Las memorias secretas del Brexit
El negociador europeo para el divorcio brit¨¢nico, Michel Barnier, denuncia en sus reci¨¦n publicados diarios los intentos de Londres y Bruselas para puentearlo
El mayor logro de la Uni¨®n Europea durante la negociaci¨®n para la salida del Reino Unido (2018-2019) y el acuerdo de comercio y cooperaci¨®n (2020) fue el mantenimiento de la unidad de los 27 Estados frente a los continuos intentos de Londres por dividirlos. P...
El mayor logro de la Uni¨®n Europea durante la negociaci¨®n para la salida del Reino Unido (2018-2019) y el acuerdo de comercio y cooperaci¨®n (2020) fue el mantenimiento de la unidad de los 27 Estados frente a los continuos intentos de Londres por dividirlos. Pero el ¡°diario secreto del Brexit¡± reci¨¦n publicado por Michel Barnier, negociador jefe europeo en ambos procesos, revela que las maniobras de los gobiernos de Theresa May, primero, y de Boris Johnson, despu¨¦s, estuvieron a punto varias veces de conseguir su objetivo de resquebrajar la unidad de la UE. Barnier temi¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n que la Comisi¨®n Europea iniciase una negociaci¨®n con Londres en paralelo a la suya e, incluso, que Bruselas sacrificase al sector pesquero en aras de un acuerdo comercial ventajoso.
El diario de Barnier (titulado La grande illusion. Journal secret du Brexit, editorial Gallimard) se publica solo unos meses despu¨¦s del acuerdo de la Nochebuena de 2020 entre Bruselas y Londres que puso fin a una de negociaci¨®n de 1.600 d¨ªas desencadenada por el refer¨¦ndum a favor del Brexit de 2016. La obra le sirve a Barnier para pasar p¨¢gina. Y para reclamar una notoriedad que algunos analistas interpretan como la antesala de su posible candidatura a presidente de Francia, puesto que podr¨ªa disputar a Emmanuel Macron y a Marine Le Pen la presidencia en las elecciones de mayo de 2022.
La memoria secreta del Brexit se compone de centenares de puntadas sin hilo junto a otras con precisi¨®n de acupuntura. La aguja de Barnier, aparentemente inofensiva, deja un rastro que, como m¨ªnimo, los muy brexiteros sabr¨¢n descifrar como si fuera un mensaje codificado.
Barnier deja constancia de c¨®mo, durante la recta final del acuerdo comercial, tuvo que frenar al Gabinete de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, tentado de abrir una negociaci¨®n en paralelo para puentear la aparente inflexibilidad de Barnier. ¡°La negociaci¨®n est¨¢ a punto de descarrilar¡±, advirti¨® Barnier al equipo de Von der Leyen en uno de los momentos de mayor tensi¨®n entre los negociadores europeos. Barnier a?ade que su amenaza surti¨® efecto y en el despacho de la presidenta se entendi¨® enseguida: ¡°Yo no aceptar¨¦ esos m¨¦todos¡±.
Para Barnier llov¨ªa sobre mojado porque durante la negociaci¨®n del acuerdo de salida Londres ya hab¨ªa intentado lo mismo con el entonces presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker. ¡°Ya se ha convertido en habitual que Martin Selmayr [jefe de Gabinete de Juncker] intente en paralelo sus propios contactos [con los negociadores brit¨¢nicos]¡±, anota Barnier con evidente resquemor. Barnier est¨¢ convencido que ¡°desde el principio, los brit¨¢nicos juegan sus cartas en dos mesas y buscan abrir una segunda l¨ªnea de negociaci¨®n con Martin Selmayr. Y veo que ¨¦l no se resiste...¡±.
Pero tal vez el punto m¨¢s delicado para el negociador jefe fue la recta final, cuando las cuotas del sector pesquero en aguas brit¨¢nicas se convirtieron en la ¨²ltima moneda de cambio entre Ursula Von der Leyen y Boris Johnson. A medida que se acercaba el abismo del 31 de diciembre, fecha l¨ªmite para evitar un abrupto final del per¨ªodo transitorio del Brexit, la tentaci¨®n de sacrificar las cuotas pesqueras parece ir en aumento.
¡°No se trata solo de una cuesti¨®n de unas cuantas caballas, como o¨ª decir un d¨ªa¡±, se revuelve Barnier, que dice no siempre sentirse comprendido por el gabinete de la presidenta. Y Barnier se resiste por dos veces, seg¨²n su diario, a propuestas de Von der Leyen que, a juicio del negociador, podr¨ªan haber acorralado a los pa¨ªses pesqueros de la UE en lugar de al Reino Unido.
El acuerdo lleg¨®, aunque previamente Barnier repas¨® la propuesta presentada por los brit¨¢nicos a Von der Leyen. ¡°Un texto trufado de trampas, de falsos compromisos y de marchas atr¨¢s¡±, describe Barnier la propuesta de Londres antes de ser enmendada. El d¨ªa de Nochebuena, con el pacto cerrado, Barnier se despide fr¨ªamente del negociador brit¨¢nico, David Frost. ¡°?l sabe que yo s¨¦ que hasta el ¨²ltimo momento ha intentando puentearme intentando abrir una l¨ªnea de negociaci¨®n paralela con el Gabinete de la presidenta Ursula von der Leyen. Y sabe que eso no ha sido concluyente¡±.
A lo largo del texto, el negociador europeo no deja de manifestar su sorpresa y estupor por la aparente falta de preparaci¨®n del lado brit¨¢nico, en especial, bajo el primer negociador, David Davis. ¡°Los brit¨¢nicos hablan para s¨ª mismos¡±, anota. ¡°Falta de realismo¡±, a?ade. Y asegura: ¡°Siempre me ha parecido insensato que un gran pa¨ªs como Reino Unido lleve a cabo tal negociaci¨®n y una decisi¨®n de tal envergadura, tan importante para su futuro, sin tener una visi¨®n clara ni una mayor¨ªa para apoyarla en el Gobierno y el Parlamento¡±.
Barnier pasa de puntillas, en cambio, por la amenaza de veto que el Gobierno de Pedro S¨¢nchez plante¨® al acuerdo si no se aclaraba una presunta referencia a Gibraltar a?adida por los brit¨¢nicos en el ¨²ltimo momento. ¡°[Los espa?oles] ven en ese art¨ªculo una maniobra brit¨¢nica y una trampa en la que habr¨ªamos ca¨ªdo por falta de vigilancia¡±, anota el negociador europeo tras precisar que ni el servicio jur¨ªdico de la Comisi¨®n ni el del Consejo comparten la interpretaci¨®n de Madrid. Barnier cree que el ¡°drama¡±, el t¨¦rmino entre comillas que utiliza para calificar el incidente, solo responde al deseo de revancha ¡°por la humillaci¨®n de Londres¡±, que aprovech¨® el ingreso de Espa?a en la UE en 1986 para consolidar su soberan¨ªa sobre el Pe?¨®n.
Interminable
El largo relato evoca un tel¨®n de fondo mundial que abarca desde la distop¨ªa pol¨ªtica de la presidencia de Donald Trump en EE UU al enclaustramiento entre medieval y digital provocado por la pandemia. A uno y otro lado del canal de la Mancha tambi¨¦n se sucedieron los acontecimientos. Por Downing Street han pasado tres primeros ministros desde 2016 (David Cameron, May y el actual, Johnson) y en cuatro a?os se celebraron tres elecciones en Reino Unido, incluidas unas estramb¨®ticas e inesperadas al Parlamento Europeo cuando el acuerdo de salida de la UE ya estaba cerrado pero no ratificado.
En Bruselas hubo relevo en toda la c¨²pula comunitaria (Von der Leyen sustituy¨® a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisi¨®n y Charles Michel a Donald Tusk en la presidencia del Consejo Europeo). Y varias capitales cambiaron de Gobierno durante la negociaci¨®n, incluidas Par¨ªs, Madrid y Roma (por ¨¦sta pasaron tres primeros ministros).
La sensaci¨®n de un Brexit interminable se ve corroborada por los numerosos avatares personales de ambos equipos negociadores. Varios miembros, incluidos Barnier y Frost, pasaron la covid-19 y, como tantos millones de europeos, tuvieron que acostumbrarse a trabajar por pantalla interpuesta, algo que el franc¨¦s reconoce que le produce cierta fatiga.
Barnier fue abuelo por primera vez y por el camino se quedaron sus frustradas aspiraciones a presidir la Comisi¨®n Europea. Entre los funcionarios de su equipo (60 personas de 17 pa¨ªses) hubo tiempo para celebrar el nacimiento de cinco beb¨¦s. ¡°El equipo es bastante joven y eso permite hacer una buena media ?con la edad del capit¨¢n!¡±, bromea Barnier, que ten¨ªa 65 a?os cuando se celebr¨® el refer¨¦ndum del Brexit y ahora, ya con 70, sue?a tal vez con el El¨ªseo.