Daniel Ortega arremete contra los empresarios en su estrategia de represi¨®n a la oposici¨®n en Nicaragua
La justicia bajo el control del mandatario ordena la detenci¨®n del gerente de uno de los principales bancos del pa¨ªs e investiga a los integrantes de una organizaci¨®n relacionada con el sector privado
Daniel Ortega ha enviado un mensaje claro a los nicarag¨¹enses: en el pa¨ªs centroamericano nadie es intocable y puede ser investigado y arrestado si el r¨¦gimen lo considera una amenaza para sus intereses. El ¨²ltimo detenido es Luis Rivas Anduray, presidente ejecutivo del Banco de la Producci¨®n (Banpro), el principal de Nicaragua, con presencia en Centroam¨¦rica, el Caribe y Ecuador. Al banquero se le imputan los mismos cargos que al resto de detenidos en la escala...
Daniel Ortega ha enviado un mensaje claro a los nicarag¨¹enses: en el pa¨ªs centroamericano nadie es intocable y puede ser investigado y arrestado si el r¨¦gimen lo considera una amenaza para sus intereses. El ¨²ltimo detenido es Luis Rivas Anduray, presidente ejecutivo del Banco de la Producci¨®n (Banpro), el principal de Nicaragua, con presencia en Centroam¨¦rica, el Caribe y Ecuador. Al banquero se le imputan los mismos cargos que al resto de detenidos en la escalada represiva desatada por Ortega, incluyendo incitar a la injerencia extranjera, pedir intervenciones militares o usar financiamiento externo para ejecutar actos de terrorismo que desestabilicen al r¨¦gimen. La justicia nicarag¨¹ense tambi¨¦n investiga a 13 exdirectivos de la Fundaci¨®n Nicarag¨¹ense para el Desarrollo Econ¨®mico y Social (Funides), un centro de pensamiento ligado al sector privado, que publica an¨¢lisis sobre la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. Entre los investigados est¨¢n dos de los empresarios m¨¢s poderosos de Nicaragua, Jos¨¦ Antonio Baltodano Cabrera y Jaime Javier Montealegre Lacayo. Una jueza de Mangua les ha impuesto retenci¨®n migratoria y el congelamiento de sus cuentas bancarias.
¡°El arresto del principal ejecutivo bancario del pa¨ªs enturbia toda v¨ªa m¨¢s un ambiente econ¨®mico que ya estaba lleno de desconfianza e incertidumbre, porque el mensaje a los inversionistas y los consumidores es negativo y lo pensar¨¢n mucho antes de invertir o contraer una deuda en Nicaragua¡±, explica el economista nicarag¨¹ense Enrique S¨¢enz. ¡°Esta medida va m¨¢s all¨¢ de la mera irresponsabilidad, porque las corridas bancarias, los p¨¢nicos financieros, son de car¨¢cter sicol¨®gico y no son controlables ni por represi¨®n ni por medidas pol¨ªticas una vez que se desatan. Esta medida de Ortega raya en el suicidio, con la gran diferencia que se llevar¨ªa consigo no solo al sistema financiero, sino a una econom¨ªa fr¨¢gil y una sociedad vulnerable¡±, agrega S¨¢enz.
El Banpro reaccion¨® con una escueta y t¨ªmida nota de prensa en la que afirma que la instituci¨®n ¡°ratifica su apego a las leyes vigentes en el pa¨ªs¡±. Ni condena ni exigencia de libertad, lo que demuestra el temor de los empresarios frente a un r¨¦gimen que ha roto todas las l¨ªneas. Hasta 2018, Ortega manten¨ªa una suerte de cogobierno con el sector privado, una alianza estrat¨¦gica con los empresarios, que permit¨ªan los desmanes del sandinista a cambio de hacer jugosos negocios. El distanciamiento lleg¨® cuando Ortega quiso imponer por la fuerza una reforma a la seguridad social que afectaban a las pensiones y que fueron rechazadas por los empresarios, porque impon¨ªan a la patronal el pago de mayores cuotas. Una de las primeras protestas masivas contra el r¨¦gimen, que convoc¨® a decenas de miles de nicarag¨¹enses, fue financiada por los empresarios, en una afrenta directa a Ortega. Adem¨¢s, cuando Estados Unidos impuso sanciones a familiares y funcionarios de Ortega, los bancos del pa¨ªs desistieron de hacer negocios con el r¨¦gimen, temerosos de que esas acciones generar¨¢n represalias de Washington y afectaran sus negocios en Nicaragua y el extranjero.
¡°En esta embestida demencial tambi¨¦n hay elementos de venganza¡±, dice el economista S¨¢enz. ¡°No es que los bancos hayan tenido muestras de rebeld¨ªa, sino que sus acciones [contra el r¨¦gimen] se deben a una tutela de sus intereses, los bancos cerraron sus instituciones financieras al poder para protegerse. Ortega intenta someter a los grupos econ¨®micos m¨¢s poderosos con este acto de venganza¡±, analiza S¨¢enz.
Con su nueva ofensiva represiva Ortega ha detenido a 16 personas en Nicaragua. Los primeros perseguidos fueron los aspirantes a una candidatura por la oposici¨®n, con especial escarnio contra Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996) y de Pedro Joaqu¨ªn Chamorro, h¨¦roe nacional asesinado por la dictadura somocista. Cristiana Chamorro apenas hab¨ªa anunciado su inter¨¦s de participar en el proceso electoral, cuando despert¨® grandes simpat¨ªas entre los nicarag¨¹enses. Fue entonces cuando la maquinaria de justicia se ensa?¨® contra ella, levantando un caso de lavado de dinero a trav¨¦s de su fundaci¨®n ¡ªque lleva el nombre de su madre¡ª, una organizaci¨®n que durante d¨¦cadas apoy¨® al periodismo independiente. A ella le siguieron el exdiplom¨¢tico Arturo Cruz, el acad¨¦mico F¨¦lix Maradiaga y el exviceministro de Hacienda Juan Sebasti¨¢n Chamorro Garc¨ªa.
Luego fue detenido Jos¨¦ Ad¨¢n Aguerri, expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), quien lider¨® una mesa del di¨¢logo de 2018 por parte de los empresarios para hallar una soluci¨®n a la crisis pol¨ªtica. A ¨¦l le sigui¨® Violeta Granera, destacada activista, y un d¨ªa despu¨¦s Jos¨¦ Pallais, uno de los juristas m¨¢s l¨²cidos del pa¨ªs. El pasado domingo fueron apresados los exguerrilleros sandinistas Dora Mar¨ªa T¨¦llez, Victor Hugo Tinoco y Hugo Torres, considerados h¨¦roes de la revoluci¨®n sandinista. Todos los detenidos son acusados de incitar a una intervenci¨®n extrajera en Nicaragua para desestabilizar al Gobierno de Ortega.
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