La ¨²ltima cacer¨ªa de Ortega desata el mayor ¨¦xodo de nicarag¨¹enses a EE UU en d¨¦cadas
La Patrulla Fronteriza registr¨® en el ¨²ltimo a?o m¨¢s de 33.000 entradas irregulares, como la de ?ngel Rocha, un opositor perseguido por los sandinistas que ha pedido asilo
?ngel Rocha tiene dos d¨ªas tachados en su calendario como los peores de su vida. Uno fue el 9 de septiembre de 2020, cuando una patrulla de polic¨ªa lo arrest¨® en su municipio del sur de Nicaragua y lo golpe¨® durante horas para que dejara de militar contra el Gobierno de Daniel Ortega. Del otro no sabe la fecha exacta, pero en su mente lo ha marcado como el 27 de abril de 2018. Lo que le pas¨®, dice, le hizo perder la noci¨®n del tiempo. Fue en la Universid...
?ngel Rocha tiene dos d¨ªas tachados en su calendario como los peores de su vida. Uno fue el 9 de septiembre de 2020, cuando una patrulla de polic¨ªa lo arrest¨® en su municipio del sur de Nicaragua y lo golpe¨® durante horas para que dejara de militar contra el Gobierno de Daniel Ortega. Del otro no sabe la fecha exacta, pero en su mente lo ha marcado como el 27 de abril de 2018. Lo que le pas¨®, dice, le hizo perder la noci¨®n del tiempo. Fue en la Universidad Polit¨¦cnica de Managua (UPOLI), que entonces se hab¨ªa convertido en un basti¨®n de la resistencia estudiantil en las in¨¦ditas protestas antigubernamentales en las que ¨¦l participaba como alumno de segundo de Ciencias Pol¨ªticas. Seg¨²n cuenta por tel¨¦fono desde Miami, un grupo de infiltrados del Frente Sandinista le tortur¨®. ¡°Me golpearon horrible. Recuerdo un golpe en la cara y que ca¨ª en el suelo. Cuando ca¨ª me prensaron con el pie mi cabeza. Sent¨ªa que me estaba ahogando, pero era que estaba sobre un charco de mi propia sangre¡±, relata.
Rocha es uno de los decenas de miles de nicarag¨¹enses que han cruzado este a?o la frontera sur de Estados Unidos, una cifra que se ha disparado en los ¨²ltimos meses coincidiendo con la cacer¨ªa emprendida por el Gobierno de Ortega contra la oposici¨®n. Y alcanza niveles r¨¦cord en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Pero ninguna de esas dos experiencias le amedrent¨®. Ni eso ni que le persiguieran cuando hac¨ªa actos de protesta expr¨¦s con otros j¨®venes cuando ya hab¨ªan prohibido las manifestaciones, ni que saquearan su casa. Despu¨¦s de cada golpe, se levantaba y continuaba con el activismo. El joven, que ahora tiene 27 a?os, segu¨ªa convencido de que alg¨²n d¨ªa derrocar¨ªan al Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo de manera pac¨ªfica. Por eso particip¨® como asesor en el di¨¢logo nacional de la pareja presidencial con la oposici¨®n. Y, este a?o, como miembro de la Alianza C¨ªvica y asistente del precandidato presidencial Arturo Cruz, recorri¨® el pa¨ªs para tratar de organizar a la poblaci¨®n antes de las elecciones del 7 de noviembre. Quer¨ªan participar, dice, aunque fuera ¡°para evidenciar que Ortega se las rob¨®¡±.
Pero el 24 de junio, tras la detenci¨®n de Cruz y otros l¨ªderes opositores y voces disidentes, se le agot¨® la esperanza. Alentado por su familia y amigos, decidi¨® poner rumbo a Estados Unidos para no acabar en la c¨¢rcel ¨¦l tambi¨¦n. ¡°No le dije a nadie que me iba. No pude ni despedirme de mi organizaci¨®n¡±, recuerda el joven que sali¨® de su pa¨ªs por tierra con otro compa?ero, con quien compart¨ªa casa de seguridad. ¡°Ese miedo que ten¨¦s en Nicaragua se duplica una vez que sales de tu pa¨ªs porque no sabes en manos de qui¨¦n vas a caer por el tema del crimen organizado. Pero cuando logras pasar el r¨ªo y tocar tierra americana es incre¨ªble lo que sent¨ªs: llor¨¢s, or¨¢s, llam¨¢s a tus amigos¡±, cuenta Rocha. Desde que sali¨® de Nicaragua hasta que lleg¨® a Estados Unidos pasaron 20 d¨ªas. Despu¨¦s, estuvo casi dos meses en varios centros de detenci¨®n, un tiempo en el que en su pa¨ªs apresaron a dos dirigentes estudiantiles cercanos a ¨¦l: Lesther Alem¨¢n y Max Jerez. ¡°Ten¨ªamos tres a?os de estar luchando y yo pens¨¦: ¡®Sal¨ª a tiempo¡¯, pero a la vez llor¨¦ porque son personas bien allegadas¡±, cuenta ya en libertad despu¨¦s de que las autoridades migratorias lo dejaran ir bajo palabra a la espera de que presente su caso de asilo.
En lo que va de a?o fiscal en EE UU (de octubre de 2020 a julio de este a?o), las autoridades migratorias estadounidenses han registrado a 33.184 nicarag¨¹enses tratando de ingresar por la frontera sur sin documentos, el n¨²mero m¨¢s alto en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Solo en julio, cuando Rocha toc¨® suelo estadounidense, las autoridades migratorias contabilizaron a 13.391 ciudadanos de ese pa¨ªs registrados en la frontera, casi el doble de los de junio (7.441) y m¨¢s del triple que en mayo (4.451).
Seg¨²n las cifras de julio, adem¨¢s, Nicaragua supera a El Salvador como tercer pa¨ªs centroamericano con mayor registro de indocumentados, despu¨¦s de Honduras y Guatemala. El ¨¦xodo actual de nicarag¨¹enses es incluso mucho mayor que el que provoc¨® la brutal represi¨®n de las movilizaciones masivas contra el Gobierno en 2018, que causaron m¨¢s de 300 muertos, decenas de miles de exiliados a pa¨ªses como Costa Rica, EE UU y Espa?a y cientos de presos pol¨ªticos, desaparecidos y torturados.
Detr¨¢s de estos n¨²meros hay una enorme crisis humanitaria, advierte Hayd¨¦e Castillo, una defensora de derechos humanos que se exili¨® a Estados Unidos a finales de 2018 huyendo de la persecuci¨®n y las amenazas de muerte. ¡°Es un drama. Un ¨¦xodo jam¨¢s visto en la historia de Nicaragua, peor que el que tuvimos en 2018, y a nosotros duele mucho¡±, dice la activista, que consigui¨® asilo pol¨ªtico y que ha creado la organizaci¨®n Nicarag¨¹enses en el Mundo en la que cada d¨ªa recibe solicitudes de sus compatriotas que le piden consejos para migrar o ayuda porque est¨¢n en peligro en el camino. En los ¨²ltimos d¨ªas, por ejemplo, consigui¨® un lugar seguro en M¨¦xico para una joven que migraba con su hija y que le pidi¨® auxilio porque hab¨ªa sido violada por el coyote (traficante de personas) que supuestamente deb¨ªa protegerla de camino a Estados Unidos.
Adem¨¢s, las llamadas de familiares de migrantes secuestrados en M¨¦xico y por los que los carteles exigen decenas de miles de d¨®lares son ya parte del d¨ªa a d¨ªa en su organizaci¨®n. ¡°Algunos casos vienen con grandes deudas y sus familias se tienen que hacer prestar m¨¢s dinero y tenemos casos de personas secuestradas varias veces¡±, apunta Castillo, al enumerar que muchos acaban siendo v¨ªctimas de secuestros, extorsiones o violaciones por parte del crimen organizado. ¡°Est¨¢n ante una cadena de violaciones de derechos humanos desde que salen de Nicaragua y durante todo ese trayecto de la b¨²squeda del sue?o americano. A m¨ª, como defensora de derechos humanos, me preocupa much¨ªsimo¡±, lamenta.
Pese a que el repunte migratorio ha coincidido con la ¨²ltima ola represiva, tanto ella como ?ngel Rocha coinciden en que no todos los migrantes nicarag¨¹enses huyen directamente por motivos pol¨ªticos. Pero creen que la gesti¨®n del pa¨ªs por parte de Ortega y Murillo y los ataques a la disidencia han acabado con a?os de crecimiento econ¨®mico, lo que sumado a la falta de esperanza de que la situaci¨®n cambie, est¨¢ impulsando a la gente a huir.
¡°Cuando nos dicen que est¨¢n desesperados por el hostigamiento, porque no tienen trabajo, por c¨®mo mantener a sus hijos, y tienen amenazas de muerte, ?c¨®mo le podemos decir a la gente: ¡®No salga, no busque ayuda¡¯? Es una situaci¨®n bien dolorosa¡±, insiste Hayd¨¦e Castillo. ¡°Nosotros les advertimos del gran riesgo que corren, del gran costo que tiene, de la red de trata en la que se ven coludidos los coyotes con el crimen organizado y en algunos casos hasta con autoridades mexicanas. Y tambi¨¦n de que ganar el asilo es pr¨¢cticamente una loter¨ªa porque depende del juez, del oficial de asilo o del centro de detenci¨®n que te toca. Tenemos casos de nicarag¨¹enses que llegan con todos los documentos y se los niegan¡±, apunta.
Seg¨²n datos del Transactional Records Access Clearinghouse de la Universidad de Syracuse, en el a?o fiscal 2020 el 36% de las solicitudes de asilo de ciudadanos nicarag¨¹enses fueron aprobadas, una cifra que est¨¢ por encima de la media del resto de nacionalidades, pero que sigue siendo baja. ?ngel Rocha ya est¨¢ viviendo en carne propia la discrecionalidad de esos procesos. ?l logr¨® salir del centro de detenci¨®n despu¨¦s de dos meses para poder pelear su caso en libertad, pero recuerda que algunos de sus compa?eros en la lucha contra Ortega y Murillo, como el l¨ªder estudiantil Nahiroby Olivas, permanecen en c¨¢rceles migratorias en ese pa¨ªs.
Rocha confiesa estar preocupado por conseguir asilo y una estabilidad en Estados Unidos. Aunque est¨¢ reci¨¦n salido del centro de detenci¨®n, dice que le gustar¨ªa completar su formaci¨®n universitaria, que se qued¨® congelada con las protestas de 2018. ¡°Y, en el corto plazo, pienso reunirme con mis compa?eros exiliados para poder hacer algo de cara a la situaci¨®n en Nicaragua y lo que pueda pasar a futuro¡±, apunta. Ese deseo de seguir trabajando por su pa¨ªs es algo que une a buena parte de los exiliados.
Lo mismo expresa Hayd¨¦e Castillo: ¡°Cuando sal¨ª de Nicaragua, sal¨ª con un sentimiento de culpa, con un dolor porque yo me hab¨ªa prometido a m¨ª misma no salir al exilio, pero cuando ves que tu vida tambi¨¦n compromete la vida de la familia y de la gente que trabajaba contigo no ves otra opci¨®n¡±, asegura. ¡°Yo sal¨ª de Nicaragua f¨ªsicamente, pero nunca he dejado de estar conectada. D¨ªa y noche vivo pegada al tel¨¦fono y a la computadora documentando las violaciones de derechos humanos¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.