La UE y el Reino Unido llevan a la cumbre del G-7 su tensi¨®n y desconfianza mutua
Joe Biden logra el respaldo del resto de l¨ªderes hacia una postura m¨¢s firme con China
Hab¨ªa demasiado en juego en la cumbre del G-7 de Cornualles como para reventarla, pero la creciente tensi¨®n entre el Reino Unido y la UE ha resultado imposible de esquivar. Y el anfitri¨®n, Boris Johnson, ha contribuido a que el conflicto se inflara con unas declaraciones poco medidas. ¡°El Reino Unido es un solo pa¨ªs y un solo territorio. A ver si consigo que se les meta esa idea en la cabeza¡±, ha dicho.
El primer ministro ha amenazado incluso con invocar el art¨ªculo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte y dejar de cumplir unilateralmente con los compromisos que le exige Bruselas. Sin perder el tono, la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, que junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha mantenido una reuni¨®n bilateral con el primer ministro brit¨¢nico, ha respondido en su cuenta oficial de Twitter: ¡°Negociamos un protocolo que preserva [la paz en Irlanda], firmado y ratificado por el Reino Unido y la UE. Queremos las mejores relaciones posibles con este pa¨ªs, pero ambas partes deben cumplir lo acordado. La UE permanece unida en esta postura¡±. Ha sido de nuevo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ha adoptado desde un principio la imagen m¨¢s combativa con el Gobierno de Johnson, el que ha elevado el tono durante el encuentro de Cornualles. Seg¨²n fuentes del Ejecutivo franc¨¦s, hab¨ªa exigido al pol¨ªtico brit¨¢nico, en un encuentro privado, que cumpliera de una vez los compromisos adquiridos en el acuerdo del Brexit, si quer¨ªa ¡°resetear¡± las relaciones entre ambos pa¨ªses y comenzar de nuevo con buen pie. Solo la canciller Angela Merkel, quien asist¨ªa a la que ser¨¢ su ¨²ltima cumbre del G-7, moderaba las palabras. Pero tambi¨¦n ella hab¨ªa incidido en la espinosa cuesti¨®n durante su reuni¨®n con el primer ministro brit¨¢nico, y le hab¨ªa pedido ¡°que buscara una soluci¨®n pragm¨¢tica¡±.
Londres quiere una nueva pr¨®rroga para los controles aduaneros que est¨¢ obligado a realizar sobre las mercanc¨ªas que viajan desde el Reino Unido a Irlanda del Norte. Bajo el Acuerdo de Retirada que firmaron las partes, ese territorio brit¨¢nico forma parte del Mercado Interior de la UE. Era el modo de evitar la imposici¨®n de una frontera que partiera de nuevo la isla y pusiera en peligro la paz alcanzada con el Acuerdo del Viernes Santo. Jaleado por el ala dura del Partido Conservador y por los unionistas del ?lster, que se siente traicionados por Downing Street, Johnson quiere replantear los t¨¦rminos del acuerdo y lograr m¨¢s flexibilidad. ¡°La guerra de las salchichas¡±, la han bautizado los tabloides brit¨¢nicos, siempre dispuestos a agitar las llamas de un nuevo incendio con Bruselas. Ese producto c¨¢rnico tan popular entre los ingleses ser¨ªa el primero en sufrir los posibles aranceles que la UE se ha mostrado dispuesta a imponer a finales de junio si Londres no empieza a cumplir su parte y pone en marcha los controles.
Si Johnson logr¨® que el estadounidense Biden rebajara el tono respecto a la cuesti¨®n irlandesa a su llegada a Cornualles, a pesar de que el asunto es especialmente sensible para la Casa Blanca, la estrategia desplegada por Francia, Alemania y los representantes de la UE en la cumbre le ha hecho cambiar de opini¨®n. Sobre la marcha, decid¨ªa que la mejor defensa es un buen ataque, y emprend¨ªa una ronda de entrevistas televisivas para dejar claro que es ¨¦l quien lanza la amenaza. ¡°Creo que si el protocolo se sigue aplicando del modo actual, no dudaremos en invocar el art¨ªculo 16¡±, aseguraba a Sky News. Es la misma cl¨¢usula de la que ech¨® mano Bruselas, para retirarla horas despu¨¦s por la gravedad y la tensi¨®n que desat¨®, cuando comenz¨® la guerra de las vacunas y la UE amenaz¨® con impedir la exportaci¨®n de nuevas dosis desde el continente a la isla. Sospechaban entonces que los medicamentos llegaban a Gran Breta?a procedentes de Irlanda del Norte.
La tensi¨®n entre el Reino Unido y la UE ha ensombrecido una cumbre que promet¨ªa ser un ¨¦xito desde sus inicios, y en la que el presidente Biden hubiera preferido que el resto de l¨ªderes centraran su atenci¨®n en otra parte del mundo: China. Aun as¨ª, ha logrado recabar el apoyo formal del G-7 a una iniciativa que puede tener una importante trascendencia en el futuro cercano. Las siete naciones han respaldado una iniciativa, de colaboraci¨®n p¨²blico-privada, que podr¨ªa llegar a suponer una inversi¨®n de 40 billones de d¨®lares, para contrarrestar la influencia internacional alcanzada por Pek¨ªn con su nueva ¡°ruta de la seda¡±. Biden quiere poner en marcha un proyecto de nuevas infraestructuras y comunicaciones que d¨¦ respuesta a los centenares de acuerdos desplegados por el gigante chino con pa¨ªses asi¨¢ticos, latinoamericanos o africanos. El G-7 est¨¢ adem¨¢s dispuesto, como reclama Biden, a elevar el tono de anteriores comunicados para denunciar las pr¨¢cticas de ¡°esclavitud laboral¡± que, seg¨²n Washington, tienen lugar en algunas zonas de China. Queda por ver el tono final del comunicado de la cumbre, porque pa¨ªses como Italia o Alemania, y hasta el propio Reino Unido, comprenden la necesidad de mostrarse firmes ante el desaf¨ªo, pero no quieren romper todos los puentes con una potencia cuya cooperaci¨®n sigue siendo imprescindible para hacer frente a retos como el cambio clim¨¢tico.
M¨¢s all¨¢ de Irlanda del Norte, la reuni¨®n de Cornualles -la primera presencial desde hace casi dos a?os, debido a la pandemia- ha tenido sustancia y ha enviado un cierto mensaje de optimismo. Los l¨ªderes convocados se hab¨ªan conjurado para demostrar que las democracias liberales siguen teniendo respuestas a la crisis actual, a partir de sus principios y valores, frente las que plantean reg¨ªmenes autoritarios como el chino o el ruso. Se han comprometido a trabajar en el impuesto m¨ªnimo de Sociedades de ¡°al menos el 15%¡± que acordaron sus ministros de Econom¨ªa en Londres, a principios de junio. Han anunciado la entrega a los pa¨ªses m¨¢s pobres y necesitados de mil millones de vacunas. Y sobre todo, a petici¨®n expresa de Biden, han decidido seguir apostando por la expansi¨®n de los est¨ªmulos fiscales -es decir, por seguir inyectando dinero a las econom¨ªas- para salir de la actual crisis. El ¡°consenso de Cornualles¡±, en contraposici¨®n al ¡°consenso de Washington¡± que bendijo una globalizaci¨®n sin frenos y la austeridad fiscal, se ha impuesto. ¡°Es fundamental que no repitamos los errores de la ¨²ltima gran crisis, la recesi¨®n econ¨®mica de 2008, cuando la recuperaci¨®n no se produjo de un modo uniforme en toda la sociedad¡±, dijo al inicio del encuentro un Johnson que repudiaba de ese modo en un escenario internacional los rigores impuestos en la sociedad brit¨¢nica por un Gobierno conservador anterior.
Con todos esos asuntos, m¨¢s un impulso renovado a la necesidad urgente de hacer frente al desaf¨ªo clim¨¢tico, el G-7 ha logrado inyectar profundidad y sustancia a la agenda internacional y preparar el terreno a encuentros fundamentales de los pr¨®ximos meses, como la cumbre del G-20 de Venecia o la COP26 de Glasgow. Quedan flecos y cr¨ªticas que los l¨ªderes congregados sab¨ªan de antemano que no podr¨ªan resolver en su encuentro de Cornualles. Debe definirse a¨²n el listado de grandes empresas que ser¨¢n sometidas a una fiscalidad m¨¢s rigurosa. Estados Unidos no quiere que el peso de la nueva medida recaiga en gran parte en sus propios gigantes tecnol¨®gicos. Y el Reino Unido desea excluir del nuevo r¨¦gimen a sus grandes bancos de la city de Londres. Boris Johnson ha logrado celebrar con ¨¦xito, en su propio territorio, el primer encuentro internacional en el que el Reino Unido se ha presentado como un actor al margen de la UE. Su deseo era presentar al mundo la nueva Gran Breta?a Global que iba a surgir del Brexit. Pero las secuelas de ese divorcio tormentoso, que dividi¨® a la sociedad brit¨¢nica y resucit¨® el enfrentamiento a ambos lados del canal de la Mancha, se han arrastrado hasta la costa oeste inglesa. Y la ret¨®rica del primer ministro se ha visto ensombrecida por la desconfianza que el pol¨ªtico sigue despertando entre sus socios y aliados.
Una respuesta en 100 d¨ªas para la pr¨®xima pandemia
Los l¨ªderes del G-7 han escuchado este s¨¢bado la ambiciosa propuesta bautizada ya como ¡°Misi¨®n 100 d¨ªas¡±, un informe que cuenta con el respaldo de cient¨ªficos, empresas y asociaciones filantr¨®picas, para lograr que los pa¨ªses comiencen a preparar la respuesta diagn¨®stica, terap¨¦utica, inmunol¨®gica ante la pr¨®xima pandemia que llegar¨¢, tarde o temprano. ¡°El mundo solo puede lograr una seguridad sanitaria global si prioriza la igualdad. Debemos reforzar nuestros sistemas sanitarios para que todo el mundo, no importa d¨®nde vivan, se beneficie de una respuesta r¨¢pida ante amenazas futuras¡±, ha dicho Melinda Gates, copresidenta de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates, la encargada de presentar la propuesta en la ¨²ltima jornada de trabajo de la cumbre de Cornualles, acompa?ada del director jefe m¨¦dico del Gobierno brit¨¢nico, Patrick Vallance. Los l¨ªderes del G-7 se han comprometido a incorporar las recomendaciones en la llamada Declaraci¨®n de Carbis Bay (la localidad donde se ha celebrado la cumbre), que detalla propuestas concretas para evitar que se repita la devastaci¨®n de la pandemia actual. Entre ellas, la necesidad de agilizar el periodo de tiempo necesario para descubrir, producir y distribuir nuevas vacunas, acelerar el proceso de secuencia del genoma de nevos agentes pat¨®genos y hacer m¨¢s eficaz y preventivo el sistema de localizaci¨®n y rastreo de contagios que ha sido tan err¨¢tico durante el ¨²ltimo a?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.