La primera vuelta de las elecciones peruanas se resolver¨¢ en el ¨²ltimo momento
Un casi empate t¨¦cnico de varios candidatos seg¨²n las encuestas m¨¢s recientes, y la falta de liderazgo claro que favorece la volatilidad entre votantes, hace virtualmente imposible predecir el resultado
En un pu?ado de votos: as¨ª est¨¢n las cinco (o hasta seis) candidaturas principales seg¨²n las encuestas a pocos d¨ªas de la primera vuelta en las elecciones presidenciales peruanas. El descenso de Yohny Lescano por el centro-izquierda (10,5%) y la crecida de Hernando de Soto por la derecha (7,2%) han comprimido todav¨ªa m¨¢s una carrera que ya estaba apretada la semana pasada: el otrora l¨ªder George Forsyth ha detenido su ca¨ªda en los entornos del 8%; de la misma manera, Keiko Fujimori se mantiene en los entornos de los 7 puntos. Tambi¨¦n la izquierdista Ver¨®nika Mendoza y el conservador L¨®pez Aliaga, con la diferencia de que para la primera s¨ª ha habido un repunte interesante en los ¨²ltimos d¨ªas.
Las diferencias son, en cualquier caso, tan peque?as que entran dentro no s¨®lo del margen de error estad¨ªstico declarado por cualquiera de las encuestadoras, sino de lo imprevisible de una campa?a que se ha construido alrededor de la incertidumbre. Tras el ciclo de protestas en torno a la destituci¨®n de Mart¨ªn Vizcarra en noviembre del a?o pasado y el esc¨¢ndalo de la vacunaci¨®n fuera de tiempo y norma del mismo Vizcarra, entre otros significados l¨ªderes del pa¨ªs, el terreno parec¨ªa abonado para que un outsider recogiera el enfado ciudadano. Sin embargo, ninguno de los muchos candidatos en liza ha logrado hacerlo suyo. Ni desde frentes ideol¨®gicos, ni tampoco con propuestas pretendidamente m¨¢s t¨¦cnicas o directamente tecnocr¨¢ticas, como la que protagoniza Hernando de Soto; ni siquiera con discursos m¨¢s vagos, abiertos y centrados en el significante ¡°cambio¡±, del estilo que abander¨® el ex-futbolista Forsyth.
Ante esta falta de liderazgos n¨ªtidos, las encuestas han recogido una curiosa, poco habitual situaci¨®n: se ha reducido la cantidad de personas que no saben por qui¨¦n votar o declaran voto en blanco, pero sin que aumente el volumen de voto al candidato m¨¢s votado. Los que se han decidido lo han hecho en direcciones dispares.
Esta din¨¢mica se alimenta a s¨ª misma: sin encuestas claras es dif¨ªcil coordinar voto. As¨ª lo apuntaba el periodista peruano Diego Salazar en su podcast Siempre en campa?a, publicado por la plataforma Comit¨¦ de Lectura. Tal es, ciertamente, una funci¨®n clave de los sondeos en democracia: facilitar que los votantes identifiquen cu¨¢l es la viabilidad electoral de cada una de las distintas candidaturas que pueden estar considerando, para introducir la estrategia, y no solo la cercan¨ªa o simpat¨ªa ideol¨®gica, en sus decisiones. Cuando los sondeos no son concluyentes, esto se vuelve m¨¢s dif¨ªcil, y la dispersi¨®n no se resuelve.
Como resultado, las encuestas se vuelven extremadamente sensibles a la visibilidad de cada candidatura. Hace un mes era Forsyth; hace un par o tres semanas era Lescano; ahora es Hernando de Soto el que acapara m¨¢s miradas, si bien sobre todo entre ciertos medios capitalinos y un sector de votantes j¨®venes, informa Jacqueline Fowks. Quiz¨¢s tambi¨¦n ha ganado atenci¨®n Mendoza tras los debates, aunque en segmentos bien distintos. Pero los apoyos que llegan por esta v¨ªa, que depende exclusivamente de lo fresca que est¨¢ la ¨²ltima imagen o el ¨²ltimo mensaje de cada candidato en la mente de los votantes, se desvanecen cuando llega la siguiente moda medi¨¢tica. De ah¨ª las subidas y bajadas observadas en las curvas de las encuestas.
Ni siquiera los ejercicios de simulacros de votaci¨®n han logrado minimizar de manera significativa la incertidumbre. En ellos se solicita a los votantes que escojan una opci¨®n sin poder quedarse en la indecisi¨®n. El de Ipsos, el ¨²nico que se ha repetido durante la campa?a, dibuja ciertas tendencias. Pero, con la salvedad del descenso de L¨®pez Aliaga, lo hace hacia la convergencia en un margen m¨ªnimo.
En este contexto, la prohibici¨®n de publicar nuevos sondeos durante la ¨²ltima semana antes de la votaci¨®n equivale a sacar del cine al p¨²blico en el momento de m¨¢s tensi¨®n de la pel¨ªcula, mientras ¨¦sta sigue sucediendo, para luego revelarles solamente el final. Siendo adem¨¢s una pel¨ªcula sin gui¨®n claro ni lineal, anticipar el resultado se parece a saber en qu¨¦ momento aleatorio se pausar¨¢ la pel¨ªcula.
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