La cruzada de la Iglesia de Nicaragua frente al r¨¦gimen de Daniel Ortega
Otrora aliada del exguerrillero sandinista con el fallecido cardenal Miguel Obando, la Iglesia cat¨®lica nicarag¨¹ense se ha convertido en una voz de denuncia contra sus desmanes
Los p¨²lpitos se han convertido en una trinchera contra el r¨¦gimen de Daniel Ortega. En un pa¨ªs donde alzar la voz contra los desmanes del mandatario puede significar la c¨¢rcel ¡ªcomo ha ocurrido con decenas de opositores¡ª, los nicarag¨¹enses ven en las parroquias un resp...
Los p¨²lpitos se han convertido en una trinchera contra el r¨¦gimen de Daniel Ortega. En un pa¨ªs donde alzar la voz contra los desmanes del mandatario puede significar la c¨¢rcel ¡ªcomo ha ocurrido con decenas de opositores¡ª, los nicarag¨¹enses ven en las parroquias un respiro frente a la censura. Los sacerdotes ocupan ese espacio privilegiado para denunciar los abusos de poder, las violaciones a los derechos humanos y en estos d¨ªas exhortar a los feligreses a no participar en lo que la oposici¨®n ha catalogado como una ¡°farsa¡±: las elecciones del pr¨®ximo domingo, en las que Ortega lograr¨¢ su tercer mandato consecutivo. ¡°Han sido ejemplo de sensibilidad humana¡±, afirma desde Managua una fuente familiarizada con el clero nicarag¨¹ense, que prefiere no revelar su nombre por temor a represalias.
Para el r¨¦gimen, la Iglesia Cat¨®lica es su principal dolor de cabeza. Ortega logr¨® desmantelar a punta de balas las multitudinarias protestas que en 2018 exigieron el fin de su mandato, con un saldo de 328 asesinados, centenares de presos y miles de exiliados. Acall¨® a los medios de comunicaci¨®n al asaltar y confiscar las redacciones. Borr¨® la competencia pol¨ªtica con la detenci¨®n de las figuras claves de la oposici¨®n y ha puesto en jaque a los empresarios al encarcelar a sus liderazgos. Y aunque sus huestes han atentado contra templos religiosos y ha desatado un discurso de odio contra los obispos llam¨¢ndolos golpistas, no ha podido amedrentar ni callar a la Iglesia.
No siempre ha sido as¨ª. Daniel Ortega fragu¨® una alianza con el fallecido cardenal Miguel Obando y Bravo cuando en 2005 le anunciaron desde Roma que un agonizante Juan Pablo II aceptaba su renuncia como jefe de la Archidi¨®cesis de Managua, la principal del pa¨ªs. Ca¨ªdo en desgracia con el Vaticano, Ortega no s¨®lo ofreci¨® respaldo a Obando, sino que lo convirti¨® en uno de sus principales aliados y consejero espiritual. En ese a?o, el cardenal cas¨® por la Iglesia al viejo guerrillero con su compa?era de toda la vida, Rosario Murillo, con quien ahora comparte el poder en Nicaragua. Ortega le pidi¨® perd¨®n por los ¡°errores del pasado¡± y nombr¨® a Obando como dirigente de la Comisi¨®n de Paz y Reconciliaci¨®n cuyas funciones en Nicaragua nadie lleg¨® a comprender. Hay que recordar que Obando y Bravo fue un fiero opositor de Ortega en los ochenta, durante el gobierno revolucionario, a tal punto que en aquella ¨¦poca se le consideraba el ¡°archienemigo de la revoluci¨®n¡±. Con la mira puesta en el regreso a la presidencia, lo que logr¨® en 2007, Ortega hizo grandes concesiones a la Iglesia, incluyendo la penalizaci¨®n del aborto en Nicaragua.
Con el fallecimiento del cardenal, Ortega vio en peligro su influencia entre el cl¨¦rigo. Cuando en 2018 estallaron las protestas contra la imposici¨®n de una reforma a la seguridad social, el mandatario presenci¨® desconcertado c¨®mo los obispos se convirtieron en una dif¨ªcil oposici¨®n. ¡°Pens¨® que iba a tener a los obispos de su lado, pero los obispos se pusieron del lado de la gente¡±, afirma la fuente. Entonces, Ortega aline¨® todos su ca?ones contra el clero. ¡°Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas. Eran parte del plan con los golpistas¡±, dijo un furibundo Ortega durante la celebraci¨®n del 39? aniversario de la revoluci¨®n sandinista, en julio de 2018. ¡°Me doli¨® que los se?ores obispos tuvieran esa actitud de golpistas¡±, dijo el mandatario. Tras esos comentarios, vino la orden de atacar y asediar parroquias, de amenazar a sacerdotes y despotricar contra ellos desde el discurso oficial. En la mira estaba especialmente uno, monse?or Silvio B¨¢ez, la voz m¨¢s cr¨ªtica de la Iglesia contra los desmanes de Ortega.
Los sermones de B¨¢ez se convirtieron en dardos que incomodaron al r¨¦gimen, hasta el punto que el Vaticano tuvo que sacar al obispo de Nicaragua, por temor a su integridad. Desde fuera, B¨¢ez mantiene su posici¨®n cr¨ªtica y cada homil¨ªa la aprovecha para llamar la atenci¨®n de lo que ocurre en Nicaragua. ¡°Son ciegos tambi¨¦n los poderosos que se imaginan eternos, que se enga?an creyendo que una mentira repetida una y otra vez se convierte en verdad y piensan que reprimir a los pueblos les asegura para siempre el poder que poseen. Entre los ciegos m¨¢s miserables est¨¢n los tiranos y opresores. Se enorgullecen de ser ciegos¡±, dijo B¨¢ez en una homil¨ªa a finales de octubre. Consulado por EL PA?S, el obispo se excus¨® de dar entrevista, alegando la dif¨ªcil situaci¨®n pol¨ªtica que atraviesa Nicaragua. ¡°Me estoy limitando a lo que digo en mi predicaci¨®n en la misa dominical, en la que siempre me refiero a la situaci¨®n del pa¨ªs¡±, ha afirmado.
Como B¨¢ez, otros sacerdotes consultados han preferido no dar declaraciones, temerosos a las represalias del r¨¦gimen. Todos piden seguir sus sermones, en los que expresan su repudio a las violaciones a los derechos humanos en el pa¨ªs centroamericano. ¡°Cada nicarag¨¹ense debe cuestionarse si vivimos en un Estado de Derecho y de acuerdo a su respuesta decidir en la inviolable dignidad de nuestra conciencia, sin miedo a nada ni a nadie, sin miedo a ning¨²n tipo de amenazas, de coacciones, de chantajes que puedan provenir de alguien o de alg¨²n sector, porque amad¨ªsimos hermanos y hermanas, para ser libres nos liber¨® Cristo¡±, dijo el domingo pasado monse?or Rolando ?lvarez, obispo de la Di¨®cesis de Matagalpa, localizada al norte de Nicaragua. El 10 de agosto, la Arquidi¨®cesis de Managua ya hab¨ªa advertido en un mensaje que en Nicaragua ¡°no hay condiciones para elecciones democr¨¢ticas¡±. Seg¨²n la organizaci¨®n, ¡°el pueblo nicarag¨¹ense, que tiene derecho a optar por diferentes opciones pol¨ªticas, se encuentra impedido de expresar sus simpat¨ªas votando en las elecciones de noviembre para elegir a las m¨¢ximas autoridades del pa¨ªs¡±, afirmaron los obispos.
Estos mensajes calan hondo en El Carmen, el b¨²nker de Ortega y su familia en Managua. Al perder el favor de la Iglesia, Ortega perdi¨® mucho capital pol¨ªtico en un pa¨ªs profundamente religioso. Su esposa, Rosario Murillo, ha intentado sustituir el papel de los curas en sus mensajes diarios, una suerte de homil¨ªa m¨ªstica en la que invoca a la Virgen, a Dios y los santos, pero que no cala en el imaginario de una sociedad cansada tras 14 a?os de Gobierno autoritario. En un pa¨ªs convertido en un gulag, los nicarag¨¹enses, religiosos o no, ven en la cruzada de los obispos frente a Ortega un alivio a la opresi¨®n.
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