Biden y las vacunas: un gran paso
El apoyo de Washington a la liberalizaci¨®n de las patentes es un admirable hito en la lucha contra la pandemia
Con la decisi¨®n de apoyar la suspensi¨®n temporal de patentes para asegurar la distribuci¨®n planetaria de las vacunas contra la covid-19, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado un paso de enorme trascendencia, con potencial para conferir un gran impulso a la lucha contra esta pandemia y sentar un precedente ante futuras emergencias sanitarias globales. Este giro rompe el bloqueo de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados en cuesti¨®n de patentes y representa una poderosa se?al de la voluntad de Biden de poner el liderazgo de EE UU al servicio del progreso de la humanidad. La catastr¨®fica evoluci¨®n de la pandemia en la India ha facilitado probablemente el cambio de rumbo.
La exenci¨®n temporal de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas fue planteada por India y Sud¨¢frica a la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) en octubre, es reclamada por el director de la OMS y ha obtenido la adhesi¨®n de un centenar de gobiernos. Pero sufre todav¨ªa la oposici¨®n de pa¨ªses con gran peso en la producci¨®n de vacunas. El cambio de posici¨®n de EE UU supone un punto de inflexi¨®n y ha tenido como primera consecuencia que la Uni¨®n Europea se declare dispuesta a debatir la cuesti¨®n. La UE es la mayor productora de vacunas y a diferencia de EE UU, que ha retenido toda su producci¨®n y ya tiene al 56% de la poblaci¨®n adulta vacunada, ha sido mucho m¨¢s solidaria y ha permitido la exportaci¨®n de millones de dosis. El valiente paso de Biden la deja ahora a remolque en una iniciativa de enorme importancia ¡ªy atenci¨®n global¡ª. En el proceso, los europeos entran divididos, con la circunspecta disposici¨®n a negociar de Bruselas, el firme rechazo de Alemania y, en un gesto notable, el apoyo expl¨ªcito del Gobierno espa?ol.
No caben ingenuidades. El camino hasta el real aumento de la producci¨®n es arduo. Los acuerdos en la OMC se adoptan por consenso y alcanzarlo en este caso puede llevar tiempo, o resultar imposible. Las reticencias de la industria farmac¨¦utica y de algunos de los pa¨ªses que m¨¢s han contribuido a la investigaci¨®n, como es el caso de Alemania, a compartir tecnolog¨ªas con pa¨ªses que han tenido escaso respeto por la propiedad intelectual son comprensibles. Desincentivar la inversi¨®n en investigaci¨®n es un argumento de peso. Pero las extraordinarias circunstancias de la pandemia convocan a soluciones extraordinarias. En el proceso que se abre ahora en la OMC, la UE deber¨ªa apoyar la b¨²squeda de compromisos inteligentes de liberalizaci¨®n con una actitud proactiva. El mayor escollo ser¨¢ sin duda la transferencia de tecnolog¨ªa, de enorme importancia estrat¨¦gica en el caso del ARN mensajero. Pero pueden buscarse acuerdos que impidan un mal uso de los aspectos m¨¢s sensibles, igual que dise?ar mecanismos de compensaci¨®n.
Es cierto que hay otras v¨ªas para incrementar la producci¨®n. Las farmac¨¦uticas titulares de las patentes han llegado a acuerdos con otras compa?¨ªas para aumentar la capacidad, una senda que hay que seguir desarrollando. Pero de momento est¨¢n lejos de poder garantizar la fabricaci¨®n necesaria. La gravedad de la situaci¨®n reclama que se explore la v¨ªa de la liberalizaci¨®n. Se trata, adem¨¢s, de un inter¨¦s general. Nadie estar¨¢ realmente a salvo hasta que todo el mundo est¨¦ vacunado. Si la ciencia ha logrado el hito de obtener vacunas en menos de un a?o, ha de ser posible hallar f¨®rmulas que permitan extender los beneficios de ese logro a toda la humanidad.
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