Washington DC pelea por ser el Estado 51 de la Uni¨®n
La capital es sede de los poderes federales, pero no tiene gobernador ni derecho a voto en el Parlamento
Las banderas de EE UU que un grupo de residentes de la ciudad de Washington ondeaban este lunes frente al Capitolio no ten¨ªan las cl¨¢sicas 50 estrellas -una por cada Estado-, sino 51. Desde la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, hasta activistas dedicados a la causa de que el Distrito de Columbia (DC) se convierta en el Estado 51 de la Uni¨®n, coreaban el lema ¡°Estadidad Ahora¡±. Stasha Rhodes,...
Las banderas de EE UU que un grupo de residentes de la ciudad de Washington ondeaban este lunes frente al Capitolio no ten¨ªan las cl¨¢sicas 50 estrellas -una por cada Estado-, sino 51. Desde la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, hasta activistas dedicados a la causa de que el Distrito de Columbia (DC) se convierta en el Estado 51 de la Uni¨®n, coreaban el lema ¡°Estadidad Ahora¡±. Stasha Rhodes, jefa de la campa?a ¡°51 for 51¡±, grupo que aboga porque Washington se convierta en Estado, considera que el Distrito de Columbia es algo mucho m¨¢s que una m¨¢quina de hacer pol¨ªtica. ¡°Muchos norteamericanos piensan en DC como el lugar en el que est¨¢ el Capitolio, la Casa Blanca o el National Mall¡±, explic¨® en una entrevista en la radio p¨²blica NPR. ¡°Pero en lo que no piensan ni se fijan es en los 700.000 washingtonianos que no tienen acceso a toda esa democracia que les rodea¡±.
Muchos son los ejemplos que ponen de manifiesto, para los defensores de la estadidad, la necesidad de la conversi¨®n de DC en un Estado: c¨®mo de mal se reaccion¨® ante la pandemia; que el expresidente Donald Trump ordenase el despliegue de la Guardia Nacional durante las protestas pac¨ªficas del movimiento por los derechos de los negros; la falta de preparaci¨®n y respuesta r¨¢pida ante el asalto del 6 de enero al Capitolio. El Distrito carece de Gobernador y su representante ante el Congreso no tiene derecho a voto.
As¨ª lo reiteraba este lunes esa representante, Eleanor Holmes Norton, quien lleva luchando por la estadidad desde hace casi tres d¨¦cadas, desde que en 1993 presentase un proyecto de ley en el Congreso que, a pesar de promover el primer debate sobre el tema en el Capitolio, fue derrotado contundentemente: 277 votos frente a 153.
Norton nunca ha dejado de luchar y el pasado 26 de junio, en una votaci¨®n hist¨®rica, la C¨¢mara de Representantes aprobaba convertir a Washington DC en el Estado n¨²mero 51 de la Uni¨®n. El resultado final fue de 232-180.
Frente a la euforia de los dem¨®cratas y los washingtonianos, el Partido Republicano calific¨® la decisi¨®n como una maniobra para obtener m¨¢s poder pol¨ªtico por parte del Partido Dem¨®crata, ya que autom¨¢ticamente -debido a la composici¨®n pol¨ªtica del territorio-, los dem¨®cratas sumar¨ªan dos senadores m¨¢s en la C¨¢mara Alta. La estadidad cambiar¨ªa, sin duda, la din¨¢mica de un Senado donde los miembros de los estados rurales conservadores pueden ejercer una influencia desproporcionada en las votaciones, los tribunales federales y las nominaciones presidenciales.
Quienes se oponen al cambio de estatus argumentan, adem¨¢s, que los Padres Fundadores deseaban que la capital estuviera claramente separada del resto de Estados. Fueron los vecinos Estados de Maryland y Virginia quienes cedieron tierras en la d¨¦cada de 1780 para la creaci¨®n de una capital federal a lo largo del r¨ªo Potomac. Washington, el Distrito de Columbia, se convirti¨® as¨ª en la capital permanente de Estados Unidos en 1790. El nuevo Estado se llamar¨ªa Washington Douglass Commonwealth, tomando el nombre del primer presidente de la naci¨®n, George Washington, y el prominente abolicionista negro Frederick Douglass.
Este lunes, el Comit¨¦ de Supervisi¨®n y Reforma de la C¨¢mara de Representantes manten¨ªa una audiencia para escuchar argumentos sobre por qu¨¦ Washington DC merece la estadidad. La presidenta de tal comit¨¦, Carolyn Maloney, declaraba que a?adir DC como un Estado m¨¢s ¡°no deber¨ªa tratarse de hacer pol¨ªtica o no, sino de igualdad y democracia¡±. En su opini¨®n, ¡°es responsabilidad del Congreso asegurar que todos los americanos puedan disfrutar de forma plena de los derechos que se establecen en la Constituci¨®n¡±.
El proyecto de ley, conocido como H.R. 51, busca ¡°equidad y justicia¡±, en palabras de Norton, sobre todo cuando los habitantes de Washington pagan m¨¢s impuestos que al menos otros 22 Estados y contribuye m¨¢s per c¨¢pita al gobierno federal que cualquier otra jurisdicci¨®n, y a¨²n as¨ª ¡°no tienen voto en el Congreso¡±.
Famosas son las matr¨ªculas de los coches del Distrito por el lema reivindicativo de queja que llevan impreso: ¡°Impuestos sin Representaci¨®n¡±. Rhodes, desde 51 for 51, considera, adem¨¢s, que dejar sin voto en el Congreso a 700.000 ciudadanos, la mayor¨ªa de ellos negros y latinos, es una cuesti¨®n de ¡°racismo¡±. ¡°Los residentes de DC pagan impuestos federales y sirven en el Ej¨¦rcito, pero sin embargo no tiene voto en el Congreso¡±, expresa la activista Rhodes. ¡°Es una injusticia y, honestamente, una mancha en la democracia de EE UU¡±.
El presidente Joe Biden se manifest¨® a favor de la estadidad durante la pasada campa?a electoral a la Casa Blanca. El sue?o dem¨®crata de que DC sea el Estado 51 chocar¨¢ con la realidad del filibusterismo cuando llegue al Senado y se haga necesaria una mayor¨ªa de 60 votos para aprobar la ley. El senado tiene tras las pasadas elecciones una composici¨®n 50/50, con el voto de desempate en manos de la vicepresidenta, la dem¨®crata Kamala Harris. Por eso hay quien dice que la ley nace muerta. Sin embargo, la alcaldesa de la ciudad asegura que el error hist¨®rico va a ser corregido. ¡°Nac¨ª aqu¨ª sin voto [en el Congreso], pero juro que no morir¨¦ aqu¨ª sin voto¡±.
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