Cautela entre los pescadores y entusiasmo de los agricultores por la nulidad del acuerdo con Marruecos
El sector de la pesca espa?ol teme perder caladeros, mientras los agricultores ven la decisi¨®n del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea como una v¨ªa para acabar con una inc¨®moda competencia
Cautela y resignaci¨®n. Es la sensaci¨®n que comparten los pescadores de la bah¨ªa de C¨¢diz con licencia para pescar en aguas marroqu¨ªes tras conocer la resoluci¨®n del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) que anula el acuerdo comercial y pesquero entre la UE y el reino alau¨ª y que, de confirmarse, les impedir¨ªa faenar en los caladeros del pa¨ªs vecino y complementar las capturas que ya realiza...
Cautela y resignaci¨®n. Es la sensaci¨®n que comparten los pescadores de la bah¨ªa de C¨¢diz con licencia para pescar en aguas marroqu¨ªes tras conocer la resoluci¨®n del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) que anula el acuerdo comercial y pesquero entre la UE y el reino alau¨ª y que, de confirmarse, les impedir¨ªa faenar en los caladeros del pa¨ªs vecino y complementar las capturas que ya realizan en la costa gaditana. Los agricultores de Almer¨ªa, tambi¨¦n afectados por el acuerdo comercial con Rabat, comparten la misma cautela, pero con un poso de entusiasmo, ya que llevan a?os quej¨¢ndose de que les resulta imposible competir con los precios de los productos que salen de Marruecos.
Un total de 93 pesqueros espa?oles tienen licencia para faenar en aguas de Marruecos y del S¨¢hara Occidental (del total de los 128 barcos europeos que tienen permiso para faenar en esa zona). La flota andaluza, con 47 barcos anclados en Barbate, Conil, Algeciras y Tarifa, es la m¨¢s numerosa, seguida de Canarias, con 38, y Galicia, con siete. ¡°Es un problema para el sector, justo cuando est¨¢bamos recuper¨¢ndonos del par¨®n por la crisis por [la acogida en Espa?a del l¨ªder del Frente Polisario, Brahim] Gali, llega esto. Ha sido un traspi¨¦¡±, explica Tom¨¢s Pacheco, presidente de los armadores de Barbate, de donde parten la veintena de barcos de cerco que tienen acceso a los caladeros marroqu¨ªes y que dan sustento a unas 300 familias.
Ese traspi¨¦ que comenta Pacheco hace alusi¨®n al temor que, seg¨²n cuenta, pasaron muchos compa?eros durante la crisis migratoria de Ceuta, incitada por Marruecos en protesta por la hospitalizaci¨®n en Logro?o de Gali, para ser tratado por coronavirus. ¡°Muchos desistieron de ir al caladero marroqu¨ª por miedo a las decisiones y represalias que pudiera adoptar Marruecos por estar en sus aguas en ese momento¡±, explica. Los barcos de cerco navegan hasta la zona de Larache para faenar, cuando no lo hacen en las aguas de la bah¨ªa de C¨¢diz. Pacheco no puede cuantificar la p¨¦rdida en t¨¦rminos econ¨®micos que supondr¨ªa prescindir de la pesca en aguas marroqu¨ªes.
Para los pescadores de palangre de fondo artesanal el acuerdo con Marruecos ofrece una seguridad jur¨ªdica ¡ªcomo garant¨ªa si les encuentran pescando en aguas de su territorio¡ª m¨¢s que un flotador econ¨®mico, porque las especies que ellos est¨¢n autorizados a pescar ¡ªvoraz, pez sable, parco, jurel de fondo¨D han desaparecido de esos caladeros. En el caso de Barbate, por ejemplo, de las 26 licencias que les otorga el convenio, solo est¨¢n activas 14.
Para ellos la sentencia constata el abandono en el que se encuentra su sector. ¡°Europa est¨¢ muy lejos del Estrecho; Madrid no necesita de Andaluc¨ªa para sacar sus presupuestos adelante; a la Junta solo le preocupa el alga y esto pasa por un problema que deber¨ªa haber resuelto la ONU hace a?os¡±, se lamenta, sarc¨¢stico, Nicol¨¢s Fern¨¢ndez, secretario general de la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Pescadores de C¨¢diz (Fecopesca).
De los ocho barcos de Conil con licencia para pescar en aguas marroqu¨ªes, solo hay uno que actualmente se adentre en ellas. El resto lleva mucho tiempo sin faenar all¨ª. ¡°Es muy dif¨ªcil encontrar las especies que pescamos, posiblemente desplazadas por el at¨²n rojo, para el que no tenemos cuotas para pescar¡±, indica Fern¨¢ndez. Lo mismo ocurre con la veintena de naves de palangre del resto de la Bah¨ªa de C¨¢diz. ¡°Solo un cuarto puede estar en activo¡±, se?ala. Con todo, la captura de pez sable y voraz es importante econ¨®micamente. El a?o pasado se facturaron 1,3 millones de euros. Este, ha quedado reducido a un tercio por su desaparici¨®n, sostiene Fern¨¢ndez.
¡°El valor del acuerdo con Marruecos para nosotros ahora mismo es m¨¢s por la garant¨ªa de seguridad jur¨ªdica que por impacto econ¨®mico¡±, incide Fern¨¢ndez. Javier Garat, secretario general de la Confederaci¨®n Espa?ola de Pesca (Cepesca). Tambi¨¦n reconoce que para la flota espa?ola faenar en Marruecos supone la posibilidad de tener ¡°un caladero complementario¡±, ya que la mayor¨ªa de los barcos con licencia pescan principalmente en la bah¨ªa de C¨¢diz, en el caso andaluz, o en aguas de Mauritania, en el gallego. ¡°El mayor volumen de captura en territorio marroqu¨ª es de Holanda, Lituania, Letonia y Alemania¡±, explica Garat. ¡°Para los pescadores andaluces es una forma de sost¨¦n social y econ¨®mico, un complemento a su actividad para cuando no faenan en el golfo de C¨¢diz y liberan esa zona¡±, a?ade.
El acuerdo entre Bruselas y Rabat autoriza a un m¨¢ximo de 90.000 toneladas de pesca, de las que Espa?a, con unas 600 toneladas, supone una parte muy peque?a, abunda el directivo de Cepesca. Garat considera la sentencia ¡°una mala noticia¡±, pero tambi¨¦n pide cautela y llama la atenci¨®n sobre la posibilidad de que su ejecuci¨®n se demore en el tiempo, mientras se resuelve, si se presenta, el recurso.
La zozobra con la que se asiste al desenlace final sobre el fallo del TJUE no solo se circunscribe al sector pesquero y las familias que dependen de ¨¦l. El alcalde de Algeciras, Jos¨¦ Ignacio Landaluce, llama la atenci¨®n sobre los efectos que pueda tener en otros convenios bilaterales. ¡°Nos complica la vida en un momento en el que est¨¢bamos tratando de calmar la situaci¨®n con Marruecos¡±, sostiene el regidor. Landaluce alude a los acuerdos sobre tr¨¢nsito de personas y en especial a la Operaci¨®n Paso del Estrecho, que tiene al puerto de Algeciras como uno de los puntos neur¨¢lgicos por el que transitan cada a?o una media de 3,5 millones de viajeros. ¡°Mucho del trabajo en marcha puede estar en peligro¡±, advierte. Esta operaci¨®n ha sido cancelada en los ¨²ltimos dos a?os por la pandemia.
Mientras los que viven de la mar asumen con desencanto la decisi¨®n del TJUE, los que trabajan de la tierra la han recibido con entusiasmo. ¡°El acuerdo comercial actual es un desastre¡±, sentencia Andr¨¦s G¨®ngora, secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Almer¨ªa. Los agricultores de la provincia siempre han criticado los sucesivos convenios con Marruecos por suponer un perjuicio para su producci¨®n. ¡°El per¨ªodo de sus exportaciones coincide con el de mayor producci¨®n por parte de Espa?a y es imposible competir con ellos en materia de exportaciones¡±, sostiene.
G¨®ngora tampoco da cifras sobre las p¨¦rdidas que implica para el sector esa competencia con los productos marroqu¨ªes. ¡°No se puede decir porque llevamos mucho tiempo con estos acuerdos, el escenario ser¨ªa completamente distinto, pero no se puede calcular porque no hay con qu¨¦ comparar¡±, indica. Pero s¨ª asegura que los agricultores han dejado de plantar jud¨ªa verde en invierno y que 6.000 hect¨¢reas de tomate se han quedado en barbecho ante la imposibilidad de pujar en Europa con esa misma hortaliza cultivada del otro lado del Estrecho.
COAG aprovech¨® la crisis migratoria ceut¨ª para reclamar la paralizaci¨®n de los acuerdos comerciales con Rabat. ¡°No se puede permitir que Europa mantenga con una dictadura como la marroqu¨ª acuerdos preferenciales cuando utiliza sin escr¨²pulos la migraci¨®n para fines pol¨ªticos¡±, dijo entonces G¨®ngora. Desde las asociaciones agr¨ªcolas se cuestiona no solo la mano de obra m¨¢s barata en suelo marroqu¨ª o la ausencia de protocolos b¨¢sicos de control de la calidad medioambiental, del producto y de seguridad para el consumidor, sino la pr¨¢ctica de agricultores espa?oles y franceses con plantaciones en Marruecos que destinan sus productos directamente al mercado europeo.