La movilizaci¨®n contra el cambio clim¨¢tico sacude la recta final de la campa?a electoral en Alemania
Los j¨®venes reclaman a los candidatos m¨¢s ambici¨®n en la lucha contra el calentamiento en cientos de marchas. Las encuestas estrechan la distancia entre Scholz y Laschet y aumentan la incertidumbre
A dos d¨ªas de las elecciones m¨¢s re?idas que Alemania recuerda en mucho tiempo, un grupo de j¨®venes se ha propuesto aumentar la presi¨®n sobre los candidatos para arrancarles objetivos m¨¢s ambiciosos en la lucha contra el calentamiento global. Las calles de Berl¨ªn y otras 470 localidades alemanas medir¨¢n este viernes la capacidad de convocatoria de unos activistas que insisten en que ya no queda tiempo para solucionar el problema m¨¢s acuciante al que...
A dos d¨ªas de las elecciones m¨¢s re?idas que Alemania recuerda en mucho tiempo, un grupo de j¨®venes se ha propuesto aumentar la presi¨®n sobre los candidatos para arrancarles objetivos m¨¢s ambiciosos en la lucha contra el calentamiento global. Las calles de Berl¨ªn y otras 470 localidades alemanas medir¨¢n este viernes la capacidad de convocatoria de unos activistas que insisten en que ya no queda tiempo para solucionar el problema m¨¢s acuciante al que se enfrenta el mundo.
Quienes aspiran a liderar en Alemania se dieron el jueves por enterados. En un debate con los candidatos de los siete partidos con representaci¨®n parlamentaria, las reformas necesarias para abordar el cambio clim¨¢tico volvieron a aparecer sobre la mesa. El democristiano Armin Laschet resumi¨®: ¡°La tarea es gigantesca. Consiste en transformar nuestra industria¡±.
El ¨®rdago de los j¨®venes inconformistas llega en el momento m¨¢s caliente de la campa?a. Pese a que el Partido Socialdem¨®crata (SPD) lidera las encuestas desde mediados de agosto, algunos estudios empiezan a estrechar la distancia que lo separa de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU).
Los ¨²ltimos sondeos colocan a¨²n a la formaci¨®n de Olaf Scholz en cabeza, pero a solo tres o cuatro puntos de su mayor oponente. Si a lo estrech¨ªsimo de estos m¨¢rgenes se unen los resbalones protagonizados por las casas de encuestas en otros comicios recientes y la incertidumbre sobre los posibles aliados de unos y otros, la conclusi¨®n es que Alemania se parece mucho ahora a un pa¨ªs estupefacto ante un domingo electoral que nadie sabe c¨®mo puede acabar.
Los riesgos clim¨¢ticos han ocupado el centro de la campa?a. Los partidos insisten en su compromiso con las energ¨ªas limpias y la reducci¨®n de emisiones. Y muy probablemente Los Verdes entrar¨¢n en el futuro Gobierno. Pero a los j¨®venes del movimiento Fridays for Future (Viernes para el Futuro) no les bastan las promesas que oyen. Piden mucho m¨¢s. Pese a las muchas protestas convocadas, la atenci¨®n se centrar¨¢ este viernes en Berl¨ªn, donde se espera una movilizaci¨®n masiva frente al Bundestag (c¨¢mara baja del Parlamento) con la presencia de la gran estrella medi¨¢tica de este colectivo, Greta Thunberg.
A sus 20 a?os, Quang Paasch ya sabe lo que es organizar una marcha con m¨¢s de 100.000 personas, como la de 2019 tambi¨¦n en Berl¨ªn. Horas antes del evento, el joven activista no se atrev¨ªa a hacer una estimaci¨®n sobre el n¨²mero de participantes, sobre todo por el efecto de una pandemia que no termina de esfumarse. Pero s¨ª insist¨ªa en mandar un mensaje muy claro a todos los partidos con representaci¨®n parlamentaria: que van a tener que escuchar las demandas de los j¨®venes, y no tan j¨®venes, que salgan a la calle.
El fin de la era Merkel muestra que la que algunas veces ha sido llamada canciller del clima deja el trabajo sobre el medio ambiente ¡ªsiendo generosos¡ª a medias. Es cierto que impuls¨® el apag¨®n nuclear en 2011 tras la cat¨¢strofe de Fukushima, pero esa decisi¨®n cogi¨® al pa¨ªs con el pie cambiado. Hoy, un 25% de la electricidad que consumen las familias y empresas alemanas procede de una fuente tan contaminante como el carb¨®n, cuyo fin est¨¢ previsto para una fecha tan lejana como 2038.
Tanto socialdem¨®cratas como democristianos prometen en sus programas lograr la ansiada neutralidad clim¨¢tica ¡ªemitir a la atm¨®sfera la misma cantidad de di¨®xido de carbono de la que se retira¡ª al menos en 2045, cinco a?os antes que el objetivo de Bruselas para la UE. Este compromiso no supone gran novedad porque es lo que ya marca la ley alemana, en una decisi¨®n impuesta por el Tribunal Constitucional. Los Verdes dan un paso m¨¢s y se comprometen a alcanzar la huella cero de carbono en 20 a?os.
Pero nada de esto convence a Thunberg y los suyos. ¡°A los partidos les falta ambici¨®n. Pero es que adem¨¢s sus propuestas son ignorantes. Los cient¨ªficos han dejado muy claro que una econom¨ªa industrial como la alemana debe alcanzar la neutralidad clim¨¢tica en 2035. Es posible y es necesario lograrlo¡±, asegura Paasch. Solo los poscomunistas de Die Linke recogen ese compromiso.
Falta de liderazgo
No solo los j¨®venes activistas reprochan a los partidos su falta de liderazgo en materia clim¨¢tica. Un reciente informe del prestigioso Instituto Alem¨¢n para Investigaci¨®n Econ¨®mica (DIW) daba hace unas semanas un rotundo suspenso a las promesas sobre el clima recogidas en los programas. Con esas medidas, ninguno lograr¨ªa el objetivo de que en 2030 la temperatura no aumente m¨¢s de 1,5 grados.
El DIW otorg¨® a cada partido una nota. Los alumnos m¨¢s avanzados eran Los Verdes, seguidos a corta distancia por Die Linke. Detr¨¢s ven¨ªan la CDU y el SPD, pr¨¢cticamente empatados. En ¨²ltima posici¨®n se situaban los liberales del FDP. Los autores dejaron fuera del estudio a la ultraderecha de AfD, un partido que pide la salida de Alemania del Acuerdo de Par¨ªs sobre emisiones y rechaza las medidas para descarbonizar la econom¨ªa.
La preocupaci¨®n por el medio ambiente est¨¢ en Alemania muy repartida entre todos los segmentos sociales, y en todas las edades. Pero son las nuevas generaciones las que m¨¢s elevan la voz. Seg¨²n una encuesta encargada el a?o pasado por el Ministerio de Medio Ambiente, m¨¢s de la mitad de los j¨®venes est¨¢n dispuestos a involucrarse en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y reclaman a los pol¨ªticos m¨¢s acci¨®n. ¡°Esta lucha nos afecta a todos, como se vio en las riadas de Renania del Norte. No creo que se trate de j¨®venes contra mayores¡±, concluye Paasch.
?ltimo choque entre los candidatos de siete partidos
La ¨²ltima oportunidad que ten¨ªan los aspirantes a liderar Alemania dej¨® el jueves un debate m¨¢s vivo de lo habitual y en el que por fin se dedic¨® tiempo a hablar de pol¨ªtica internacional. La f¨®rmula era distinta a la de las ¨²ltimas semanas. Adem¨¢s de los dos hombres y la mujer con posibilidades de llegar a la Canciller¨ªa ¡ªOlaf Scholz (SPD), Armin Laschet (CDU) y Annalena Baerbock (Los Verdes)¡ª, participaron los representantes de ultraderechistas, liberales, socialcristianos b¨¢varos y poscomunistas.
El debate comenz¨® con fuerza. El reciente asesinato del empleado de una gasolinera a manos de un negacionista al que le hab¨ªa pedido que usara la mascarilla llev¨® a Baerbock a reclamar un endurecimiento de las leyes de control de armas. Alice Weidel, cabeza de lista de los ultras de AfD, rechaz¨® las cr¨ªticas a su partido por haber dado p¨¢bulo a los movimientos radicales que han criticado la gesti¨®n de la pandemia y pidi¨® no ¡°criminalizar¡± a estos colectivos. Tambi¨¦n afirm¨® que las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno son inconstitucionales.
En el ¨¢mbito internacional, Scholz dijo que pod¨ªa entender la ¡°irritaci¨®n¡± de Francia tras el conflicto con Estados Unidos por la alianza militar que ha tejido con Reino Unido y Australia. ¡°La cooperaci¨®n con Francia es fundamental para nosotros. Tenemos que asegurarnos de que juntos construimos una Europa fuerte y soberana¡±, dijo el socialdem¨®crata.
Laschet, que se quej¨® de que no le hubieran preguntado en los tres ¨²ltimos debates por pol¨ªtica exterior como si ¨¦l no hubiera podido sacar el tema, insisti¨® tambi¨¦n en la necesidad de construir una Europa fuerte. Y lanz¨® alg¨²n dardo a los que defini¨® como tres izquierdistas de la mesa (Scholz, Baerbock y la representante de Die Linke) por querer subir impuestos. Con ¨¦l como canciller, dijo, no habr¨¢ esas subidas.
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