El menos ¡®cool¡¯
Joe Biden careci¨® siempre de cualquiera de esos atractivos que a los estrategas de la publicidad pol¨ªtica les gusta alimentar, y hasta inventar
Joe Biden va a misa y comulga todos los domingos y lleva siempre un rosario en el bolsillo. En los d¨ªas del asalto al Congreso de la chusma trumpista amotinada, Biden hac¨ªa llamadas p¨²blicas a la concordia citando a San Francisco de As¨ªs. Unas horas despu¨¦s de haber tomado posesi¨®n como presidente ya hab¨ªa firmado 17 ¨®rdenes ejecutivas, entre ellas una que cancelaba el permiso para que el oleoducto Keystone XL atravesara la frontera de Canad¨¢ llevando hasta las refiner¨ªas del golfo de M¨¦xico el crudo canadiense obtenido por el devastador procedimiento del fracking.
Joe Biden es u...
Joe Biden va a misa y comulga todos los domingos y lleva siempre un rosario en el bolsillo. En los d¨ªas del asalto al Congreso de la chusma trumpista amotinada, Biden hac¨ªa llamadas p¨²blicas a la concordia citando a San Francisco de As¨ªs. Unas horas despu¨¦s de haber tomado posesi¨®n como presidente ya hab¨ªa firmado 17 ¨®rdenes ejecutivas, entre ellas una que cancelaba el permiso para que el oleoducto Keystone XL atravesara la frontera de Canad¨¢ llevando hasta las refiner¨ªas del golfo de M¨¦xico el crudo canadiense obtenido por el devastador procedimiento del fracking.
Joe Biden es un cat¨®lico ferviente que en 2012, cuando ocupaba la vicepresidencia, se declar¨® a favor del matrimonio gay, evidenciando la ambig¨¹edad que hasta ese momento manten¨ªa Barack Obama. Obama era el presidente m¨¢s cool, el mejor vestido, el que hab¨ªa ido a la facultad de Derecho de Harvard, el que se mov¨ªa con una soltura entre de jugador de baloncesto y m¨²sico de jazz de los a?os cincuenta. Joe Biden es el primer presidente dem¨®crata en d¨¦cadas que no viene de la aristocracia de las grandes universidades, que no ha cultivado a las estrellas ricas de Hollywood queriendo contagiarse de su brillo, ni a los donantes plut¨®cratas de Wall Street, con los que el matrimonio Clinton tuvo siempre contactos tan provechosos.
Barack Obama parec¨ªa cool de nacimiento, y Bill Clinton, tambi¨¦n ungido por Yale y Oxford, sab¨ªa tocar pasablemente el saxo tenor llevando unas gafas oscuras. Joe Biden careci¨® siempre de cualquiera de esos atractivos que a los estrategas de la publicidad pol¨ªtica les gusta alimentar, y hasta inventar. Joe Biden ya estaba qued¨¢ndose calvo a los 29 a?os y ya era senador, y vest¨ªa trajes grises o de ese azul marino que es el color de la burocracia federal americana, el de las moquetas y el mobiliario de las oficinas y los uniformes de los carteros y los funcionarios de Inmigraci¨®n. Era el square cong¨¦nito, el convencional sin fisuras, el reverso irremediable de lo cool. No hab¨ªa estudiado ni en Yale ni en Princeton ni Harvard, sino en la Universidad de Delaware, que es un Estado de paso entre el norte y el sur, en el corredor ferroviario de la costa este. Se especializ¨® en Derecho en una escuela de m¨¢s prestigio, la de la Universidad de Syracuse, en el Estado de Nueva York, pero qued¨® el n¨²mero 79 entre los 86 de su promoci¨®n. De ni?o y de adolescente hab¨ªa sufrido humillaciones en la escuela por culpa de su tartamudez, que nunca ha dominado del todo, para gran diversi¨®n de Fox News y de Donald Trump durante la campa?a de 2020.
Fox News edit¨® un video con momentos de dificultad oral de Biden que provocaba risotadas entre sus contertulios y presentadores. Con su conocido humorismo, Donald Trump se burlaba de ¨¦l igual que los grandullones que lo hab¨ªan acosado en la escuela. Sleepy Joe [Joe el somnoliento], dec¨ªa una y otra vez, Sloppy Joe [Joe el patoso]. Pero en el campo dem¨®crata tambi¨¦n inquietaban sus equivocaciones c¨®micas, sus meteduras de pata: lleg¨® a decir que Robert Kennedy y Martin Luther King hab¨ªan sido asesinados a finales de los a?os setenta. Es importante no corregir ahora, retrospectivamente, nuestros propios juicios, para adaptarlos a la rotunda estatura que Joe Biden ha alcanzado desde que es presidente. Yo vi su primer debate con Trump y me pareci¨® un anciano fr¨¢gil, incluso quebradizo, tan escaso de agudeza mental como de vigor f¨ªsico, tan anticuado como un sastre ya octogenario, aunque todav¨ªa temblorosamente en activo.
Es aleccionador darse cuenta de lo prisionero que es uno mismo de las apariencias. En un mundo pol¨ªtico dominado por expertos fraudulentos, por gur¨²s electorales, por spin doctors que no llegan ni a curanderos, da esperanza que a¨²n sea posible un personaje como Biden, un moderado que de golpe deja atr¨¢s a muchos radicales, un se?or antiguo que pone el dedo en la llaga de lo que ahora mismo es m¨¢s urgente, la salud y el bienestar de la inmensa mayor¨ªa, los l¨ªmites a la riqueza y al poder de los se?ores del mundo, los remedios posibles contra un desastre clim¨¢tico que ya est¨¢ sucediendo. El m¨¢s square ha resultado el m¨¢s cool; el anciano temeroso redobla su energ¨ªa porque sabe que lucha contra el tiempo y no puede permitirse las indolencias distinguidas de Obama. Y hasta es probable que no deje de rezar cada d¨ªa el rosario.