Bolivia acusa al expresidente argentino Mauricio Macri de colaborar con la destituci¨®n de Evo Morales

El presidente de Argentina, Alberto Fern¨¢ndez, se disculp¨® con el Gobierno y el pueblo de Bolivia por un env¨ªo de munici¨®n antimotines que realiz¨® su predecesor, Mauricio Macri, al Gobierno boliviano de Jeanine A?ez, en noviembre de 2019. ¡°Se constat¨® que desde nuestro pa¨ªs se remiti¨® una partida de material que no puede ser interpretada sino como un refuerzo a la capacidad de acci¨®n de las fuerzas sediciosas contra la poblaci¨®n boliviana en esos d¨ªas¡±, dice en una carta dirigida al presidente boliviano Luis Arce. ¡°Me dirijo a usted con¡­ dolor y verg¨¹enza¡±, escribe. ¡°Se trat¨® de una colaboraci¨®n decidida por el Gobierno del entonces presidente Mauricio Macri con la represi¨®n militar y policial que sufrieron quienes defend¨ªan el orden institucional de su pa¨ªs¡±, explica.

En La Paz, el ministro de Exteriores de Bolivia, Rogelio Maita, denunci¨® ¡°una coordinaci¨®n internacional para reprimir al pueblo boliviano¡±, que compar¨® con el Plan C¨®ndor que ejecutaron las dictaduras militares en los a?os setenta. Maita mostr¨® a la prensa una nota de agradecimiento enviada el 13 de noviembre de 2019 por el entonces comandante de la Fuerza A¨¦rea Boliviana, General Gonzalo Terceros, al embajador de Argentina en Bolivia, Normando ?lvarez Garc¨ªa, en la que se confirma la recepci¨®n de 40.000 cartuchos AT 12/70 y una cantidad peque?a de granadas de gas lacrim¨®geno. El Ministro de Exteriores boliviano consider¨® que esta munici¨®n fue usada por las fuerzas policiales y militares en la ¡°masacre de Sacaba¡±, que ocurri¨® el 15 de noviembre, y en la ¡°masacre de Senkata¡±, que se produjo el 17 de noviembre de 2019. En estos hechos de represi¨®n a los sectores que protestaban por el derrocamiento de Evo Morales murieron m¨¢s de 30 personas.

Cuando A?ez asumi¨®, el 12 de noviembre de 2019, las fuerzas policiales y militares sufr¨ªan un total desabastecimiento de gases lacrim¨®genos y otros proyectiles antimotines, luego de los 21 d¨ªas de conflictos callejeros que antecedieron a la ca¨ªda de Evo Morales. Esta carest¨ªa llev¨® a que el Gobierno interino solicitara la ayuda de al menos dos gobiernos vecinos: el de Argentina y el de Ecuador, entonces presidido por Lenin Moreno, que tambi¨¦n le dio a Bolivia un cargamento de municiones de este tipo. El ministro boliviano Maita pidi¨® que la fiscal¨ªa boliviana investigara qui¨¦n pod¨ªa haber realizado una operaci¨®n de coordinaci¨®n de alcance internacional, que pudiera tener contactos con varios gobiernos latinoamericanos. Tambi¨¦n solicit¨® que se investigara c¨®mo se borraron los registros de la entrada de este material y de los vuelos que lo trajeron. Declar¨® que el Gobierno anterior intent¨® mantener en secreto lo que ocurri¨® y no descart¨® que vayan a descubrirse otros casos como este.

La carest¨ªa de municiones para la Polic¨ªa llev¨® a que, tras los env¨ªos de Argentina y Ecuador, el ministro de Gobierno de A?ez, Arturo Murillo, comprara suministros policiales no letales a trav¨¦s de una empresa intermediaria en Miami. Hoy Murillo se encuentra encarcelado en esta ciudad de los Estados Unidos, donde resid¨ªa despu¨¦s de dejar su cargo, acusado de haber recibido sobornos y haber lavado dinero proveniente del sobreprecio que Bolivia pag¨® por esta compra, calculado en m¨¢s de dos millones de d¨®lares.

Tambi¨¦n est¨¢ preso el autor de la nota de agradecimiento a Argentina, el General Terceros, acusado de haber participado en el supuesto golpe de Estado que condujo a A?ez al poder. Tambi¨¦n est¨¢ detenida la propia expresidenta, dos de sus colaboradores, y el excomandante de la Armada. El entonces comandante de la Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, en cambio, escap¨® en marzo de su detenci¨®n domiciliaria y ahora se halla pr¨®fugo de la justicia.

La oposici¨®n boliviana considera que no hubo un golpe de Estado y que, por tanto, el gobierno de A?ez fue constitucional y no una ¡°fuerza sediciosa¡±, como la califica Alberto Fern¨¢ndez en su carta. Para los opositores, Evo Morales perdi¨® el poder ante un levantamiento popular al que se sumaron a ¨²ltimo momento, con sendos pedidos de renuncia del presidente, las Fuerzas Armadas y la Polic¨ªa. Por tanto, consideran el proceso judicial que pesa contra A?ez y los excomandantes militares como puramente pol¨ªtico y un ¡°instrumento de la revancha pol¨ªtica de Morales¡±.

Los sucesos sangrientos de Sacaba y Senkata est¨¢n siendo investigados por un Grupo de Expertos formado por la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos. No han podido ser objeto de un juicio en Bolivia, porque el oficialismo no cuenta con la mayor¨ªa parlamentaria necesaria para aprobar una acusaci¨®n por estas razones contra A?ez, que tiene fuero especial por su condici¨®n de expresidenta. El proceso por el que la expresidenta est¨¢ detenida supuestamente se refiere a un momento previo a su inicio como mandataria, algo que los juristas de la oposici¨®n y organizaciones internacionales de derechos humanos han considerado irregular.

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