en riesgo por todo este episodio. Pero el papel ¡°dignificante¡± que el legendario director del semanario The Economist, Walter Bagehot, atribuy¨® a la Corona en su cl¨¢sico La Constituci¨®n Inglesa (el manual de cabecera de la Reina y de su padre, Jorge VI) cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil de sostener por una familia condenada a repetir cada cierto tiempo un duelo de pu?aladas entre sus miembros.