La procesi¨®n ya no va por dentro en Jerusal¨¦n
Centenares de palestinos cristianos desfilan de nuevo en la Ciudad Santa un Domingo de Ramos tras el fin de la suspensi¨®n de los cortejos religiosos por la pandemia
Agitando palmas y ramas de olivo, entre cantos de ?Hosana! con fervor tan religioso como nacionalista, centenares de palestinos cat¨®licos recrearon este domingo, 1.987 a?os despu¨¦s, la entrada de Jes¨²s en Jerusal¨¦n de acuerdo con la tradici¨®n cristiana descrita en los evangelios. El festivo y vistoso cortejo que desciende desde el monte de los Olivos hasta la puerta de Los Leones o de San Esteban, al este del recinto amurallado de la Ciudad Vieja, apenas se hab¨ªa visto interrum...
Agitando palmas y ramas de olivo, entre cantos de ?Hosana! con fervor tan religioso como nacionalista, centenares de palestinos cat¨®licos recrearon este domingo, 1.987 a?os despu¨¦s, la entrada de Jes¨²s en Jerusal¨¦n de acuerdo con la tradici¨®n cristiana descrita en los evangelios. El festivo y vistoso cortejo que desciende desde el monte de los Olivos hasta la puerta de Los Leones o de San Esteban, al este del recinto amurallado de la Ciudad Vieja, apenas se hab¨ªa visto interrumpido en cada primavera por guerras ni revueltas. Hasta que hace un a?o se desat¨® la peste del coronavirus que confin¨® a los fieles, cerr¨® las fronteras a los peregrinos y clausur¨® los templos de la Ciudad Santa.
¡°Los cristianos de Jerusal¨¦n necesit¨¢bamos volver a celebrar la Semana Santa, a reunirnos como una familia¡±, confesaba Xavier Shamies, de 44 a?os, rodeado de su esposa y sus tres hijos en la puerta de los Leones, custodiada por un discreto despliegue de la Polic¨ªa de Fronteras (cuerpo militarizado) de Israel. Los participantes en la procesi¨®n de las palmas se cubr¨ªan en general boca y nariz con mascarillas ¡ªobligatorias so pena de multa¡ª, pero apenas manten¨ªan la distancia de seguridad, una pr¨¢ctica que empieza a caer en desuso una vez vacunada la mayor¨ªa de los adultos.
Con m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n total (9,2 millones) inmunizada con las dos dosis de Pfizer-BioNTech, la reanudaci¨®n de las procesiones de Semana Santa en Jerusal¨¦n simboliza el retorno a la normalidad para quienes dependen del sistema sanitario del Estado jud¨ªo, como los palestinos con residencia.
Hasta hace poco, la procesi¨®n a¨²n iba por dentro en Jerusal¨¦n. Los tradicionales viacrucis de la Cuaresma se retransmitieron por internet, en desfiles virtuales a lo largo de la V¨ªa Dolorosa comentados por franciscanos de la Custodia de los santos lugares, la m¨¢s antigua presencia permanente cristiana en la Ciudad Santa.
Sin la compa?¨ªa de los miles de fieles locales y extranjeros que le siguieron en 2019, el patriarca latino, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, emprendi¨® el camino desde el santuario de Betfag¨¦ hasta el templo de Getseman¨ª, al pie del monte de los Olivos, antes de entrar en Jerusal¨¦n por la puerta de San Esteban entre c¨¢nticos y en medio de una marea de palmas.
¡°Estamos felices por poder volver a reunirnos en la Pascua cristiana¡±, explic¨® Shamies, empleado en una planta embotelladora de bebidas gaseosas, con su hija menor sentada en las rodillas, ¡°pero echamos de menos a nuestros hermanos de Palestina y a los peregrinos de todo el mundo¡±.
En la cuna del cristianismo, quedan menos de 200.000 cristianos, de los que unos 50.000 viven en Palestina y el resto en el norte de Israel. En la Ciudad Santa eran algo m¨¢s del 20% antes de la creaci¨®n del Estado jud¨ªo, en 1948, pero en la actualidad solo quedan unos 12.000, un 1,5%, en Jerusal¨¦n Este, que incluye la Ciudad Vieja, bajo la ocupaci¨®n del Ej¨¦rcito israel¨ª.
El a?o 2019 bati¨® un r¨¦cord tur¨ªstico en Israel ¡ªque adem¨¢s controla los pasos fronterizos con Cisjordania¡ª con m¨¢s de cuatro millones y medio de visitantes, de los que una quinta parte eran peregrinos cristianos. Pero el turismo y los viajes organizados religiosos est¨¢n vetados desde hace m¨¢s de un a?o en Israel, que se encapsul¨® primero para frenar la propagaci¨®n de la pandemia, y ahora la de las nuevas variantes de la covid-19. Algunas decenas de extranjeros residentes, como diplom¨¢ticos y cooperantes, asistieron no obstante a la procesi¨®n tras un a?o de suspensi¨®n.
Una tradici¨®n de generaciones
¡°Los j¨®venes vamos a seguir manteniendo la tradici¨®n del Domingo de Ramos como una festividad propia. Es nuestra ciudad, donde nuestras familias han vivido durante generaciones¡±. Lo aseguraba convencida la cat¨®lica Niran Ashma, de 28 a?os, antes de definirse como una ¡°artista de las u?as¡±, en su establecimiento de manicura de la Ciudad Vieja. Mostraba en sus manos un cuidado trabajo est¨¦tico con esmalte rosa pastel.
Ashma se manten¨ªa a prudente distancia de la puerta de los Leones ante la llegada de la cabeza de la procesi¨®n. Sol¨ªa ser anta?o el momento en el que j¨®venes nacionalistas enarbolaban la bandera de Palestina a la entrada a la Ciudad Vieja entre gritos a favor de un Estado propio y forcejos con los agentes de seguridad israel¨ª. ¡°Vengo acompa?ando a mujeres de mi familia. Mis sentimientos palestinos est¨¢n dentro de mi coraz¨®n, pero esta vez no nos vamos a poner en peligro si estalla la violencia¡±, argumentaba su alejamiento la joven que hace la manicura.
El 25 de abril se reeditar¨¢ la procesi¨®n el Domingo de Ramos para la comunidad cristiana ortodoxa, mayoritaria entre los palestinos. Pero ahora ha sido el momento de los cat¨®licos romanos. La bas¨ªlica del Santo Sepulcro ¡ªdonde la tradici¨®n cristiana sit¨²a la crucifixi¨®n y sepultura de Jesucristo¡ª, abri¨® a los fieles sus puertas, que hab¨ªan permanecido selladas el a?o pasado, para la primera gran ceremonia de la Semana Santa cat¨®lica.
Al t¨¦rmino de la misa de bendici¨®n de ramos y palmas previa a la procesi¨®n, el patriarca latino record¨® la triste ceremonia de 2020, ¡°sin gente y a puerta cerrada¡±. ¡°Ahora a¨²n no somos muchos, pero tenemos la esperanza de que las cosas van a ir a mejor¡±, expres¨® sus mejores deseos Pizzaballa, citado por Reuters. ¡°Ese es el mensaje de esta Semana Santa, a pesar las muertes de la pandemia creemos en el poder del amor y la vida¡±.