La ¡®coalici¨®n roja¡¯ cobra forma con Die Linke
Los conservadores agitan en Alemania el miedo al partido poscomunista ante el ascenso del socialdem¨®crata Scholz
Cuando un partido que tiene una intenci¨®n de voto del 6% empieza a acaparar titulares es porque puede ser m¨¢s relevante de lo que los sondeos dan a entender. Die Linke (La Izquierda) se ha convertido en el eje de la campa?a electoral de los conservadores alemanes. Desde que el partido de Angela Merkel, con su candidato Armin Laschet a la cabeza, empez¨® a perder fuelle en las encuestas, ha virado su estrategia y pasado al ataque contra una hipot¨¦tica alianza de izquierdas. Azuzar el miedo a una coalici¨®n roja es pr¨¢cticamente la ¨²nica idea fuerza que han exhibido los l¨ªderes de la CDU-CSU, incluida Merkel, en las dos ¨²ltimas semanas. Pero la estrategia, que los analistas tildan de desesperada, de demonizar al partido poscomunista de momento no est¨¢ dando frutos. El l¨ªder de los socialdem¨®cratas, Olaf Scholz, sigue liderando c¨®modamente las encuestas.
¡°Estamos listos para tener responsabilidad de Gobierno¡±, repite siempre que tiene ocasi¨®n Dietmar Bartsch, l¨ªder del grupo parlamentario de Die Linke, que aboga por una coalici¨®n rot-rot-gr¨¹n (rojo-rojo-verde). Para conservadores y liberales, un Ejecutivo con presencia de La Izquierda es casi un tab¨². Las posiciones que defiende esta formaci¨®n en materia de pol¨ªtica exterior y seguridad la alejan de todas las dem¨¢s fuerzas democr¨¢ticas. Est¨¢ en contra de las misiones militares alemanas en el extranjero, quiere detener la exportaci¨®n de armas y pide la salida de Alemania de la OTAN, organizaci¨®n a la que considera ¡°un anacronismo¡± y que sustituir¨ªa por un sistema de seguridad colectivo en el que participar¨ªa Rusia.
Un acuerdo entre el SPD, los Verdes y La Izquierda no solo dar¨ªa lugar al primer tripartito en Alemania desde los a?os cincuenta; tambi¨¦n supondr¨ªa la primera experiencia a nivel federal para esta formaci¨®n, heredera de los comunistas que dirigieron con mano de hierro la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) durante cuatro d¨¦cadas. El partido naci¨® en 2007 de la fusi¨®n entre el PDS (Partido del Socialismo Democr¨¢tico), sucesor del partido ¨²nico SED, y de una escisi¨®n del Partido Socialdem¨®crata (SPD) liderada por Oskar Lafontaine. El que fuera presidente del SPD y antiguo ministro de Finanzas abandon¨® el Gobierno de Gerhard Schr?der en 1999 y pas¨® a hacerle oposici¨®n interna hasta el punto de pedir su cabeza cuando aprob¨® las pol¨¦micas reformas del mercado laboral y la seguridad social. Finalmente sali¨® del partido y fund¨® Die Linke.
Hoy La Izquiera est¨¢ de capa ca¨ªda con respecto a los resultados que obtuvo en 2017 (un 9,2%) pero podr¨ªa tener su oportunidad de conseguir un Ministerio. Peri¨®dicamente asoma el debate sobre si se trata de una formaci¨®n tan respetable como otra para formar parte de un Ejecutivo. ?Es realmente tan radical como lo pintan? Wolfgang Merkel, director del Departamento de Democracia y Democratizaci¨®n del Centro de Investigaci¨®n de Ciencias Sociales de Berl¨ªn (WZB) y profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, asegura que la advertencia de los conservadores sobre un tripartito rojo es pura estrategia y responde al ¡°p¨¢nico¡± que sintieron al ver que su intenci¨®n de voto rondaba el 20% y el de Scholz se acercaba al 25%. ¡°No encontraron ning¨²n otro tema contundente para pasar a la ofensiva y usaron a Die Linke en un intento a la desesperada de ganar ¨ªmpetu¡±, se?ala. La formaci¨®n ¡°no es un partido extremista¡±, subraya, como demuestra el hecho de que forme parte de algunos Gobiernos regionales, entre ellos el de Berl¨ªn (coalici¨®n de socialdem¨®cratas, Verdes y Die Linke). ¡°No se nota su presencia porque en muchas cosas es muy similar al SPD; solo difieren en la pol¨ªtica exterior y de seguridad, y de entrar en un Gobierno federal no tocar¨ªan ninguna de esas carteras¡±, a?ade.
Adem¨¢s Die Linke tiene a Bodo Ramelow, que en 2014 convirti¨® a Turingia en el primer Estado alem¨¢n gobernado por un poscomunista. Exsindicalista, procedente del oeste pese a liderar un Land oriental, Ramelow (65 a?os) no tiene ninguna relaci¨®n con el r¨¦gimen de la RDA y se califica a s¨ª mismo como un ¡°socialista democr¨¢tico¡±. Asegura que nunca se habr¨ªa afiliado al PDS si este no hubiera renunciado al estalinismo en 1989. Ramelow dirige por segunda vez este Estado de poco m¨¢s de dos millones de habitantes en coalici¨®n con el SPD y los Verdes. Fue elegido tras uno de los mayores esc¨¢ndalos que se recuerdan en la pol¨ªtica alemana reciente. En la primera sesi¨®n tras las elecciones de 2019 gan¨® por sorpresa el candidato liberal (Thomas Kemmerich) gracias a los votos de la CDU y del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). La indignaci¨®n por votar de la mano de AfD, con la que todos los partidos mantienen un estricto cord¨®n sanitario, provoc¨® que Kemmerich dimitiera dos d¨ªas despu¨¦s. Die Linke, que hab¨ªa sido el partido m¨¢s votado, acab¨® gobernando.
La estrategia de polarizaci¨®n de los conservadores -conocida como Rote Socken (calcetines rojos) por una antigua campa?a de Helmut Kohl que alertaba del peligro rojo de un gobierno izquierdista- ya no funciona, opina el polit¨®logo Gero Neugebauer, de la Universidad Libre de Berl¨ªn. Esas campa?as, a?ade, ya no tienen impacto sobre la mayor¨ªa de votantes desde que Die Linke lidera gobiernos regionales o forma parte de ellos con total normalidad. Interesa, si acaso, a los medios de comunicaci¨®n y a los electores m¨¢s conservadores, asegura.
Incluso Merkel, reacia hasta hace pocas semanas a entrar en campa?a, se ha abonado a la estrategia de la coalici¨®n roja. En la que probablemente fue su ¨²ltima intervenci¨®n como parlamentaria en el Bundestag acus¨® a Scholz de dejarse apoyar por Die Linke. Tambi¨¦n ha asegurado que ella nunca aceptar¨ªa una coalici¨®n con el partido poscomunista, en un intento de desmontar la estrategia de Scholz de presentarse ante los votantes como el m¨¢s merkeliano de los candidatos. El socialdem¨®crata se niega a excluir una alianza con Die Linke pese a las presiones de Armin Laschet, que le insisti¨® una y otra vez para que lo hiciera en el primer debate electoral. Muchos analistas creen que la ambig¨¹edad de Scholz tambi¨¦n es estrat¨¦gica. Ha dicho que su socio preferente son los Verdes, pero necesitar¨ªa un tercer partido para conseguir mayor¨ªa. ¡°Quiere presionar a los liberales¡±, asegura Neugebauer, y convencerles de apoyar una coalici¨®n sem¨¢foro (llamada as¨ª por los colores con los que se identifican los partidos: rojo del SPD, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales) en lugar de la liderada por los conservadores, que ser¨ªa la preferida por el l¨ªder de los liberales, Christian Lindner.
Apoyo para Laschet en Baviera
El candidato conservador y presidente de la CDU, Armin Laschet, sali¨® este fin de semana reforzado del congreso de la CSU, el partido hermano b¨¢varo de la formaci¨®n de Angela Merkel. No estaba claro c¨®mo iban a recibir los delegados a Laschet despu¨¦s de la terrible batalla por la candidatura conjunta que le enfrent¨® al carism¨¢tico presidente de Baviera y l¨ªder de la CSU, Markus S?der, en abril pasado. Hace solo unos d¨ªas el secretario general de la formaci¨®n b¨¢vara dijo en p¨²blico que ¡°por supuesto¡± que con S?der los conservadores estar¨ªan mejor en los sondeos. Una de las ¨²ltimas encuestas le da un 25% a los socialdem¨®cratas, un 22% a los conservadores y un 17% a los Verdes. Pero Laschet fue recibido en N¨²remberg con varios minutos de aplausos y un discurso de respaldo expl¨ªcito: ¡°Apoyamos al 100% a nuestro candidato a canciller conjunto y queremos ver a Armin Laschet en la canciller¨ªa¡±, asegur¨® S?der.
Ambos l¨ªderes volvieron a alertar de un posible pacto de izquierdas y Laschet critic¨® a su rival socialdem¨®crata y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, por sus palabras tras conocerse una operaci¨®n de la Fiscal¨ªa en una oficina dependiente de su ministerio, que fue registrado el jueves. ¡°Espero que se disculpe¡±, se?al¨® entre v¨ªtores de los asistentes, por unas declaraciones que siembran dudas y ¡°dan impulso a los populistas¡±. Scholz hab¨ªa reaccionado a la noticia del registro diciendo que la Fiscal¨ªa pod¨ªa haber mandado sus preguntas por escrito. Tambi¨¦n a Laschet le pidi¨® la oposici¨®n que se disculpara por una de las frases de su discurso de N¨²remberg: ¡°En todas las decisiones en la historia de la posguerra, los socialdem¨®cratas siempre estuvieron en el lado equivocado¡±. El SPD lo calific¨® de ¡°campa?a sucia¡± movida por el ¡°p¨¢nico¡±.
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